Freedom Call, a finales de los 90, vino a ser el otro grupo de Dan Zimmerman, batería de Gamma Ray. Aprovechando la corriente de power metal, los teutones pretendían hacerse con el trono de grupo powermetalero más feliz del mundo y sus melodías facilonas y divertidas no dejaban dudas de su intención. Tras unos años funestos, y ya sin el mencionado Zimmerman, los de Chris Bay vuelven a la carga para recuperar su trono.

Xavi Prat

La ola de power metal que inundó el panorama a finales de los 90 dejó un patrón de bandas muy claro: buenos primeros discos, para caer en un abismo de mediocridad en sus siguientes años. Metallium, Labyrinth o los propios Hammerfall son claros ejemplos. Alguno de ellos, más tarde, consiguieron resurgir, aunque la mayoría permaneció en el olvido. Freedom Call no se ha separado ni un milímetro de esta línea. Discos como Stairway to fairyland o Crystal Empire no inventaron nada, como tampoco lo hace este Master of light, pero tampoco lo pretendían. Melodías facilonas a raudales, toneladas de azúcar y una cierta dosis de predictibilidad en estructuras, estribillos y ganchos, conseguían arrancar más de una sonrisa y llenar horas de happy metal nuestro tiempo. Canciones como Tears Falling, Farewell o la homónima Freedom Call lograban, quisieras o no, que cierta energía feliciana te recorriera el cuerpo.

Pasaron los discos y la banda fue perdiendo fuelle, hasta quedar relegado a un quinto o sexto plano. De hecho, hubo un tiempo en el que hubiese jurado que habían desaparecido. Pero los de Chris Bay parecen no haber perdido las ganas (aunque en ciertos momentos nos lo hicieran creer) y, tras un interesante Beyond, este Master of light los vuelve a poner en platea del power más happy melódico de la escena, a pesar de la horrenda portada que han escogido para el disco.

Este nuevo trabajo ofrece más de lo mismo, pero bien hecho. Velocidad, melodías predecibles a raudales y una sensación de buenrollismo que no desaparece en los doce temas que componen el álbum. Metal is for everyone es una gran forma de abrir el trabajo. A pesar de la sensación de haberla escuchado y de cierto pasaje, este himno posee todo lo que el grupo lleva ofreciendo durante tantos años. Hammer of the gods, con una intro simpática a base de teclados, sigue la estela, aunque no será el tema que más me enganche. A world beyond mejora el panorama. Muy hímnica y rápida, con coros grandilocuentes en el estribillo, hará las delicias de los fans más acérrimos del estilo. Masters of light, con cierto toque a Blind Guardian, sigue sin desfallecer: coros y teclados omnipresentes y grandilocuentes, ciertos cambios ritmo y una melodía que te hará levantar el puño si los ves en directo.

En Kings rise and fall vuelve la caña más powermetalera. El doble bombo se toma pocos respiros, los riffs se entretejen perfectamente y el estribillo es marca de la casa. Cradle of angels es, quizá, el tema más flojo del disco y no por ser la balada. No veo que aporte demasiado más allá de “la balada que todo álbum debe llevar”. Por suerte, Emerald skies viene a despertarnos con una intro de piano y todos los elementos del estilo y del grupo. Hail the legend sigue el mismo camino y, aunque no pasará a los anales de la historia, es un tema divertido de escuchar.

Ghost Ballet es desconcertante y, el otro tema que, en mi opinión, sobra del disco. No sé exactamente qué pretendía Bay, pero un tema tan pesado y oscuro (teniendo en cuenta que hablamos de Freedom Call) parece forzado. Por suerte, la alegría y el buen rollo vuelven con Rock the nation, quizá el tema que más me ha gustado de este Master of light. Se trata de un medio tiempo animado muy pegadizo, con un estribillo que te hará mover la cabeza y sonreír, Freedom Call 100% (ya me la imagino en directo). Riders in the sky nos trae de vuelta el doble bombo y las melodías de guitarra tan características. El álbum cierra con High up. Podría hacer diez años que no escuchase al grupo, pero reconocería la canción. Una forma digna de poner el punto y final.

Chris Bay y los suyos nos traen casi 50 minutos de puro power metal melódico y azucarado. No dan ningún giro de tuerca al estilo, tampoco se reinventan como grupo, pero es que no lo pretenden. No esperes encontrar innovación ni sorpresas, estos germanos no es lo que te ofrecerán. Pero si te gusta el estilo facilón y alegre o si, simplemente, te ha gustado algún trabajo de la discografía de Freedom Call, el trabajo merece una escucha y una sonrisa.

Xavi Prat

Temas:

Metal is for everyone
Hammer of the gods
A world beyond
Masters of light
Kings rise and fall
Cradle of angels
Emerald skies
Hail the legend
Ghost Ballet
Rock the nation
Riders in the sky
High up