Crítica | MojoThunder: Hymns from the Electric Church

Blackberry Smoke se llevan la fama pero hay otras bandas que cardan la lana: MojoThunder son una de esos grupos que pueden pasar bajo el radar y eso sería injusto. Hay que darles voz y atril para que su mensaje llegue alto y claro. Esta es una banda de verdad, creíble, honesta y de una calidad incontestable.

Marcel Palagós

Sean Sullivan, Bryson Willoughby, Andrew Brockman y Zac Shoopman son los nombres detrás del trueno con más mojo del territorio sureño. Ellos se definen como Southern Alternative, para nosotros su propuesta musical que, alzando la bandera de los sonidos sententeros, aúnan Hard Rock, Blues, Funk, Boogie con fuertes y añejos ramalazos sureños resulta imperdible.

Llevan desde 2018 repartiendo estopa eléctrica entre la congregación, como a ellos les gusta llamar a sus fieles seguidores. Es cierto que entre el mejunje reposado en barrica de roble hay cierto sabor a prédica, a sermón de predicador: No te asustes su religión es el rock y, en esto, nos encontraremos todos praising the Lord.

El disco que nos ocupa fue editado y lanzado hace un par de años, en 2021 y, es de justicia reseñarlo aunque haya pasado tiempo. Este mes editaron un directo (Alive, with friends) que puede darte una idea más clara de cómo de bien se desempeñan estos cuatro tipos en las tablas y, además, tenemos la oportunidad de disfrutarlos en los escenarios del país a partir del próximo 21 de marzo. Are you ready? C’um on and join the congregation!

MojoThunder – Soul

Retiramos el plástico protector del disco, nos servimos un buen bourbon y vamos a deleitarnos con esta colección de canciones.

Podría llevarnos a engaño el hecho que la primera nota nos evoque sin remisión a Angus Young y su Gibson SG, que esta podría ser otra banda que fusila a los ausies. Nada más lejos de la realidad, Jack’s Axe ejercicio de hard que si bebe del maná acedeciano pero tiene mucho más. Fíjate en esos teclados que le dan un toque personal al asunto.

Si alguna banda sobresale, a mi entender, en las influencias del cuarteto esa es sin duda Black Crowes. Blackbird es un buen ejemplo de ello sobre todo en el giro vocal de Sean Sullivan muy al estilo de Chris Robinson aunque bien podríamos encontrar paralelismos con otra grupo de high standards como son Georgia Thunderbolts. Todo cuestión de prisma, lo que es objetivísimo es que este corte es maravilloso.

MojoThunder – Movin’ On

Rising Sun arranca de manera acertadísima con sonidos cercanos a ZZ Top para luego transformarse en otra cosa, una road trip sonoro hacia carreteras polvorientas, Sol de justicia, sintiendo el rugir de una choper entre las piernas. Un tema ejecutado con tanta elegancia y buen gusto que no necesita nada más para convertirse en un puntal. Sin duda podría formar parte de la BSO de SOA, no te parece?

Soul sencillamente me transporta a lares paradisiacos: alta hierba, tilos y ríos caudalosos. Aquí se conjuga de nuevo los sonidos de los hermanos Robinson con lo mejor de los Skynyrd (DEP Rossignton) con ciertos ecos a Free Bird, por ejemplo.

La vertiente más festiva y puramente americana se encarna en Fill me up, un tema de barra de bar, sombrero y botas altas, todo el álbum resplandece, pero sin duda este es el tema más luminoso de todos. Las buenas vibraciones que nos deja Fill Me Up sigue con Babylon dónde el componente country se entremezcla con el groovie más electrizante y hace más evidente el hecho de que Mojothunder no son una banda más si no que pueden jugar en la liga de los grandes…aunque todavía el mundo no se haya percatado de ello. La slide guitar que da salida al corte y que va tomando protagonismo en diversas secciones de esta canción me parece, además de acertadísima, sublime.

MojoThunder – Jack’s Axe

Tras esta ración de buen Boogie Rock la banda se desmelena cambiado de registro para explorar el Funk Rock con unas líneas de bajo devastadoras, conjuntado a la perfección con la batería enorme que reina pero no sobresale. Los guitarrazos, de aúpa, crean una atmosfera juguetona, bluesy. Nos repetimos, pero es que cuesta encontrar un tema de este disco que no ralle a gran nivel. La voz de Sullivan me recuerda enormemente a los pasajes vocales de Chris Robinson en Hard to Handle y no por ello suena a burda copia si no que más bien suena a guiño buscado.

La coda de Hymns no podía fallar: Bulleit te atrapa de inicio con un órgano de fondo que sirve de perfecto anzuelo, picas si o si y de ahí ya estás perdido en la melodía, en la psicodelia que se desprende en cada segundo, en cada beat, en cada rasgada de cuerda: el tema se acelera y la banda entra en éxtasis sónica cabalgando los surcos con urgencia.

Y, de repente, un nuevo amanecer, A New Dawn, nos muestra toda la elegancia que puede desplegar Mojothunder, que es mucha. Ahora, si, el último suspiro de estos himnos, suena autocontenido como si no quisieran que esto acabara… alargando los segundos arañado tiempo al tiempo hasta que el bajo rompe el ensimismamiento y todo se apresura con una energía destada, corriendo hacía el Sol que acaba de nacer. Se desvanece la mágia, las musas se esconden y la aguja se levanta para que podamos soltar el aire y escuchar de nuevo este disco, buscarle nuevos matizes o simplemente dejándonos llevar ahí dónde solo la música puede. Amén.