Parecía que el otoño no acababa de llegar con el calor que nos ha dejado octubre, pero ha arrancado noviembre y ya volvemos a ponernos chaqueta y cargamos con el paraguas. Y ese sentimiento un tanto más sobrio y frio que se respira con la caída de las hojas, esa atmósfera de tristeza y melancolía otoñal es la misma que nos deja el nuevo trabajo de los holandeses Autumn.

Siendo seguidora incondicional de este grupo desde 2004 cuando empezaba a sonar su segundo disco Summer’s End, no puede una ser totalmente objetiva con respecto a nuevo material que el grupo decida sacar, pero aún así habrá que intentar dejar estos sentimientos de lado y ver más allá. Si se puede decir como previo a toda la crítica que el disco puede resultar un poco monótono de una primera escucha y sin prestar atención, precisamente por lo que comentaba en la introducción de ese halo de frío y melancolía que exuda.

Para situar al grupo, y sin mucha dilación, diremos que la alineación de la banda (casi como cualquiera que nombremos) ha sufrido cambios desde que se formaran allá por 1995, y de hecho no queda ningún miembro de la formación original (aunque dos de sus componentes si han estado presentes en todos los discos publicados hasta la fecha). Han pasado incluso por el duro trance de cambiar de cantante, teniendo Nienke (Ninx) de Jong que salir del grupo por problemas de salud y siendo reemplazada por la joven Marjan Welman, cantante de Ayreon y sin nada que envidiar a Ninx.

Cold Comfort es su quinto álbum de estudio, el tercero con la compañía Metal Blade Records y el segundo desde que llegó Marjan, y quizá por ser el número que es se han permitido muchas más licencias que en los anteriores. ¿Grandes diferencias? La ausencia de rápidos riffs de guitarra y de estruendosos redobles de batería, algunos nuevos registros por parte de Marjan, y sobre todo la abundancia en temas tirando más a lentos que a pegadizos y rápidos. Sigue siendo en esencia Autumn, pero con otra vuelta de tuerca (incluso en la portada se hace referencia a un disco anterior). Pero echemos un ojo a cada tema.

El plástico inicia con “The Scarecrow”, de la cual parece ser que habrá videoclip en breve. Ya con este tema se intuye la tónica del trabajo, mucha melodía, muchos más instrumentos que voz, letra melancólica, y un llanto en los minutos finales por parte de Marjan (primero acompañada de un apoteosis instrumental de mano de los chicos y luego imponiéndose sobre el teclado de Jan Munnik) que nos deja listos para todo lo que vendrá.

La canción homónima (cada disco del sexteto se llama como uno de los cortes incluidos) está más en la línea de su anterior trabajo “Altitude”, un medio tiempo pegadizo, melancólico pero con un sutil toque de sobreponerse a la adversidad, ese “frío confortable” que le deja a uno el aceptar lo malo que afrenta previo a la superación del mismo. Y con riffs de guitarra llega “Black Stars in a Blue Sky”, algo más animado (tanto en música como en letra) y en la cual la señorita Welman despliega algunos de sus mejores rangos vocales.

Sin dar lugar a tregua, “Restrospect”, con un toque un tanto más electrónico hace una pequeña reflexión sobre el pasado, con preguntas lanzadas al aire como en el estribillo: “When was it I wrote this and everything mattered? //When was it I seemed to matter to some?” (¿Cuándo fue que escribí esto y todo importaba? // ¿Cuándo fue que parecía importarle a alguien?). Pero una de las destacadas sin duda es “Alloy”, la canción más larga en la discografía de la formación (algo más de 7 minutos), la más lacrimógena y que deja casi sin respiración según Marjan nos conduce hacia dentro de este mar de sentimientos encontrados que supone el darse cuenta de que una relación no puede continuar y el dolor de tener que romper con ello. Hacia la mitad del corte, el oyente se encuentra con una pausa musical a modo de reflexión por lo narrado, sólo inundada por el sonido del teclado de Jan Munnik y la batería Jan Grijpstra, cogiendo muy poco a poco fuerza para que todo el conjunto de lo mejor de sí mismos en los minutos finales.

“End of sorrow” llega cargada de esperanza como su nombre indica: hay que dejar que la pena se acabe en algún momento (“Return me to the life that came before this bitter end” – Devuélveme a la vida que hubo antes de este final amargo); con un comienzo a cargo de Marjan y las guitarras de los hermanos Mats y Jens van der Valk, el resto se van uniendo para llegar al estribillo con tonos más altos vocalmente, con segundas voces, y notas con tintes más alegres. “Naeon” destaca como el tema pegadizo del redondo, quizá la única que en una primera escucha parezca diferente de la supuesta monotonía que rodea el trabajo. Con guitarras más rápidas y más presencia destacable del bajo de Jerome Vrielink, uno puede acordarse de canciones ya conocidas como “Satellites” o “Paradise Nox”.

Cerrando el disco nos encontramos con “Truth be told (Exhale)” y “Venamoured”. Siendo la primera una especie de declaración de intenciones y un enfrentamiento directo con el problema, y sin ser tan pegadizo como “Naeon”, también destaca por el trabajo musical de los chicos, gran presencia de la batería y de las guitarras para darle contundencia a las decisiones que se han de tomar. La segunda, el “veneno de los enamorados” comienza en tonos muy oscuros para ir pasando con cada estribillo hacia territorios musicalmente más complejos y con contratiempos muy bien aprovechados, solos de guitarra y tres minutos finales instrumentales que cierran este nuevo álbum con la sensación de haberse uno despojado de todos los lastres y cerrar un mal año con la esperanza de que lo mejor está por venir.

La edición en digipack contiene además dos temas extra: “Changes for the Bitter”, más rockero y animado que las que componen el disco en su versión básica, y “The Mute (Inhale)”, que podría considerarse la continuación de “Truth Be Told (Exhale)”, una de esas joyas que se encuentran entre las caras B de algunos trabajos discográficos. ¿Es “Cold Comfort” un disco recomendable? Si, sin lugar a dudas, pero si no se conoce un poco la música de la formación y se entiende que este nuevo trabajo es mucho más personal e intimista, quizá se pierda mucho el oyente por el camino, tomando este disco como algo más ambiental que enfocado al género del metal al que pertenece. Nada más lejos de la realidad.

Leticia Ballesster

Temas:
01 – The Scarecrow
02 – Cold Comfort
03 – Black stars in a blue sky
04 – Retrospect
05 – Alloy
06 – End of sorrow
07 – Naeon
08 – Truth be told (Exhale)
09 – Venamoured
10 – Changes for the Bitter (bonus track)
11 – The Mute (Inhale) (bonus track)