La clásica Sala Macumba era el emplazamiento del primer concierto en España
de la gira conjunta de los clásicos Saxon, que desplegarían todo su potencial
en directo con los renovados Masterplan como teloneros en una noche en la que
se colgaría el cartel de «no hay billetes», que se dice pronto. Un concierto
de esos que ningún fan del buen heavy metal debía perderse, y una de las poquitas
bandas que pese a que prácticamente cada año nos visita, no dejan de entusiasmar
a sus fans igual que si fuera la primera vez cada vez que nos honrasen con su
presencia. La típica larga cola que precede a los grandes conciertos de esta
sala (legendaria ya) sala en la capital hacía presagiar lo que al final sería,
una noche perfecta brindada por una de las bandas más infravaloradas de todas
cuanto pueblan la escena de la NWOBHM y del heavy metal de los ochenta en general.

Rondaban las 8:30 de la tarde cuando con la sala registrando un aforo superior
a las tres cuartas partes aproximadamente, hacían acto de presencia sobre el
escenario los alemanes Masterplan. Curiosidad y expectación son las dos palabras
que mejor resumen lo que servidor sentía hacia la descarga del combo germano,
como sabéis con los «Mikes» (Terrana y DiMeo) como nuevos miembros de la formación
en sustitución de los desertados Uli Kusch y Jorn Lande. Pese a que la empresa
de hacer olvidar a estos últimos se saldó con un resultado más que satisfactorio
con la edición de «MK II», primer trabajo con la nueva alineación y álbum que
venían a presentarnos esa noche, aún les quedaba por superar la prueba de fuego
definitiva, la que han de pasar todas las bandas antes de ser etiquetadas como
grandes, la del directo. Decepcionaron…

Con un sonido que para nada les ayudó, en el que el teclado, elemento evidentemente
imprescindible para cualquier banda de heavy metal melódico que se precie, apenas
se distinguía de la bola sónica guitarrera y rítmica, con los inconvenientes
que eso conlleva, la banda no cumplió con las expectativas que se habían generado,
y nos ofreció un show bastante flojo en cuanto a contenido y ejecución. La banda
nos interpretó un repertorio más duradero de lo que en un principio esperábamos,
centrándose en su más reciente trabajo, «MK II», y alternando con temas de sus
dos anteriores trabajos, con más hincapié en «Masterplan», el primero de ellos.

La apertura sorprendió a propios y a extraños con el «Spirit Never Dies» seguido
de «Enlighteen Me», dos temas que aparecieron en el primer disco y con los que
ya empezamos a hacernos una idea aproximada de lo que veríamos, ni más ni menos
que un Mike DiMeo que pese a sus múltiples esfuerzos de congeniar con su público
le costaba muchísimo, poco ayudado también por el sonido de su micrófono, por
debajo del resto de instrumentos, lo que hacía que se le oyera con dificultad
sobre todo en los primeros temas. Lejos el amplísimo recorrido vocal de su predecesor
en la banda, Mike DiMeo es un buen cantante de estudio, perfecto para el estilo
que quiere la banda, capaz de hacer olvidar hasta cierto punto la falta de Jorn
en la banda, pero en directo las diferencias van más allá, dado que su capacidad
para motivar y meterse a su público en el bolsillo es mucho más reducida que
la titán noruego.

Con la gente quizá pensando más en el concierto de Saxon, seguían cayendo temas.
Ya entrando de lleno en «MK II», del que cayeron temas como «Lost & Gone» o
«Take Me Over» y a tenor de la que caería después, en principio tocar temas
como «Keep Me Burning» o «I’m Gonna Win» hubiese sido seguramente más productivo
para la banda, pero sin embargo no lo hicieron. En ellos vimos a un DiMeo más
entonado, lógico por otra parte, tratando de cantar con el público que naturalmente
no estaba muy familiarizado aún con los nuevos temas para los que él mismo pone
voz originalmente.

Con «Cristal Night» y «Soulburn» continuaron los guiños a «Masterplan», trabajo
del que parecen sentirse más orgullosos a juzgar por lo visto, o trabajo para
el que las cuerdas vocales de Mike están mejor preparadas, quien sabe… Tras
esto llegó el momento que para muchos, dada la corta duración del concierto,
no llegaría esta noche. Las luces iluminaban a un Mike Terrana que volvió a
exhibirse una vez más. Toda una demostración de técnica y fuerza pero eso sí,
en versión reducida, ya que su habitual solo de batería de más de cinco minutos
e duración se redujo a tan solo tres, por cuestiones horarias, para decepción
de muchos, alegría de otros tantos.

