Crítica | The Cult: Under the Midnight Sun

Cada vez nos quedan menos bandas de la era clásica del rock. El tiempo no para y ya hace unos cuantos años que nuestra música dejó de ser la que dominaba en el ámbito popular. Una época que, probablemente, ya no volverá. Una época en la que bandas como The Cult reinaban y estaban consideradas de lo mejor del género. Aun así, es un alivio comprobar que la banda de Ian Astbury y Billy Duffy sigue en activo y, lo que es más importante, ofreciendo música más que digna después de tantos años.

También es verdad que la dinámica de la pareja (no nos engañemos, ellos dos son, y siempre han sido, The Cult) siempre ha sido, cuanto menos, errática. Así que cada nueva entrada en el catálogo de la banda es un pequeño milagro. Y lo mismo ha sucedido con «Under the Midnight Sun» (2022), el undécimo disco en estudio de The Cult.

The Cult – Vendetta X

La banda no sacaba nada desde «Hidden City» (2016) y en esta época que vivimos, tanto tiempo es un mundo. Las tecnologías avanzan, el consumo de música evoluciona y los gustos del público general cambian (no necesariamente a mejor). Pero parece que a Astbury y a Duffy les importa bien poco. Cuando han tenido una colección de ocho temas que han creído conveniente grabar, han llamado a Tom Dalgety (Ghost, Rammstein, Clutch, Opeth…) para que les produzca el nuevo trabajo. Ocho temas… ¿para qué más si hay que meter relleno? Una decisión acertada, aunque el disco apenas pase de los 35 minutos. Si en 2023 todavía pagas los discos en base a su minutaje, estás condenado a la decepción, me temo.

Lo primero que llama la atención al darle al play, es el sonido del disco: orgánico, añejo, natural, auténtico. La inicial «Mirror» llama la atención por esos paisajes sonoros que recuerdan a uno de sus discos más celebrados, «Love» (1985). Las guitarras de Duffy bañadas en reverb, atmósfera oscura y un bajo que suena atronador en todos los temas.

The Cult – Under the Midnight Sun

En «Under the Midnight Sun» apenas hay riffs rocosos como en «Electric» (1987) o himnos de estadio como en «Sonic Temple» (1989). Los temas son atmosféricos, melódicos y un tanto melancólicos. Algunos tienen madera de hit ochentero como «Vendetta X», con sus bajos sintetizados o su estribillo Astburyano 100%; otros tienen ADN peliculero como el tema título, que casi podría ser la canción principal de la nueva peli de James Bond, o incluso «Knife Through Butterfly Heart», con su aire épico.

«Give Me Mercy» y su riff inicial es uno de los pocos momentos eminentemente guitarreros en los que se reconoce al viejo Billy, mientras que en «Impermanence» volvemos al territorio «Love» con ciertos toques emo (ojo, del de verdad de bandas como Fugazi o Bluetip).

The Cult – Mirror

Al final de todo, «Under the Midnight Sun» resulta muy disfrutable porque aquí hay pedigrí, algo que cada vez escasea más. Cierto, los días dorados no volveran: se acabaron los riffs mastodónticos, se acabaron la laca, los vídeos de MTV y los hit singles. Pero la impronta de Duffy y, sobre todo, Astbury planean por todo el disco.

El cantante tiene una personalidad tan apabullante que casi todo lo que toca suena a The Cult, y el buen hacer de Billy Duffy a la composición de temas hace que volvamos a tener entre manos un muy buen disco. Hay que paladearlo para sacarle todo el jugo posible, pero cuando consigues entrar en su propuesta, te quedas totalmente embriagado. Que así sea por muchos años.