El comienzo de la década de los años setenta supuso un gran período de creatividad por parte de los grandes exponentes del hard rock, producciones efectuadas en aquélla época por grupos como Uriah Heep, Led Zeppelin, Black Sabbath y Deep Purple, entre otros, son consideradas como grandes clásicos del género que se han mantenido vigentes hasta el presente, tal como lo demuestran las muchas reediciones que han salido y que se venden tan bien hoy como en el momento en que fueron publicadas originalmente.
En el caso de Deep Purple, los tiempos no podían ser mejores, ya que por aquélla época publicaron trabajos de la talla de «Deep Purple In Rock» en 1970, «Fireball» en 1971 y «Machine Head» en 1973, contando igualmente con su alineación más famosa que estaba conformada por Ian Gillan en la voz, Ritchie Blackmore en la guitarra, Roger Glover al bajo, Ian Paice en la batería y Jon Lord (1941-2012) en los teclados; y aunque muchos críticos han considerado que «Fireball» es un producto inferior al estar en medio de grandes discos como los ya nombrados «Deep Purple In Rock» y «Machine Head», en lo personal considero que «Fireball» es tan esencial e imprescindible como cualquiera de los otros dos.
Al igual que otras bandas de la época, el itinerario de presentaciones de Deep Purple se encontraba muy apretado y apenas encontraban tiempo para acudir a los estudios y registrar el material que conformaría su álbum «Fireball»; motivo por el cual el grupo estuvo, desde septiembre de 1970 hasta junio de 1971, grabando principalmente en los estudios «De Lane Lea» de Londres, utilizando también (a finales de 1970) una casa de campo llamada «The Hermitage» ubicada al norte de Devon, para escribir y ensayar sus nuevas canciones, acudiendo igualmente a los «Olympic Studios» en Londres para efectuar las sobregrabaciones y mezclas finales; con la composición de los temas acreditados a todos los integrantes de la banda.
Con el sonido de un aire acondicionado encendiéndose por el canal izquierdo hasta pasar al derecho, el álbum «Fireball» comienza con el tema que le da su título y en donde Ian Paice demuestra su destreza con una batería de doble bombo, entrando posteriormente toda la banda con la poderosa voz de Ian Gillan cantando sobre una chica cuyo poder lo tiene hechizado, mientras que el resto del grupo va siguiendo un acelerado ritmo que los lleva a un estilo bastante cercano al heavy metal.
En la parte intermedia de la pieza se destaca un estridente solo de bajo interpretado de manera magistral por Roger Glover, siendo seguido por el órgano de Jon Lord quien después de ejecutar el solo pasa a dominar el siguiente segmento de la canción, interviniendo de nuevo la voz de Gillan para después irse desvaneciendo la canción en fade-out, mientras que Lord mantiene su protagonismo con el órgano y Paice sigue interpretando su batería de manera acelerada combinada con los golpes de una pandereta, en tanto que Ritchie Blackmore mantiene un papel discreto con su guitarra rítmica. A pesar de su contundencia, «Fireball» fue interpretada durante pocas ocasiones entre 1971 y 1972, aunque luego fue reintegrada en el set list desde 1994 hasta el 2013.
El álbum continúa con «No No No», en cuyo comienzo podemos escuchar la batería de Ian Paice junto a la guitarra de Ritchie Blackmore sonando de manera simultánea en donde este último interpreta unos lentos acordes cercanos al blues para después derivar en un rock de medio tiempo al entrar la voz de Gillan junto al bajo de Glover, con el teclado de Lord asomándose por el canal izquierdo.
Cuando la canción alcanza aproximadamente un minuto con treinta segundos, Blackmore nos deleita con un extenso solo de guitarra utilizando un efecto slide para luego pasar al blues, entrando nuevamente la voz de Gillan y después es Jon Lord quien se encarga de ejecutar su correspondiente solo con el órgano Hammond, el cual se extiende hasta que Blackmore interviene de nuevo con su guitarra dándole paso a la voz de Gillan quien le da punto final a la canción con su característico grito. Tal como se deriva de su título, las letras están relacionadas con la falta de libertad, la ausencia del amor y sobre personas que afirman estar creando cuando en realidad están destruyendo. Por otro lado, «No No No» solamente se interpretó en vivo entre 1971 y 1972.
