La banda escandinava que ya llamó nuestra atención con su anterior álbum, nos presenta su nueva entrega que continúa la dirección marcada en aquella entrega, con ese metal progresivo aderezado con múltiples influencias, razón que les hace ser así de especiales. Toni Marchante |
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Nota:7/10 |
El sonido de Leprous podría obtenerse introduciendo diversos estilos musicales (pop, death metal, etc…) en una batidora y servirlos en un bol de rock progresivo. Lo curioso es que incluso presenta variaciones respecto de su anterior “Bilateral” de 2011 cambiando ciertos ingredientes. Y algunos de esos nuevos ingredientes que se perciben en muchas partes del disco es la influencia de bandas como Muse, Davin Tonwsend o U2.
La banda no ha sufrido variaciones en su formación, con Einar Solberg a la voz y teclados, Tor Oddmund Suhrke a la guitarra y voz, Øystein Landsverk a la guitarra, Rein Blomquist al bajo y Tobias Ørnes Andersen a la batería. El disco fue grabado en los Fascination Street Studios de Örebro en Suecia y fue producido por Heidi Solberg, Ihsahn y la propia banda. La mezcla corrió a cargo de Jens Bogren y la masterización fue realizada por Tony Lindgren.
El redondo comienza con “Foe” donde Einar nos muestra desde el inicio claramente su tarjeta de presentación, con esa voz tan personalísima que desde el primer momento nos va llevando de la mano por esos caminos que va marcando los riffs de guitarra fundamentalmente hasta la mitad del corte donde se pasa a una calma presidida por las vocalizaciones del cantante nórdico. La continuación viene de la mano de “Chronic” y aquí desde el principio detectamos la clara influencia de Muse de la que hablábamos anteriormente, que se ve quebrantada por un magnífica estribillo y por los aportes guturales de Ihsahn que nos va dejando sus encantadores gruñidos, al igual que hace durante algunas partes del resto del disco. El tema concluye desacelerándose de forma muy original.
La siguiente en sonar es la canción homónima al disco, con ligeras estructuras de math metal y presentando de nuevo el protagonismo de Einar, que va sorteando las diversas situaciones de un tema que en su primera parte nos recuerda a aquellos Faith No More del “Angel Dust” y que luego se va tornando más agresivo en las voces hacia el final, con las participaciones de Ihsahn y en un estilo muy próximo a las “locuras” que de vez en cuando nos ofrece Davin Townsend . “The Cloak” es la siguiente, una preciosa balada donde los falsetes de Einar le dan el toque emotivo a la canción y donde en su parte final la sombra de Muse vuelve a revolotear por el ambiente.
“Te Valley” es un corte de nueve minutos y posiblemente sea el que más me ha gustado del disco. Ya desde la entrada, los devaneos de la voz parecen ir anunciándonos que algo va a suceder; desembocando en un estribillo que además del aporte vocal nos presenta una componente instrumental basada en math metal pero usando los riffs de guitarra entrecortados, para continuar por unos derroteros de vocalizaciones ambientadas más propias del neoprogresivo y terminar de nuevo con el estribillo. El trabajo del bajo y la batería en este tema es fundamental para su óptimo resultado. “Salt” es un tema tranquilo, casi un medio tiempo que se sale bastante de la línea habitual de Leprous , un tema sencillo, posiblemente el más flojo del disco, que va creciendo finalizando con los falsetes de Einar.
Los dos últimos temas son la mañana y la noche, la maravillosa “Echo” es una gran canción, llena de aura, atmosférica, con diversos paisajes, grandes orquestaciones, con arpegios de guitarra que recuerda a U2, con cantidad de grandes momentos en el corte más largo del disco, cercano a los diez minutos.
Y para finalizar el disco, que mejor forma que hacerlo a lo burro con el hermano Ihsahn, rememorando los primeros tiempos de Leprous. Un tema denso, lleno de detalles de math metal y con esa componente death metal que no todo el mundo sabrá entender y que evidentemente pudiera desentonar con el resto del disco, pero que probablemente sea un corte de culto donde se juega con las voces blancas y guturales, con una composición musical de gran calibre.
Buen disco de los noruegos, aunque quizás su anterior me gustó más, sin desmerecer para nada a este, pues siguen ofreciéndonos increíbles nuevas experiencias materializadas en sonidos, que ponen de manifiesto que pese a ser este su segundo álbum, ratifican su buen saber hacer y nos dejan un buen trabajo del que disfrutar.
Toni Marchante
Temas:
01. Foe
02. Chronic
03. Coal
04. The Cloak
05. The Valley
06. Salt
07. Echo
08. Contaminate Me