El punto y final lo pusieron con «Kind Hearted Light», tema nuevamente de su
homónimo trabajo con el que cerraron un concierto del que curiosamente no tocaron
ni un solo tema de «Aeronautics», y en el que Mike Terrana y el siempre simpatiquísimo
Roland Grapow pusieron la nota positiva, dando lo mejor de si mismos, no así
un Mike DiMeo que convenció a muy pocos, al igual que el resto de miembros de
la formación, un tanto desapercibidos y en un segundo plano constantemente.
Más sombras que luces en general para la actuación de unos Masterplan que deberán
seguir trabajando su directo tanto como lo hacen en el estudio para ganarse
el definitivamente el corazón de la crítica en su nueva etapa al igual que ganado
lo tenían con Uli y Jorn en sus filas.

Acercándonos ya inexorablemente al plato fuerte de la noche, poco a poco la
gente que quedaba fuera de la sala, bastante, iba ocupando cada una de las aproximadamente
2000 plazas que completan esta sala Macumba hasta llenarla por completo. Si
señores, estos «abueletes» son capaces de venir prácticamente todos los años
y llenar como solo los grandes saben hacerlo, es más, repetirían la hazaña tan
solo un par de días después en la ciudad condal. Con la sala Macumba ya repleta
y coreando ansiosa el nombre de los británicos se apagaban las luces, el humo
hacía acto de presencia y la iluminación azul se apoderaba de un escenario ataviado
con el telón de la portada del último disco así como dos plataformas a los lados
del escenario al más puro estilo años ochenta, todo ello para presenciar la
entrada triunfal de Saxon y la interpretación como si la vida les fuera e ello
del «State of Grace», tema de apertura de sus shows y de «The Inner Sanctum»,
trabajo que como sabéis venían a presentarnos.

Abrumadora la furia, la mala leche y la energía que transmiten Saxon sobre
un escenario. Es el típico grupo al que la gente acude a ver cuantas veces sea
independientemente del número de veces que les haya visto antes, ya que cada
descarga suya es distinta a la anterior y superior en cuanto a entrega, o al
menos esa es la impresión que siempre nos queda tras verles. Siempre una gozada
disfrutar de la gracia y voz del bueno de Biff Byfford, de la clase y sobre
todo pose, un término que lamentablemente se está perdiendo con el paso de los
años, del gran Paul Quinn, de la magia de Doug, la pegada de Nigel y Nibbs Carter…¿Qué
decir de Carter? Pues que es el bajista que más ganas, más pasión y más entrega
le ha puesto en un concierto de todos los bajistas que han pasado por delante
de estos ojos. Tanto él como el resto muestran en cada nota, cada canción, haber
mamado el heavy metal desde tiempos inmemorables y respetarlo de manera inusitada,
tributándole en cada momento como pocos, muy pocos saben hacerlo.

«Let Me Feel Your Power» es uno de los temas más coreables y directos del
disco y en directo, como intuíamos, funcionó a las mil maravillas, haciéndose
evidente además con el combo de los dos primeros temas que el público es capaz
de disfrutar de las canciones de su genial último disco igual o más que de las
canciones clásicas de la banda. Con «Motorcycle Man» la gente enloquece y fue
la tercera en caer.

Clásico entre los clásicos, en él se muestra a una banda en plenitud de facultades,
magnífico Bifford erigiéndose como el frontman perfecto que nos demostró además
seguir con unos pulmones de hierro a tenor de lo visto con sus chiflidos. «If
I was You» sirvió para seguir presentándonos temas de «The Inner Sanctum», un
tema con aires más modernos que calmó un poco al respetable, aunque dicho estado
duraría exactamente lo que tardaran en sonar las primeras notas de «The Strong
Arm of the Law», en el que todo admiramos la pureza y simpleza de una guitarra
bien afinada con una acústica casi perfecta.

A continuación la banda nos ofrecería un combo de temas poco habituales en
los set list de la banda últimamente. «The Great White Buffalo» y «Travelers
in Time» hacían disfrutar especialmente a lo más viejos del lugar, dos temas
clásicos rescatados del cajón de los olvidos para deleite de todos cuanto amamos
y reclamamos la variedad y la renovación en los conciertos tanto de Saxon como
del resto de bandas en general. «To Hell and Back Again» es otra de las que
no suelen faltar y de las que mejor caen en directo, y en esta ocasión no iba
a ser menos. «Red Sky Falling» tranquilizaba una vez más las cosas. El medio
tiempo del último trabajo hizo cubrir el escenario de luces rojas y puso la
nota tierna a un concierto que por tenerlo, lo tuvo casi todo.

