Paradise Lost, una de las bandas más camaleónicas de la escena, vuelve a la actualidad con la publicación de su décimo quinto lanzamiento discográfico y el primero que les devuelve de manera definitiva a la escena del metal mundial en su vertiente doom gótica.

La carrera de PARADISE LOST ha estado repleta de cambios musicales que creo que han obedecido más a la confusión generada con aquel hiper exitoso DRACONIAN TIMES (1995) que les encumbró a nivel mundial y que, como digo, creo que les despistó peligrosamente.

No hay que obviar que Paradise Lost inició su andadura en 1990 con aquel “Lost Paradise” fuertemente enraizado en los cánones del death metal gutural y así siguió durante su segundo lanzamiento “Gothic” (1991) donde ya apuntaban maneras hacia la evolución más gótica de su sonido y que, en su momento, llegaron a abanderar con ese “Shades of God” (1993), el mítico y por muchos considerado mejor álbum “Icon” (1994), y como he dicho, por el aclamadísimo disco “Draconian Times” (1995).

Como suele suceder en muchos casos, subir a la cumbre con una velocidad de vértigo propicia una caida no menos lenta y tras aquel histórico “Draconian Times” se sucedió, aparte de la publicación de los singles “The singles collection”, un extraño “One Second” (1997) que les orientaba hacia bandas como SYSTERS OF MERCY, adentrándose en el mundo de GÓTICO – TECHNO que despistó a todo el publico cosechado hasta la fecha.

A partir de ese momento se sucedieron varios álbumes que siguieron mostrando a unos Paradise Lost cada vez más alejados de sus raíces y evolucionando hacia un terreno marcadamente techno electrónico (aunque musicalmente las composiciones siguieron siendo de gran calidad). Así pasaron “Host” (1999), una especia de reencarnación de DEPECHE MODE, “Believe in nothing” (2001) y “Symbol of Life” (2002) tras el que se publicó un directo con los mejores temas de su primera etapa hasta 1995 titulado “At the BBC” (2003) y que supongo utilizaron para preparar a los metalheads acerca del retorno a los caminos que jamás debieron abandonar.

En el año 2005 lanzaron “Paradise Lost”, disco que trataba de reconciliarse con el público metálico y que, al menos, preparó a la comunidad metálica para acogerles nuevamente. Ahora, por fin, nos llega la confirmación definitiva de que PARADISE LOST deciden dar continuidad a ese DRACONIAN TIMES de 1995 y nos regalan “In Réquiem”, 12 canciones que recogen la esencia más metálica y oscuramente gótica que les llevó a la popularidad.

Vuelven así las guitarras punzantes de Gregory Mackintosh y Aaron Aedy, las líneas de bajo demoledoras de Stephen Edmonson, la pesada batería de Jeff Singer (único miembro no fundador de la banda) y las melancólicas líneas vocales de Nick Holmes. Podréis descubrir, ahora si, auténticos temazos como “Prelude to descent”, con una de las partes más rápidas que hayan grabado en años, “Never for the damned”, “The Enemy” (el primer single) o la dramática “Sedative God” que parece extraída directamente el referido “Draconian”.

Demos la bienvenida, por tanto, a los PARADISE LOST nuevamente y confiemos en que el retorno del hijo pródigo sea definitivo.

Marcel.lí Dreamevil

Temas: 1. Never for the damned, 2. Ash & debris, 3. The enemy, 4. Praise lamented shade, 5. Requiem, 6. Unreachable, 7. Prelude to descent, 8. Fallen children, 9. Beneath black skies, 10. Sedative God, 11. Your own reality