Michael Schenker + Everdawn – 10 de Mayo 2022 – Sala La Riviera (Madrid)

Otro de los artistas que por fin han podido pasar por España ha sido Michael Schenker, tras aplazar su gira de 50 aniversario por la pandemia.

Texto: David Aresté
Fotos: Susana Manzanares

El alemán, lejos de vivir de las rentas y vivir en un eterno “grandes éxitos” sigue activo aún sus casi 70 años y sigue sacando discos, se inventó su Michael Schenker Fest y obviamente sigue tocando en directo, cosa que todos sus seguidores agradecen.

Antes de la salida de su nuevo disco Universal el próximo 27 de mayo, ha querido celebrar sus 50 años en activo con esta gira repasando sus grandes éxitos con Robin McAuley a la voz (tras la salida del nuevo disco asumirá la voz principal Ronnie Romero), le han acompañado en en el tramo europeo Statement en la primera parte y Everdawn en la segunda.

Madrid cayó en la segunda, así que tuvieron la dificil tarea de abrir la tarde/noche a los americanos Everdawn que han sacado “Cleopatra” con Sensory Records. Había pasado por las filas de la banda el bajista de Symphony X, Mike Lepond (de hecho aún aparece en su página web), pero cuando salieron al escenario vimos que no estaba quedando así la formación actual: Richard Fischer en la guitarra, Dan Prestup a la batería y Alan D’Angelo en el bajo para acabar con Alina Gavrilenko a la voz.

Una intro ensordecedora hizo posicionarnos hacia el escenario para que Everdawn descargara su metal sinfónico durante los 40 minutos que duró su set. Al ser un día laborable se encontraron con menos de media entrada viendo como la gente iba llegando al local. El “mal del telonero” seguía en su contra teniendo muy poco espacio en el escenario y un sonido saturadísimo en los primeros temas, menos mal que luego lo pudieron arreglar.

Aún así el grupo no se amedentró, intentó animar a un público que claramente no era el suyo y dejó sus “Cleopatra” y “Your majesty Sadness” como grandes interpretaciones. Esperemos que puedan volver con unas condiciones mejores ante un público que sepan valorar más su propuesta.

Momento para que se luzcan las MSG de los paneles laterales y del fondo del escenario ya que era el momento de Schenker y su banda. Después de que lo utilicen Thunder, Metallica y seguro que mil bandas más sonaban los australianos ACDC como intro y para el caso “Highway to Hell” animando al personal mientras que Schenker salió acto seguido con su gorro y gafas características dedicando “Ascension” a Ted McKenna.

La instrumental más rápida de lo normal sirvió de calentamiento para lo que se nos venía encima, un set de 20 cortes llegando casi a las dos horas de duración, casi nada para una gira de 50 aniversario y una banda que pasa los 60 años de media, todo un reconocimiento sin duda.

No nos podía esperar otra cosa que una lluvia de clásicos uno tras otro, así que “Cry for the Nations” y “Doctor Doctor” fueron los primeros, coreadísimos y celebradísimos con McAuley ya en escena y viendo que nos iba a ofrecer un recital sublime. También hubo momentos para temas más nuevos como “Sleeping With the Lights On” del Michael Schenker Fest o “Warrior” mucho más sentida y solemne, y sobre todo muy potente.

“Looking for Love” fue de aquel McAuley Schenker Group aunque se echaron algunos más en falta de esa época. Vino bien para descansar “Into the Arena”, otra instrumental donde se demostró el rodaje de la banda, su técnica, y que Schenker debería sacar otro disco de instrumentales por el gran nivel que sigue atesorando y por el buen gusto con el que las compone. “In Search of the Peace of Mind” fue el momento para recordar a Scorpions, pero fue mucho más celebrada “Red Sky”.

Otro trío nuevo y bastante variado: la compleja y trabajada “Emergency”, la balada con kilos de clase “After the Rain” y que sonó más que cristalina; entre medias tuvimos un “Armed and Ready” que devolvió la locura a la sala y un “Sail the Darkness” que sonó pegadizo como single que es, pero seguro que luego saliste cantándolo a la salida.

Última pareja antes de la munición final con “Rock you to the ground” de aquel Assault Attack, demostrando que Schenker también le puede dar al blues sugerente con Mc Auley haciendo lo propio, un toque diferente en todo el setlist que se agradeció. Acabaron ahora sí con otro tema nuevo “A king has gone”, el último single que ha sacado Schenker donde colabora Kiske y que nos produjo la misma sensación que en estudio, es un quiero y no puedo de algo que podría haberse sustituido por algún tema de la época de McAuley con Schenker como “Save yourself”, «Love is not a game», «Anytime» o «Bad boys».

Llegaba el final y sin paños calientes de entradas, salidas y cánticos varios fueron cayeron todos los bises. ¿Qué cuáles fueron? Pues un completo de UFO: “Rock Bottom” que hizo que se cayera la sala con solo de Schenker improvisado antes de acabar el tema; “Shoot Shoot” para hacer cantar al respetable; “Let It Roll” y “Natural Thing” que pasaron más desapercibidas ya que faltaban “Too Hot to Handle” y “Only You Can Rock Me” que fueron el final de fiesta que se merecía la noche.

Suponemos que era lógico que para MSG fueran diferentes el sistema de luces y el sonido de la sala, ya que fue perfecto haciendo sonar a la banda como un cañón. Acompañaron al guitarrista rubio su habitual Steve Mann como guitarra y teclista, Barend Courbois al bajo, y a la batería estuvo Bodo Schopf, un enorme descubrimiento que rayó un alto nivel durante toda la noche.

Si hablamos de alto nivel tenemos que hablar de McAuley, que se llevó el sobresaliente desde el primer tema… es una pena que después de esta gira quede relegado a ser uno más de Frontiers con sus Black Swan. Schenker desde su habitual lado derecho, no quiso el protagonismo en ningún momento siempre haciendo funciones de equipo y dejarle brillar a Robin, que está en un excelente estado.

Como decíamos al principio, el rubio tiene cuerda para rato y seguro que le tenemos por aquí dentro de muy poco para presentar ese “Universal” que está a punto de salir. Seguro que se acordará de España porque como vimos la gente le quiere mucho. Felicidades por esos 50 y los que vengan.

Texto: David Aresté
Fotos: Susana Manzanares