En junio de 2012, el gran vocalista Matt Barlow anuncia por facebook que no se ha retirado de los escenarios y que vuelve a la escena con un nuevo grupo que se está gestando con músicos de la talla de Freddie Vidales (Iced Earth) y Van Williams (Nevermore). La cosa pinta bien y la banda crea una gran expectación hasta que por fin, el 6 de septiembre de 2013, sale a la venta el primer disco de este proyecto llamado Ashes Of Ares.
Ironvedra
Nota:6,5/10  

Qué puedo decir yo de Matt Barlow. Esa voz me recuerda a muchos momentos de mi vida y a grandes discos como el insuperable “Horror show”, o los magníficos “Something wicked this way comes” y “The dark saga”.

Es una pena que la cosa no haya funcionado bien (quién sabe por qué) con Iced Earth, porque, sinceramente creo que Barlow siempre será la voz de ese grupo, al igual que Dickinson es la voz de Iron Maiden y Halford la voz de Judas Priest; y sin él nada volverá a ser lo mismo para el grupo de John Schaffer (lo cual ha quedado demostrado de sobra… aunque tampoco es que su vuelta trajese grandes discazos como los anteriormente mencionados).

El caso es que Ashes Of Ares era esa pequeña esperanza que nos quedaba a muchos de nosotros de volver a escuchar esa voz dura y contundente del gran vocalista. Y claro, si ya me dices que se acompaña de dos buenos guitarras y de otros dos seres sobrenaturales como son Freddie Vidales y Van Williams, la expectativa es máxima.

Quizás no debí crearme tantas expectativas…

“The Messenger” es la canción que nos sirve de carta de presentación. Lo primero que puedo apreciar es que la producción no es excesivamente buena desde mi punto de vista. La batería sobresale demasiado con respecto al resto de instrumentos y el charles está excesivamente alto, además de que al sonido de batería en general, le sobran agudos y le falta presencia. Otro aspecto que puedo apreciar es que Matt Barlow está genial, eso sí. Es inevitable escucharlo y asociar al grupo con Iced Earth. La canción está muy bien, con un estribillo pegadizo que gustará de primeras.

“Move the chains” empieza super thrashera, y de repente entrecorta esos ritmos antes del estribillo, volviendo a recordarnos a Iced Earth. Barlow vuelve a resultarme un genio. Su voz se mueve en un registro casi imposible, entre agudos afalsetados y graves potentes y rajados al más puro estilo thrasher. Por cierto, a pesar del sonido de la batería, Van Williams está impresionante a las baquetas.

La tercera es “On warrior’s wings”, una balada/medio tiempo que, y siento repetirme, vuelve a recordar a Iced Earth. Y es que si esperáis escuchar un grupo que se desmarque de lo que Barllow ha hecho anteriormente, la lleváis clara: esto suena a John Schaffer y sus huestes por todos lados.

¡Que alarde de buen gusto hace Freddie Vidales con el bajo al principio de “Punishment”! Me encanta ese comienzo arpegiando el bajo en una melodía triste, melancólica y muy técnica con esa progresión rítmica 4/4, 6/4. Fantástica. El problema es que hasta ahora te das cuenta que las canciones empiezan a resultarte todas muy similares, ya que los ritmos van a una velocidad muy similar (son una especie de medios tiempos acelerados)… el disco empieza a quedarse plano y eso normalmente aburre.

“This is my hell” comienza nuevamente con una parte melódica… el disco se vuelve monótono, ya que a pesar de que es un buen comienzo, ya te esperas lo que va a pasar… las guitarras eléctricas sustituyen a las acústicas y la velocidad de la canción vuelve a ser la misma de las otras… Aislada del disco, la canción es muy buena… pero es obvio a lo que suena.

El sexto corte, “Dead man’s plight”, comienza en plan cañero después de tres canciones y cambia un poco el ambiente, pero el tempo vuelve a ser el mismo. El estribillo de este tema me encanta, a pesar de lo latoso que se está volviendo el disco. A mitad de la canción hay un momentazo en el que Barlow se queda solo con una de las guitarras, que me vuelve loco. Uno de los mejores temas del disco, sin dudarlo.

Y cuando crees que ya lo has escuchado todo, llega “Chalice of man” y te despierta con ese estruendo del principio y ese ritmo thrashero que difiere de todo el disco. Temazo increíble con un estribillazo. Muy original y lleno de fuerza. Más canciones de este tipo habrían hecho falta en un disco como este. Rompedora.

“The answer” nos trae de nuevo un comienzo melódico que no se hace tan pesado después del tema anterior. La cosa es que este es la balada (si se le puede llamar balada) del disco, con lo que se diferencia de los medios tiempos que hemos escuchado anteriormente. Muy bien construida, aunque te das cuenta que el disco se está acabando y que quizás hubiese quedado mejor con menos temas así y más como “Chalice of man”.

Y claro, vuelven a sorprenderte y a darte lo que pides. “What I am” es otro de esos temazos que te obligan a decir… “Así sí”. Muy crudo y thrasher, aunque un tanto inestable. Demasiadas partes distintas para una canción tan corta.

“The one-eyed King” es una elección acertadísima para terminar. Menuda tralla. Desde que empieza te das cuenta que este tema es sello de la casa; quizá el resumen completo de lo que son Ashes Of Ares. Todos los músicos brillan en esta canción (Freddie Vidales no dejará de sorprenderme) y la progresión es fantástica. Buen final de disco.

En definitiva estamos ante un disco desde mi punto de vista bastante monótono e inestable. Quizás mal construido, ya que llega a hacerse pesado, pero con algunos temas a destacar, como “Chalice of man” y “The one-eyed King”. Uno de los grandes problemas que les veo es que suenan a Iced Earth en casi todos los temas (el último es quizás el que más se sale de la norma) y ese es un sambenito del que deberían de desprenderse, intentando buscar su propio sonido.

No está mal, pero no sorprende. Quizás yo esperaba más. Juzguen ustedes mismos.

Lista de temas:

  1. The Messenger

  2. Move the chains

  3. On warrior’s wings

  4. Punishment

  5. This is my hell

  6. Dead man’s plight

  7. Chalice of man

  8. The answer

  9. What I am

  10. The one-eyed king