Harakiri For The Sky + Schammasch + Groza08 de Febrero 2023 – Sala Bóveda (Barcelona)

Aun en 2023 seguimos viendo concierto que quedaron colgados por la pandemia. El cartel inicial ha cambiado pues entonces Harakiri for the Sky venían con Gaerea y ahora los acompañantes son Schammasch y Groza. De una forma u otra sigue siendo un cartelón y para gusto de un servidor, mejor aún.

Texto y fotos: Marc Gutiérrez

Llegaba la gira a Barcelona con muchas fechas agotadas y eso, en los tiempos que corren, es digno de mención. Barcelona estuvo a la altura y la sala Bóveda presentaba el aspecto de las grandes ocasiones con tres cuartos largos de entrada y con mucha gente desde primera hora.

Los germanos Groza salieron a ofrecer 45 minutos de black metal dando cabida, sobre todo, a su más reciente trabajo, ‘The redemptive end’ aunque cierto es que data de 2021. Tardaron poco en conseguir un gran sonido, limpio y contundente, para ofrecer una propuesta gélida e intensa que se abrió con las dos partes de “Sunken in Styx” donde la banda ya puso de manifiesto lo que iba a ser su descarga. Mucho humo, ausencia de luces frontales y un pañuelo muy cutre para taparse la cara.

Hay mucha controversia con el tema de taparse la cara y soy de los que no entiende el concepto de ir con capucha y con un pañuelo en la cara para luego hacerse fotos con la gente en la puerta a cara descubierta. Tendrá su explicación, yo no lo entiendo.

Sea como fuere, la banda estuvo pletórica y ofreció un concierto de alto voltaje dando un mayor protagonismo a su último trabajo pero sin olvidarse de su debut. Melodías sangrantes y cambios de ritmo hipnóticos envueltos en un aura gélida absolutamente envolvente es lo que nos ofreció Groza. Inmejorable forma de empezar el concierto mientras comentábamos que después de lo visto no nos gustaría estar en la piel de Schammasch.

Schammasch están preparando nuevo disco y mientras tanto se han embarcado en esta gira europea para volver a tomarle el pulso a la carretera y nos mostraron lo que fue su cuarto disco, ‘Hearts of no light’ de 2019. Queda lejos ya pero sus temas siguen vigentes. Aunque empezaron luchando contra un sonido algo caótico supieron sobreponerse repasando gran parte de su último disco y aunque fue mejorando su sonido, no llegó a la nitidez necesaria, especialmente en la batería.

La escenografía resulta imponente y juega un papel fundamental en el universo Schammasch. La representación ritualística tan en boga en los últimos tiempos con bandas como Batushka, Watain o Heilung es el complemento ideal a una propuesta oscura, densa y en la que sumergirse desde el primer momento con cortes como “Rays like razors” o “Qadmon’s heir”. Rostros cubiertos y túnicas como vestimentas complementan todo el atrezzo escénico. Concierto muy completo de los suizos que les sirve para recordarnos que siguen vivos y que están plenamente consagrados.

Cerraban la noche Harakiri for the Sky, una banda que no deja de crecer disco a disco y que con ‘Maere’ subieron varios peldaños de golpe. Sus últimos lanzamientos son las reediciones de sus dos primeros discos y aprovecharon para que varios de sus temas formaran parte del repertorio. Era la primera vez que los veía y tenía cierto miedo a la sonorización del concierto porque en los discos las guitarras suenan muy limpias. Afortunadamente el técnico de sonido hizo un gran trabajo y consiguió que todo estuviera en su lugar.

“And oceans between us” o “Dancing on debris” engorilaban a un personal ya de por sí entregado a la banda. J.J., desde su timidez y distancia con el público, intentaba ejercer de frontman aunque su voz en directo continúe mostrando unas carencias más que evidentes.

El concierto avanzaba y se alternaban temas de su discografía como “I, pallbearer” o “Fire, walk with me” para regocijo de los fans y es que Harakiri for the Sky se encuentran en un punto de popularidad más que destacable. Habiéndoles cocido en sus inicios agradecí sobremanera que se acordaran de su debut con “Dancing on debris”.

El concierto terminó con “Song to say goodbye”, la versión de Placebo cuyo título es más que acertado para terminar un concierto, y con J.J. bajándose a cantar entre el público. Hora y cuarto que supo a gloria, que dejó al personal satisfecho.

Antes de acabar quiero hacer un apunte sobre el stand del merch, que era espectacular, con un montón de referencias de las tres bandas a precios coherentes y “pagables” excepto en los discos, algo que empieza a ser habitual; el precio de los cd y vinilos empieza a ser desorbitado en la mayoría de casos.

Estos carteles hacen afición y el público lo agradece. Por muchas veladas más como esta.

Texto y fotos: Marc Gutiérrez