Pink Floyd: Live at Pompeii

Pink Floyd se ha brindado a ofrecernos conciertos y material de forma semanal, para llenar de contenido aquellas horas que nos sobran en el confinamiento al que estamos sometidos gran parte del planeta. Nick Mason y David Gilmour nos anunciaron hace dos semanas que iban a publicar la grabación de un concierto completo de forma semanal hasta que finalice el confinamiento. Ambos comentaron en las redes: «Queremos desear lo mejor a todos. Esperamos que vosotros y vuestras familias estéis a salvo en estos momentos tan difíciles. Con tanta gente confinada, queremos continuar publicando material de vídeo, audio o fotográfico para ayudaros a sobrellevar el asunto».

Toni Marchante

Sin duda, es una gran noticia para los fanáticos de la banda, aunque cierto es que se trata de material oficial publicado, por lo que muchos fans dispondrán ya de esos conciertos, pero no deja de ser una oportunidad de disfrutarlos y todo un descubrimiento para los que no lo han visualizado nunca. Hablamos de documentos y conciertos que uno no se puede perder. Las retransmisiones de los conciertos se realizan a través de su canal oficial de youtube y comenzó hará un par de semanas con el concierto de la gira del “Division Bell” que dio lugar al directo “Pulse”. Para la visualización de los conciertos se ha establecido un día que es el viernes y un horario. Si no puedes verlo en ese horario, no te preocupes, porque el video quedará respaldado durante 24 horas en la misma cuenta. El siguiente concierto en publicar ha sido el que nos ocupa. Estrenado originalmente en 1972, "Live At Pompeii" no es un concierto como tal, sino un documental que muestra al grupo tocando en el antiguo anfiteatro romano de Pompeya sin público. Este documento se convirtió ya en los setenta en un imprescindible de la banda y sigue siendo una obra maestra de la fusión entre música e imágenes.

Pompeya? fue una ciudad de la Antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la moderna ciudad de Nápoles y situados alrededor de la bahía del mismo nombre en la Ciudad metropolitana de Nápoles. Fue enterrada por la violenta erupción del Vesubio en el año 79 d.c. Los trabajos arqueológicos se encargaron de ir recuperando la emblemática ciudad romana.

El documental tiene una duración de casi una hora y en ella nos presentan cinco temas extraídos de los álbumes “A surcefull of secrets”, “Meddle” y una cara B de single. La dirección corrió a cargo de Adrian Maben en una época en la que estaban de moda los documentales musicales tipo Woodstock. El enclave sugerido por Adrian, ayudó a que los ingenieros de sonido aprovecharan el eco que generaba el entorno para crear un ambiente sonoro óptimo.

El documental se acabó de grabar en París y es ahí por donde comienza la cinta, con el tema “Careful with that Axe, Eugene” grabado con la banda tocando en un estudio en Paris intercalando imágenes de Pompeya, del Vesubio y de paisajes volcánicos y mosaicos romanos. Hablamos de una canción que para muchos había pasado desapercibida hasta ese momento, “Careful with that Axe, Eugene” fue la cara B del single editado por la banda “Point me at the sky”en 1968.

A partir de aquí, el Anfiteatro de Pompeya con sus gradas vacías se convierte en el escenario principal, con la interpretación de “A surceful of Secrets”. El matiz lumínico es muy interesante, ya que nos muestra a la banda en medio de la arena al atardecer. Con una intro más breve que la del disco de estudio, se desemboca de forma rápida en los toques de batería de Nick Mason, mientras David Gilmour sentado en el suelo hace sonar su guitarra en un mar de efectos sicodélicos, mientras Roger Waters golpea un gong en una imagen inolvidable cuando lo hace a contra luz. En las imágenes de Pompeya se entrelazan, columnas, pinturas y esos planos del estadio vacío con la banda en la arena junto al equipo de producción. La parte final la denominada “Celestial Voices”, con los teclados de Richard Wright, es sublime; de nuevo los paisajes volcánicos hacen acto de presencia, el acompañamiento rítmico y las vocalizaciones de David Gilmour ponen en alza un tema que nos ofrecen una versión superior a la del disco original, mientras vemos imágenes intercaladas del Vesubio y de la destrucción provocada por las erupciones volcánicas.

