«Sexto asalto, sexta entrega del guitarrista madrileño Jorge Salán en el cual continua reivindicando su labor como músico total y composito al unir labores de composición, cantante, guitarra rítmica y solista en canciones de múltiples estilos, rock, hard rock, funky, pop, etc, con el rock como nexo de unión de todos ellos….»

Belch

Nota:7/10

Sexto asalto, sexta entrega del guitarrista madrileño Jorge Salán en el cual continua reivindicando su labor como músico total y composito al unir labores de composición, cantante, guitarra rítmica y solista en canciones de múltiples estilos, rock, hard rock, funky, pop, etc, con el rock como nexo de unión de todos ellos.

Este trabajo supone una continuación lógica de Subsuelo, presentando nuevos temas, todos con voz, dando la espalda a sus primeros trabajos en su mayoría instrumentales, en los que sacaba a la luz todo su potencial como guitarrista.

Con todo ello, y tras varias escuchas, además de haberle visto un par de veces en directo, debo dar mi opinión personal, y es que Jorge, por mucho que quiera no es cantante. Y no digo que cante mal del todo, puesto que entona, se nota una evolución y que trabaja su voz, sino que las melodías y lo que hace con su voz no está a la altura, ni mucho menos, de la labor musical, tanto suya como de la pedazo de banda que lleva con él. En definitiva, desmerece y baja muchos quilates cosa que se solucionaría contando con un cantante de calidad. Si comparamos estos temas con el Back in Time que editó hace unos años en aquel From Now On, se nota una diferencia abismal de nivel (también teniendo en cuenta quién estaba en las voces de aquel tema, que es canela fina) pero sí que es una pena que, con los años, vaya bajando y no vaya subiendo la calidad como debería. De hecho, se defiende con una forma de cantar, que a mi particularmente, me acaba cansando y resultando monótona a las pocas canciones y hace que pierda el interés y la atención en los temas.

En cuanto a su labor como guitarrista, en esta nueva entrega sí encontramos momentos de calidad con el instrumento de las seis cuerdas pero siempre mucho más controlado y en momentos más puntuales que en su primera época, probablemente para no ponerse a hacer excesivas florituras que luego no pueda compaginar con su tarea como frontman y no pueda defender los temas en directo.

La banda, como digo es de auténtico lujo, y la parte músico-instrumental es buena. No es de extrañar que suene tan bien cuando tenemos a Fernando Mainer al bajo, cada día mejor bajista y que comienza a tener repercusión internacional y Carlos Expósito a la batería, además de las colaboraciones de Javi Diez a los teclados, Luisma Hernández (Santelmo) y Edu Brenes (Skunk D.F.). Además de estos músicos hay que añadir la más que decende producción conseguida mano a mano entre Jorge y Pepe del Pozo.

Pero a la hora de fijarse en los detalles queda en un segundo plano tras esas melodías de voz con poco gancho, extrañas, a veces incluso simplonas. Es curioso porque estas melodías hacen que parezca un disco muy lineal y homogéneo cuando, en cuanto a estilo, sigue apostando por ese eclecticismo que le caracteriza y le diferencia de tantos otros músicos. Actualmente, su principal virtud es la de de saber aunar estilos dispares haciendo que suenen dentro de un todo, sin desentonar, con gran maestría.

En cuanto a los temas, dentro de la linealidad de melodías y de la manera de cantar, sí que encontramos alguno que destaca como “Trainspotting” con toques folk y celtas pero bastante macarra, “Cero 16” gran tema y mejor letra, “Mar de Cristal” o “Reflejos del Ayer”. También destacaría “Tocar tierra”, del cual han grabado videoclip y que, si bien no es un tema muy allá, el estribillo sí que es bastante pegadizo y con letra también digna de ser prestada con atención.

Por último destacar tanto la letra de “Sinfonía Subterránea” escrita por Carlos Tarque y el último tema, versión de Dulces Sueños de “El último de la fila como broche final en una buena adaptación del tema original aunque la diferencia de registro en las voces hace que quede un poco deslucida, aunque ser una versión, ante todo, muy personal y que, por otro lado, pone de manifiesto las raíces y las influencias del pop-rock de los años 80 que tiene Jorge a la hora de encarar sus composiciones.

Lo que nadie le puede quitar a Jorge es su honestidad, de trabajar como él cree, de apostar por su voz y el castellano al hacer los temas. Se agradece que quiera salir de la música instrumental y de canciones que no dejan de ser solos de 5 minutos, pero se echa de menos un mejor cantante, que hace que todo el potencial que tienen estos temas, salga completamente a la luz.

Belch

Temas

Depredador
Mar de cristal
Tocar tierra
Aprendiendo a perder
Trainspotting
Reflejos del ayer
Cero 16
Depresión
La lluvia quedó atrás
Agotamiento
Sinfonía subterránea
Dulces sueños