Clutch + Valient Thorr + Lionize – 9 de Diciembre’16 – Sala Apolo (Barcelona)

Texto y Fotos: Edko Fuzz

Máxima expectación por la nueva visita a Barcelona de los veteranos de Maryland, Clutch, que venían presentando su último trabajo, "Psychic Warfare" (2015). Y digo máxima expectación porque las visitas de una banda de este calibre se pueden contar con los dedos de una mano y te sobran… y eso que llevan 23 años en esto. Clutch pueden ser la banda con peor imagen de la historia, unos tipos que podrían pasar a tu lado y ni siquiera repararías en ellos. Pero amigo, ay amigo. Cuando esos cuatro "dones nadie" se suben a un escenario y se ponen a hacer lo suyo son simplemente imbatibles. Y eso lo sabía el público que acudió a la llamada llenando la sala Apolo casi hasta arriba. No son una banda de culto por casualidad. Por si fuera poco, completaban el cartl dos bandas a priori muy interesantes como Valient Thorr y Lionize. La noche prometía.

Saltaron a escena Lionize, discípulos de Clutch, sin tiempo que perder. Su propuesta musical abarca tanto sonidos hard rockeros de toda la vida como jugueteos con el reggae u otros estilos mucho más bailables. Nathan Bergman y su Les Paul son la cabeza visible de unos chavales que venían presentando su último EP, "The Voyage" (2016). Contaron con solo media hora sobre el escenario para poder demostrar de qué eran capaces ante un público más bien escaso. Sin embargo, con temas como "Evolve", "Anacostia" o "Lazarus Style" en tu repertorio es difícil no hacer que te presten atención. Si no que se lo digan a los propios Clutch, que han fichado a la banda para su sello aparte de colaborar con ellos en varias grabaciones.

A pesar de tener espacio limitado en el escenario, Lionize cumplieron con creces yendo de menos a más, y logrando arrancar una merecida ovación al respetable cuando abandonaron las tablas. Le pusieron ganas al asunto y les salió la jugada redonda, pero no hubo tiempo para más, pues el programa era bastante apretado. Banda a seguir.

Con un cambio de backline digno de elogio, el escenario estuvo listo para recibir a Valient Thorr en pocos minutos. Valient Thorr es una banda de la que había oído maravillas y que tenía muchas ganas de ver sobre un escenario. La banda invadió las tablas a toda velocidad y ya no paró ni un segundo. Con el nuevo disco "Old Salt" bajo el brazo, la banda no dio tregua basando su presencia escénica en su carismático y chalado cantante, Valient Himself. Llevando la locura escénica a límites casi excesivos, el amigo Valient no para ni un segundo de moverse, saltar, hablar y de vez en cuando, incluso cantar.

El tipo está arropado por una banda muy capaz instrumentalmente (increíble el batería Iggy Thor) pero la cosa pierde fuelle rápidamente. La propuesta de Valient Thorr es muy salvaje y adrenalínica, hasta el punto de que pasados tres temas el no fan puede perder el interés rápidamente, como sucedió con un servidor. Y es que los temas de Valient Thorr no destacan precisamente por sus melodías o riffs memorables, así que una vez pasada la novedad del torbellino Valient Himself, el globo se deshincha de manera alarmantemente rápida. Con una concurrencia de público algo más numerosa, la banda contaba con fans en primeras filas que gozaban a más no poder, pero ese no fue el caso del que suscribe, que vio pasar los 40 minutos de actuación de la banda como pudo hasta que llegara el momento de Clutch.

Y como todo en esta vida acaba llegando, otro cambio rapidísimo de backline hizo que los de Maryland tomaran las tablas con su semblante cotidiano a más no poder. Pero soli hizo falta que JP Gaster diera la intro a "X-Ray Visions" para que el frontman Neil Fallon cambiara su semblante y empezara a entregarnos su alma a través del micrófono desde el primer segundo. Clutch nunca se han caracterizado por ser muy comunicativos, ni sonrientes… ni siquiera entre ellos y hoy no es una excepción. A la derecha del escenario están Dan Maines y su bajo como envueltos en sus propios pensamientos, mientras que a la izquierda están Tim Sult y su guitarra, mirando eternamente al suelo. De hecho, de adoptar esta posición en el escenario al amigo Sult se les está empezando a formar una chepa preocupante.

El público, a pesar de todo ello, responde desde el primer momento, y sigue con la fiesta con "Firebirds!" e "Immortal", con una banda ya totalmente engrasada. Uno de los espectáculos de ver a Clutch en directo es el poder observar al gran JP detrás de su batería, que por cierto estaba situada en el centro del escenario, no al fondo como suelen hacer muchas bandas. El hombre resopla y resopla como si se estuviera dejando la vida en cada golpe que da, y sin embargo su cuerpo es el vivo contraste, fluyendo con un groove que no es de este mundo. Es cuando JP ataca estos grooves inhumanos que la banda se crece y luce como una puta supernova ya sea con un clásico instantáneo como "DC Sound Attack!" cuyo cuelgue final fue puro The Bakerton Group, o "La Curandera". De hecho, es una bonita estampa echar una ojeada al público y ver centenares de cabeza moverse al unísono siguiendo el groove de la locomotora de Maryland. Maravilloso.

Por supuesto, Clutch también se caracterizan por sus raíces punk rock como atestiguan momentos como "Earth Rocker" o "Noble Savage", donde el público lo da todo y se vacía a gusto coreando los estribillos a pleno pulmón. A pesar de que Fallon parece estar algo tocado de voz, el tipo lo da todo y no escatima en esfuerzos. Es por eso que cuando llega el momento de ir cerrando la noche y aparecen tótems de la discografía de la banda como "50,000 Watts of Unstoppable Power" o "Spacegrass", el público aprecia más si cabe la lección que, nuevamente, nos están ofreciendo estos cuatro tipos.

Por supuesto, el momento álgido de la noche llega con la esperadísima "Electric Worry", donde Fallon da alas a la banda y al público de nuevo vociferando aquello de "Bang, bang, bang, bang! Vámonos! Vámonos!" como si le fuera la vida en ello. Y es que Fallon es el auténtico jefe de todo este embrollo. Un jefe con tres escuderos aparentemente incapaces de cometer fallos, y es esa seguridad en sus compañeros que hace que el amigo Fallon se pueda preocupar de dar la cara sobre las tablas sin un ápice de preocupaciones.

La profesionalidad de estos perros de carretera sale a relucir una vez más en los bises, con otro cartuchaco importante que aún seguía en la recámara, "The Mob Goes Wild" y en que el público que casi llena la sala grande de Apolo pierde los papeles por completo. Aún hay tiempo para una tonada más como "The Wolfman Kindly Requests…" que nos manda a todos con una sonrisa en la cara directos a la noche barcelonesa. Hay que reconocer que no ha sido la mejor noche de Clutch que este servidor ha podido presenciar, pero aun así el nivel de esta banda está tan arriba, que incluso con algunos problemillas se las arreglan para redondear una noche para el recuerdo. Ojalá no se hagan tanto de rogar para volver por aquí.

Texto y Fotos: Edko Fuzz