Tras rescatar «Requiem», que posiblemente el tema no esperado que mejor acogida
recibió (no en vano es un grandísimo tema que llevábamos mucho tiempo sin oír
por aquí), llegaba uno de los momentos más grandes de la noche con el inmortal
«Princess of the Night» en el que la gente no dejó de saltar y bailar un solo
instante desde el principio hasta al final, formándose incluso tumultos de gente
enloquecida. Sin duda uno de los himnos por excelencia de los británicos, como
la siempre grande «Crusader», que vino a poner la nota hímnica a un show que
ya por aquellos derroteros estaba adquiriendo un calificativo de memorable…

Volvíamos después de esta descarga de adrenalina a desenmascarar más y más
temas de «The Inner Sanctum» en esta ocasión con uno de los temas con más reminiscencias
clásicas y de estructura más sencilla como es «I’ve Got to Rock (to Stay Alive)»
y después con el corte que cierra el álbum, «Atila the Hun», precedido de esa
pequeña introducción que lo ambienta perfectamente. Un tema con un minutaje
superior al que nos tienen acostumbrados pero que funcionó bien de igual manera,
aunque quizá para esas alturas de concierto lo que la gente quería era que siguieran
cayendo clásicos y más clásicos. Tras unas más que emotivas palabras de Biff
agradeciéndonos enormemente el apoyo y la permanencia incondicional con el paso
de los años y tras el gesto habitual de arrancar el set list y zampárselo enterito,
algo a lo que ya estamos acostumbrados a ver desde hace por lo menos dos años,
sonaba «Power and the Glory» para el público español, un tema que según el propio
Biff habían tocado tan solo una vez durante la presente gira y que supo a gloria,
como el propio nombre de la canción indica.

Se acercaba el final y con él uno de los momentos más frenéticos y espectaculares
del concierto. En un brillante medley la banda nos mostraba tres temas perfectamente
encajados unos con otros. «Dallas 1 PM» / «747 (Strangers in the Night)» / «And
the Bands Played On» nos hacían vibrar como pocos antes y servían de antesala
de lujo para el solo de guitarra que Doug nos tendría preparado después de los
merecidos bises. Sobrio, veloz, justo y efectivo. El final se aproximaba inexorable
y tristemente y otro de los grandes himnos que aún faltaban por sonar era el
«Wheels of Steel», y lo hizo para hacernos botar como nunca antes y también
para dejarnos la voz con los jugueteos que nos proponía el bueno de Biff, como
decimos muy comunicativo como es costumbre con su gente durante toda la velada.

Como todo el mundo se imaginaba la noche aún no había acabado, pero bien era
cierto que poco, muy poquito faltaba para el final. «Denim and Leather», himno
entre himnos era entonado a las mil maravillas por las cerca de dos mil personas
que abarrotaban la sala Macumba, y a su vez era enlazada con «Ashes to Ashes»,
último extracto de «The Inner Sanctum», formándose la unión perfecta entre lo
que son los Saxon de hoy en día y lo que eran hace casi 30 años, una banda trabajadora
y humilde como pocas que sabe hacer de cada concierto siempre una fiesta como
pocas bandas saben a día de hoy.

Tras dos horas y cuarto de Saxon es difícil establecer los calificativos que
resuman fielmente la descarga de los británicos para una persona que no haya
tenido la oportunidad y gozada de verles antes en directo. Una noche memorable
en la que todo salió de cara, en la que prácticamente se puede decir que jugaban
en casa para una Macumba engalanada para la ocasión en la que no cabía ni solo
alfiler. Saxon a día de hoy al igual que lo ha venido haciendo durante muchísimos
años saben mostrarnos como pocos el verdadero significado del HEAVY METAL, en
mayúsculas, subrayado y en negrita, y lo que representa practicar dicho género,
y así nos lo demuestran en cada show. Pese a que en esta ocasión la duración
del concierto fue menor que la pasada vez que vinieron de gira presentando gira
(gira «Lionheart» en 2004), grandísimo concierto de los ingleses Saxon, una
vez más. Para los incondicionales de la banda recordar simplemente el show especial
que la banda ofrecerá en el Wacken 2007, «A Night to Remember» en casi tres
horas sin ningún tipo de concesiones en las que la banda desplegará su show
plenitud total, algo que ningún fan acérrimo de la banda debería perderse. El
águila majestuosa volará una vez más. Aquí lo contaremos.

Texto y Fotos: Raúl del Amo

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entra aquí o en nuestro álbum de fotos del concierto

Set list Masterplan:

Spirit Never Dies
Enlighten Me
Take Me Over
Lost And Gone
Cristal Night
Soulburn
Solo Terrana
Kind Hearted Light

 

Set list Saxon:
State of Grace
Let Me Feel Your Power
Motorcycle Man
If I was You
Witchfinder General
Strong Arm of the Law
The Great White Buffalo
Travelers in Time
To Hell and Back Again
Red Sky Falling
Requiem
Princess of the Night
Crusader
I’ve Got to Rock (to Stay Alive)
Empire Rising
Atila the Hun
Power and the Glory
Dallas 1 PM / 747 (Strangers in the Night) / And the Bands Played On
Solo Doug
Wheels of Steel
Denim and Leather / Ashes to Ashes