Nos encontramos ante Blackguard, jóvenes valores del metal extremo, quienes a día de hoy están cosechando unas grandes criticas y un notable éxito, embarcándose en una gira extensísima a lo largo de todos los Estados Unidos. Seré yo quien quizá llegue y ponga la nota discordante, pero ya adelanto que no comparto esas criticas tan exageradas que los pretenden encumbrar ya casi como “los salvadores del metal”. Aunque vayamos por partes.

Se forman allá por 2001 en su ciudad natal, Quebec, en Canada, de la mano de Terry Roadcase a la guitarra y Justin “Juice” Éthier a la batería. Mas tarde se les unirían Éttiene Mailloux al bajo, Kim Gosselin a la otra guitarra, Paul Zinay a las voces y Jonathan François-Leduc a los teclados, completando la formación que aun perdura. El grupo comenzó llamandose Profugus Mortis, nombre que cambiarían por Blackguard al firmar con Nuclear Blast en 2009, y que ese mismo año daría titulo a su primer álbum.

Practicando un death metal muy melódico, con tintes power, y una voz orientada al black, estos canadienses cosecharon ya muchos elogios con aquel primer disco. Muy en la onda de gente como Children Of Bodom o Norther. Es mas, excesivamente parecidos a grupos como los dos mencionados. Esto tiene una cosa buena y una mala. La buena es que calidad les sobra. La mala es que ideas les faltan, y yo, personalmente, prefiero escuchar cosas con un mínimo de personalidad y no copias de copias, para eso me pongo a los originales.

Este “Firefight” arranca con “Tephra”, una breve intro de apenas medio minuto que da paso al tema que da titulo al álbum. Death metal melódico, con una gran presencia de teclados, las guitarras no dan un segundo de respiro con sus solos y los rasgados de las voces te dejaran exhausto. Buen tema, sin duda, pero con el inconveniente, o no, según para quien, de poder pasar por lo ultimo de COB mejor que lo que han hecho ellos mismos.

“Farewell” sigue la misma tónica mientras que “Wastelands” nos regala un tempo mas lento entre tanto doble bombo en un tema que tira mas de pesadez que de velocidad y que los teclados le han dado una atmósfera curiosa.

Seguidamente vuelve la caña y la velocidad con “Cruel Hands”, un interludio instrumental, basado en acústicas y pianos, llamado “Iblis” y mas caña en la que me parece de las mejores del disco: “The Fear Of All Flesh”

El disco continua por los mismos derroteros, hasta que en el ultimo tema si consiguen sorprenderme, dada la linealidad del disco. Y es que con “Sarissas” suman a todos sus elementos un aire folk-metal que da como resultado un tema bastante mas fresco y divertido.

En definitiva, a estos chavales la calidad les sobra, pero como ocurre con muchos grupos eso no basta. Espero que para la próxima sepan labrarse un sonido y unas ideas propias.

Alberto López

Temas:
1. Tephra
2. Firefight
3. Farewell
4. Wastelands
5. Cruel Hands
6. Iblis
7. The Fear of All Flesh
8. A Blinding Light
9. The Path
10. Sarissas