Los planetas se alinean muy de tanto en tanto, y en una de esas cosas de la vida quiso el destino que la rara, exclusiva e inédita gira de Zakk Wylde con sus Book Of Shadows, pasara por nuestro país, marcando a fuego la cita en nuestro calendario a fuego nada más enterarnos.
Texto y Fotos: Susana Manzanares
Caer en lunes no ayuda la verdad, pero que el artista no traiga el repertorio al que nos tiene acostumbrados parece ser que tampoco. Deben hacer falta unas cadenas al menos de gordas como llevaba el propio Zakk a las caderas, para arrastrar a un público que no supo lo que se estaba perdiendo esa noche en Madrid quedándose en casa. De esas cosas que no se entienden, Book Of Shadows I y su hijo recién parido se nos ponen en bandeja de plata por vez primera -y quién sabe si última- ante una desangelada sala que debía de haber estado llena a reventar ante un concierto así sin ninguna duda. Triste momento encontrarte una vez más con que a la hora programada se apagan las luces y ante un telonero que bien podría ser titular todo sea dicho, quedan aún demasiadas ‘calvas’ en el suelo… Es esa sensación que hemos vivido tantas veces, ¿a quien le echamos la culpa si es que la tiene alguien? ¿Porque es lunes…? ¿Porque hay fútbol…? ¿Porque el cartel no lo merece?… esto último es que ni me lo cuestiono y las otras dos pues tampoco me convencen así que dejo el asunto flotando en el limbo de los fenómenos sin resolver.
Jared James Nichols es como digo un artista invitado que si es como invitado de alguien tan ilustre como el caso de esta noche puede valer, pero desde luego tiene de sobra lo que hay que tener para disfrutar desde ya mismo de cartel propio para él solito y por supuesto para que le abran otros a él y no al revés.
No tiene mal ojo el bueno de Zakk o el que le haya puesto ahí, con teloneros como él que se anden con ojo los principales que les pisa las lechugas en menos que canta un gallo… Incluso para esta ocasión mismo ya me llegaron algunas impresiones de gente para quien se comió con patatas al teloneado vikingo. Yo no estoy de acuerdo en absoluto, pero desde luego que toda opinión es totalmente respetable. No se trata de comparar, no se puede equiparar el show de esa noche a la propuesta de Jared, ni a esa ni a ninguna otra, pues el show es demasiado especial como para clasificarlo en ningún sitio.
Jared salió a comerse el mundo y todo lo que se le ponga por delante como ya demostró en su anterior visita junto a Glenn Huges, otro peso pesado. Entonces, como en esta ocasión, pudimos deleitarnos y disfrutar de uno de los mejores intérpretes de blues rock del panorama actual. Cogiendo el testigo a los grandes dinosaurios de los sonidos más profundos del blues americano, Jared es una bestia salvaje sobre el escenario que despunta cada día más y a pasos agigantados e imprime su propio color a un estilo que parece estar resurgiendo más que nunca en los últimos tiempos pues, por suerte para nosotros, llevamos una temporada que no hacemos más que recibir visitas de reputados y no tan reputados guitarristas del género, hombre o mujer, da igual. Bienvenidos son aunque se nos sigan resistiendo bonamasas y similares, pero ya vendrán ya… El altísimo americano dejó paso por fin y con un listón casi tan alto como él, a la estrella de la noche, a Zakk Wylde.
Una estrella que no deja de sorprenderme la cierta ‘polémiquilla’ que me ha parecido percibir a su paso por nuestro país. El propio Zakk el primero tenía muy claro a lo que venía, así lo vino anunciando desde hace meses y así es como lo teníamos que tener de claro todos los que allí decidimos acudir, y ya digo que por desgracia muchos no estábamos. Ya teníamos que saber que no íbamos a ver a Black Label Society, ni a Ozzy, ni siquiera su otro ramalazo independiente Pride and Glory… Era la noche de las sombras y quien no fuera consciente de ello su satisfacción esa noche saldría de la sala herida de gravedad.
Fuera de que sean discos más propicios para escuchar en la tranquilidad de tu casa, del coche, en ambientes relajados o donde te apetezca, no sé dónde está escrito que no se puedan escuchar en una sala. Todo disco, sea del estilo que sea, es perfectamente disfrutable en directo, bueno para mí de hecho todo es mucho más disfrutable en directo.
El directo es la hora de la verdad, donde no hay trampa, donde se la juegan todos. ¿Por qué en este caso no? Porque son trabajos intimistas, lentos y de complejidad en la composición? Pues con mayor motivo. Ya nos sabemos los temas de la primera parte, lleva 20 años ahí, los tenemos más que escuchados, los de la segunda de acuerdo, aun los tenemos en pañales, pero qué más da? Escuchar esos solos largos, densos y complicados nunca pueden sonar igual en el salón de tu casa… Yo sí quería oírlos allí, de su propia mano, a la guitarra, a la acústica, al piano y hasta entre el público, donde se pasó más de cinco minutos tocando para deleite absoluto de la gente. Era una ocasión única que vete a saber si se repite…
Este no es un concierto cualquiera, ni el hacer esta crónica ahora mismo siquiera me pide desgranar tema a tema el setlist, a pesar que cada uno venía con su propia historia contada de una manera diferente al disco. Es un concierto para fans, para verdaderos enamorados de las sombras y me entristeció comprobar que la gente esperaba otra cosa, y lo entiendo, a mí también me vuela la cabeza el Zakk brutal y superhéroe que sólo le falta el martillo de Thor, pero no tiene ningún sentido echar por tierra un concierto que fue lo que tenía que ser tal y como tenía que ser.
Zakk Wylde es un músico como hay pocos, bajo su rudeza y aspecto asilvestrado esconde una capacidad enorme de emocionar con cualquier instrumento. Muestra sin pudor su faceta más interiorista desbordando sentimiento y entregándose en cuerpo y alma como hace siempre, sólo que esta vez quizás con más alma que de costumbre y una voz en un excelente estado, cosa que yo personalmente aguardaba con mucha curiosidad.
Trajo un show sin fisuras, con unos músicos excepcionales en los que se apoyó en todo momento y que sin duda contribuyeron a que el concierto fuera tan brillante. Sus compañeros de aventuras en BLS son una gran baza, se rodea bien el gigante rubio… John De Servio al bajo, Jeff Fabb a la batería y Dario Lorina, que es un fenómeno y aunque hace falta poco para darse cuenta, nos lo demostró de sobra a lo largo de la noche ejecutando impecable unos solos casi a la altura del propio Zakk.
No nos puede decepcionar tener conciertos así, sobre todo porque nos pasamos media vida demandando cosas nuevas, que todo está ya muy visto y tal y tal… Para mí este es uno de esos que quedará en mi recuerdo y en el de muchos de los que asistieron y en el deseo aun incumplido de otros tantos que no pudieron hacerlo. Sea como sea ahí está y ojalá se repita, nunca se sabe…
Texto y fotos: Susana Manzanares