“One of these days” se desarrolla en el anfiteatro, pero ya de noche, en uno de los temas icónicos de los británicos recogido en su álbum Meddle. El tema se centra en lo más interesante que son los toques de batería de Nick Mason que es el auténtico protagonista, pues solo sale fugazmente David Gilmour al fondo. Hablamos de un tema tomados desde diversos planos, con divisiones de la pantalla en cuadrículas. De nuevo Roger Waters arranca “Set the controls for the heart of the Sun” con el gong, en un tema seguido por Mason tocando la batería con unas mazas. Roger Waters se encarga de la voz, las imágenes de pinturas romanas se intercalan con las del grupo, cobrando protagonismo sobre todo Richard Wright en la sutil y sencilla parte sicodélica central, para volver a relanzar el tema como en el principio.

Para finalizar, visualizamos imágenes espaciales de un satélite cuando ya escuchamos el sonar de esa magna obra llamada “Echoes”. Un cohete espacial despega y observamos imágenes que reproducen el sistema solar, volviendo a la tierra y de nuevo a Pompeya. Vemos de nuevo a la banda en medio del vacío anfiteatro, donde en las partes vocales intercalan imágenes de estudio. De nuevo la cinta está registrada al atardecer, con el grupo tocando y el equipo de producción muy cerca, con un Gilmour que desgañita su guitarra en los momentos que se precisa y un Richard Wright que le da sentido a su Hammond, ambos a pecho descubierto. Planos de las altavoces, de la hipnotizadora base rítmica creada por Waters y Mason que nos llevan a la parte oscura y sicodélica del tema donde se retoman las imágenes de Pompeya con Gilmour, Wright y Waters a contra luz o los cuatro paseando por los parajes volcánicos. La parte final se adorna con imágenes del espacio interestelar cerrando una de las canciones fetiche de muchos fans de esta grandiosa banda.

“Live at Pompeii” se ha editado en numerosas versiones donde se ha ido ampliando. A la original de 1972 le siguió la versión de 1974 más extendida donde se incluyeron momentos de la grabación de álbum “The Dark side of the moon”. De la posibilidad de poder verla solo en cines en los setenta pasó a verse en video en los 80, laser disc a principios de los noventa y luego en DVD con la edición editada y ampliada en 2003 bajo la inclusión de más temas, imágenes más modernas y entrevistas en la denominada los Cortes del Director donde Adrian Maben, da un paso más allá. En esa edición se incluyen algunos temas más (como otra versión de “Echoes”, “Us and them”, “Mademoiselle Nobs” y “Brain Damage”) intercalados con entrevistas y no interpretados en Pompeya, ya que incluso pertenecen algunas a las grabaciones del “The Dark Side of the Moon”. Ya en 2016, tras la edición de los books de “The Early Years” , en el de 1972 Obfusc/ation , el book número 6 dedicado mayormente al álbum “Obscured by clouds”, se incluye la remezcla en 2016 del concierto el Pompeya en formatos CD, DVD y Blue Ray. Aquí se mejora el documental primitivo en imagen y se le incorpora el sonido remezclado en audio 5.1. Esta remezcla actualizada del original de 1972 es la que Pink Floyd ha publicado en su youtube para que lo podamos disfrutar todos.

En julio de 2016 David Gilmour aprovechando la gira de su disco “Rattle that lock”, volvió al Anfiteatro de Pompeya para dar un concierto que se estrenó mundialmente en cines (con un set list más corto) y se publicó en formato audio y visual en septiembre de 2017 con el concierto completo. Aquel show fue el primer espectáculo con público que tuvo lugar en ese sitio desde el año 79 d.c.. El set estuvo compuesto por temas de Gilmour en solitario y temas de Pink Floyd. “One of these days” fue el único que volvió a sonar en ese anfiteatro por segunda vez.

“Live at Pompeii” es un documental de culto que se ha ido revalorizando en el tiempo, ya que no tuvo en su lanzamiento la repercusión que alcanzó más adelante cuando Pink Floyd llegó a la cima a mediados de los setenta, cuando se convirtió en uno de los referentes del rock progresivo hasta la eternidad.

Toni Marchante