Octavo lanzamiento discográfico de KOMA, esa vacilona banda de estilo inclasificable pero con personalidad única e inconfundible. En realidad, lo de inclasificable resulta innecesario porque, tal y como cantan en su single “La almohada cervical”, “lo nuestro siempre fue heavy metal” así que con eso queda todo dicho.

Lo cierto es que la carrera discográfica de KOMA, aunque continuada, ha sido algo irregular en cuanto al espacio que han ido dejando entre disco y disco pero lo que nunca habían hecho es hacernos esperar cuatro años (“Sakeo” data del 2007). Por tanto, tras semejante espera hay que suponer que el disco se coge con muchas ganas y tal vez por ese motivo, tras una primera escucha, uno se queda algo decepcionado.

Es difícil definirlo pero para resumirlo de forma rápida es como si KOMA hubiesen vuelto a la producción de su primer trabajo y con temas que, en algunos pasajes recuerdan sus primeras composiciones (como es el caso de “Blancos de los nervios”. Lo mismo pasa cuando escuchas el primer single de adelanto que, como carta de presentación, nada tiene que ver con aquel “Los niños de la posguerra”, “Protestantes” o “Menos mal”.

Como digo, el sonido del disco queda como apagado, con poca consistencia y con unas líneas compositivas algo pobres. Así, si bien es cierto que las letras siguen siendo igualmente hirientes (“ya no quedan razas, sólo quedan dos, los hijos de puta y los que no lo son”), en cuanto a dureza no creo que este disco sea el más agresivo de su carrera, lo cual, tras cuatro años de espera decepciona un poco.

Hasta aquí las reacciones que despierta este disco tras la primera escucha. Ahora bien, cuando ya llevas seis escuchas te vas das cuenta que esta “Maldición divina” va ganando y que cada tema va cogiendo personalidad propia distinguiéndose perfectamente uno de otro (algo que, por cierto, protagoniza la música de KOMA). Como digo, a medida que vas repitiendo las escuchas el disco mejora.

“Los idiotas” es uno de esos cortes vacilones con una muy buena letra que culmina con el estribillo “un idiota necesita otro idiota más idiota junto a él” que contrasta con una línea musical muy roquera y vacilona. Otro de los cortes que destaca es, sin duda, “¿Quién sobra”?, tema muy irónico e irreverente que sube el octanaje hasta llegar a un estribillo completamente feroz berreando “Dios sólo castiga a los pobres, Dios puede que sea quien sobre”. Y por nombrar otra de las joyas del disco tenemos “Bagare”, un tema nacionalista vasco, que es la versión de un tema del cantautor Gontzal Mendibil y que podría ser el equivalente musical de aquel Baga Biga Higa del “Sinónimo de ofender”.

Sin querer desgranar todos los temas, no perdáis de vista el trabajo de batería y de doble bombo de “Patrón a seguir”, el corte más duro del disco o la buenrollera “Me vacío”, muy a tono con aquella “Buenos rollos” del “Sinónimo de Ofender” (genial tema).

Tal y como venimos comentando, lo cierto es que este disco, en líneas generales, no es el más duro de la carrera de KOMA pero no por ello está exento de calidad. Mantiene el protagonismo los temas a medio tiempo y líneas de guitarra cargadas de melodía. Eso si, la ruda voz de Brigi sigue intacta así que los berridos los tenemos asegurados.

Como conclusión, un disco que, pese a que tal vez no entre a la primera, va ganando puntos a medida que se le va dedicando tiempo. Una gran cualidad que garantiza que el disco no aburra y, sobretodo, no temáis porque KOMA siguen sonando a KOMA!.
Marcel.lí Dreamevil

Temas:01. Intro (la maldición divina), 02. Sin Oxígeno, 03. La almohada cervical, 04. Blancos de los nervios, 05. Los idiotas, 06. ¿Quién sobra?, 07. No te lo tomes a mal, 08. Intro (ametsa), 09. Bagare, 10. El exorcista, 11. Patrón a seguir, 12. Me vacío, 13. Ostia frontal, 14. Intro (el ente), 15. Fantasmal