El tercer tema en la edición americana de «Fireball» es «Strange Kind Of Woman», cuya gestación comenzó a finales de 1970 cuando la banda se encontraba en «The Hermitage», siendo finalmente grabada en los estudios «De Lane Lea» para después convertirse en una de las canciones más famosas del grupo, y en cuyo comienzo podemos escuchar a los músicos descargando un llamativo riff que sigue la línea trazada por su tema «Black Night», en donde éstos van interpretando un movido ritmo junto a un pegajoso coro hasta llegar a la parte intermedia, con la voz de Gillan efectuando un ligero cántico sobre un fondo lento de teclados junto a una excelente interpretación de Ian Paice con su batería, entrando posteriormente Ritchie Blackmore para descargar su correspondiente solo el cual se repite mientras que el tema se desvanece en fade-out.
En las letras de «Strange Kind Of Woman», Gillan nos relata la historia de un personaje que se siente atraído por una prostituta llamada Nancy, quien después de rechazarlo varias veces, termina casándose con el protagonista para luego fallecer. La canción sería interpretada en vivo de manera constante desde marzo de 1971, sirviendo de excusa para que Ian Gillan y Ritchie Blackmore efectuaran su respectivo contrapunteo entre la voz y la guitarra.
Por cuanto «Strange Kind Of Woman» había sido publicada como sencillo en Europa en febrero de 1971, la banda no quiso incluirla en la versión inglesa del álbum «Fireball», el cual sería publicado el primero de septiembre de 1971 (a casi dos meses de publicarse la edición americana) y en donde la sustituyeron por «Demon’s Eye», canción que fue grabada al final de las sesiones y en cuyo comienzo podemos escuchar unas repetitivas notas ejecutadas por Jon Lord en los teclados que sirven de introducción hasta la posterior entrada de los demás músicos, con la voz de Gillan describiendo su deprecio hacia una chica que anteriormente le había gustado.
La canción cuenta con la ejecución de un extenso solo de órgano efectuado por Jon Lord hasta la nueva intervención del cantante, para luego darle paso a Blackmore quien cobra protagonismo con su guitarra, destacándose por encima de la voz. «Demon’s Eye» sería interpretada en vivo en raras ocasiones durante 1971, aunque después tendría una mayor presencia a partir del 2004.
El primer lado del disco concluye con «Anyone’s Daughter», tema que fue registrado durante las primeras sesiones del álbum y cuya ejecución significó un cambio de sonido comparado con lo que el grupo tenía acostumbrado ofrecer a su audiencia, por cuanto incursionan con un estilo más cercano al «Country & Western» en contraposición a su tradicional hard rock; y en cuyas letras el cantante nos narra una historia sobre las peripecias de un chico que al final logra casarse con la hija de un hombre rico, luego de haber batallado con un granjero y un juez por haberse acostado con sus hijas.
Aún así, se trata de una divertida canción que comienza con un precalentamiento en donde Ritchie Blackmore se decanta por el slide, en tanto que Jon Lord interpreta un piano al estilo «honky tonk»; y al momento en que Ian Gillan comienza a cantar, Ian Paice va marcando el ritmo apoyándose en el bombo y la pandereta, todo mientras que Glover mantiene un sólido toque y Blackmore puntea con su guitarra, terminando el tema con el sonido del piano. «Anyone’s Daughter» fue interpretada en vivo en una sola ocasión en 1971, aunque luego el grupo lo incluyó en su repertorio entre 1993 y 1995.
El lado «B» del disco se inicia con el sonido de percusión efectuado por Ian Paice quien le dan entrada a «The Mule», una pieza de corte experimental grabada en los «Olympic Studios», en donde la banda ejecuta un potente hard rock con predominio de la batería y la guitarra; entrando luego la voz de Gillan cantando de manera delicada unas breves letras que hacen referencia al propio Lucifer a quien culpa de todos sus males. Al terminar de cantar, podemos escuchar el teclado de Jon Lord, cuyo solo transporta al grupo a los terrenos de la psicodelia, emulando el sonido de los primeros discos de Pink Floyd.
Posteriormente la banda vuelve al hard rock con Blackmore ejecutando un potente solo de guitarra que se extiende hasta que los músicos retoman el ritmo inicial, con Jon Lord recuperando de nuevo el protagonismo y terminando la canción con el sonido de percusión que sonó al comienzo. «The Mule» sería interpretada en vivo por la banda desde 1971 hasta 1973, apareciendo ocasionalmente en 1976; sirviendo dicho tema como vehículo para que Ian Paice interpretara un extenso solo de batería. Posteriormente fue incorporada en las presentaciones efectuadas desde el 2011 hasta el 2016.
El ambiente experimental del disco continúa con «Fools», el cual acerca el sonido del grupo dentro de los terrenos del rock progresivo y que tiene un comienzo lento con Blackmore, Glover y Lord repitiendo unas notas con sus respectivos instrumentos, mientras son acompañados por un constante toque del platillo de Paice; extendiéndose la melodía hasta volcarse por un sonido algo psicodélico con predominio de los teclados cuando entra la voz de Gillan, representando éste a un individuo moribundo quien expresa (en la parte pesada del tema) su desilusión por el comportamiento de la raza humana.
Posteriormente podemos escuchar que la batería de Ian Paice se va quedando sola mientras es acompañada por unas maracas, para después volver a entrar toda la banda liderados por el cantante, quienes dejan de nuevo sola a la batería con las maracas, uniéndoseles luego Ritchie Blackmore quien por casi tres minutos efectúa con su guitarra un efecto de eco en donde sube y baja el volumen. Terminando la canción con Gillan cantando el último verso mientras que toda la banda va descargando su pesado ritmo y en donde Jon Lord lanza sus últimas notas con el teclado. «Fools» nunca se interpretó en vivo por esta formación de Deep Purple; pero fue incorporada en el repertorio del grupo entre los años 2000 y 2002.
En la última canción del disco, el grupo regresa a su sonido tradicional con la dinámica «No One Came», la cual comienza con el sonido del bajo, la guitarra y los teclados a los que luego se les une la batería, efectuando todos un ritmo marchante y repetitivo, con Gillan relatándonos, a lo largo del tema, una historia acerca de un personaje cuyo propósito es el de convertirse en una estrella del espectáculo, pero que se encuentra con la indiferencia e hipocresía de los demás. Después del segundo coro, entra Ritchie Blackmore con un emotivo solo de guitarra que se extiende hasta que Jon Lord aparece efectuando su correspondiente solo por medio del órgano Hammond, entrando de nuevo la voz de Gillan al final de dicho solo.
Cuando la canción parece llegar a su fin, nos encontramos con una coda en donde el grupo vuelve a interpretar la melodía principal, entrando posteriormente Jon Lord con un piano, cuyo sonido es reproducido en reversa y que se sigue escuchando hasta que el tema se va desvaneciendo en fade-out. «No One Came» solamente fue interpretado una sola vez en vivo por esta formación de Deep Purple en abril de 1971; sin embargo, la banda la incorporó de manera intermitente dentro de su repertorio a partir de 1996.
La producción de «Fireball» se acreditó al grupo, quienes contaron con la asistencia del ingeniero de sonido Martin Birch (1948-2020) quien a su vez fue acompañado por Lou Austin (en «De Lane Lea Studios») y Alan O’Duffy (en «Olympic Studios»). La portada fue creada a partir de una fotografía del grupo efectuada por Tony Burrett, diseñado de tal manera que los cinco músicos aparecen dentro de una bola de fuego, aunque muchos comentan que en realidad se trata de un espermatozoide.
Durante las sesiones de grabación de «Fireball», la banda registró canciones que por algún motivo quedaron fuera del álbum, tales como «I’m Alone», publicada como lado «B» del sencillo «Strange Kind Of Woman»; así como «Freedom» y «Slow Train», las cuales serían publicadas años después en distintas recopilaciones y en la edición remasterizada del álbum en 1996. Por su parte, Ian Gillan llegó a declarar que si lo ponían a elegir, «Fireball» sería su disco favorito de Deep Purple.
Para efectuar esta reseña consulté las notas incluidas en la edición remasterizada de «Fireball» publicada en 1996; así como en las notas incluidas en la caja recopilatoria «Deep Purple – Shades 1968-1998», publicada en 1999; la página web «setlist.fm» y la entrevista a Ian Gillan incluida en el DVD «Come Hell Or High Water», publicada en 1994.
Rafael Coutinho.