La espera fue larga, prácticamente una hora hasta que a las 10 en punto suenan las primeras notas escupidas por la stratocaster blanca del Javier Vargas y el recibimiento de la gente fue perfecto.  ealmente había una gran expectación, mucha mayor de la que un servidor se esperaba, y la gente les recibió con los brazos abiertos. Y es que de los aspectos que más llamaron la atención de la noche fue especialmente la química, la simbiosis que el señor Shortino estableció con cada uno de los asistentes, animándonos en todo momento a cantar, saltar o dar palmas. Y la gente respondió y había motivos para ello. Desde el minuto 1 fueron demostrando lo buenos músicos que eran, y lo especialmente conjuntados que estaban entre ellos.

Los temas sonaban redondos, facilitado por el gran sonido del que dispusieron durante todo el concierto. Todos los instrumentos, las voces, los coros, todo sonó perfecto, nítido, limpio, realmente espectacular. Algunos temas pecaban de hacerse muy largos, eso sí, con solos por momentos tediosos de Javier Vargas. Javier indudablemente es un gran guitarrista de blues y de rock, pero sí que peca en ciertos momentos (muy puntuales) por aburridos, con solos quizás excesivamente largos. Si a eso se le añade que no soltó el slide, que da a la guitarra ese sonido tan blusero, ni un instante, a más de uno, especialmente a los más rockeros y hardrockeros les tuvo que resultar por momentos aburrido. No obstante, como guitarrista es magnífico y nos ofreció solos de auténtico lujo.

Aparte de estos tres conocidos músicos, y debido a la baja por enfermedad de Bogert, las labores de bajista fueron defendidas, a gran nivel, por Luis Mayo, bajista de la Vargas Blues Band que además ayudó en los coros.
Como decía, los temas sonaban muy bien, Shortino se mantuvo a un nivel vocal altísimo, mejorando con mucho, cómo había cantado las canciones en el disco. Con su voz ronca tan característica se defendió hasta en versiones de los propios zeppelín al más puro estilo Robert Plant las cuales las intercalaron en mitad del tema You keep me hangin on y que pusieron la sala patas arriba.

A Carmine Appice no le vamos a descubrir ahora. El currículum de este hombre es espectacular (aunque últimamente el nivel de músicos con los que se rodea ha bajado notablemente… y es que no es lo mismo Jeff Beck que Vargas, seamos sinceros) y aun así, sigue dando clases magistrales en cada escenario que se sube, con su cinta en el pelo al más puro estilo Bonham. La actuación perfecta y con un solo realmente espectacular y, sobre todo, divertido, con mucho ritmo.

Decir que me sorprendió mucho ver como Vargas tendía a ocupar el centro del escenario, muy pegado a Shortino, y sorprende porque por momentos los tres se encontraban en una extraña línea recta en la que muchas veces se tapaba el uno con el otro. Es verdad que Vargas está acostumbrado a mantenerse en primera línea pero creo que no hubiese estado de más que cada uno hubiese tenido espacio para explayarse a sus anchas. En fin, cosas de egos supongo. No obstante, se vio a los músicos interactuando mucho entre ellos y haciéndose bromas.

En cuanto a los temas presentados, pocas novedades, dando cuenta completa del disco recientemente presentado, pero intercalando alguna sorpresa, como un cover a capella de Shortino del Heaven and Hell en dedicatoria a Ronnie James Dio, como no podía ser de otra manera. Consiguió emocionar a prácticamente todos, ya que realmente lo cantó con un rollo y con un sentimiento que habría que ser de piedra para no emocionarse al menos un poco. Gran detallazo.

Temas que sonaron redondos, por decir algunos, serían el Black Night de Deep Purple, uno de sus mejores temas y que han pasado un poco de soslayo y que no son tan populares como el Smoke on the water o el Burn, donde Vargas sí hizo un solo inspirado y currado, con mucho sentimiento, o el Parisienne Walkways, dedicado como no, al maestro Gary Moore y que sonó redonda y emotiva, a excepción del inicio, no sé si dubitativo o alternativo a posta de Vargas.
Explotaron el estribillo de Right On hasta la extenuación, pero la gente no paraba de seguir el juego y de cantar con ellos, tanto que la canción se alargó casi 10 minutos, a lo que hay que sumar un solo de trompeta hecho por Shortino con la voz al más puro estilo sambero. Un crack sin duda.

Un corte muy bien recibido fue aquel gran tema de Rod Stewart, “Tonight is the night”, una de las grandes canciones de la historia, en la que Appice nos recordó que colaboró en su día con él. Otro fue “Over my Shoulder”, muy coreado en un estribillo que todos tenemos grabado a fuego en nuestra memoria o Soul of Love, de los primeros cortes del set que comenzó, si no me equivoco, con la versión de AC/DC del “It´s a Long Way to the Top”, que dio comienzo a una auténtica fiesta. También nos obsequiaron con dos versiones bastante conseguidas de Lady de Jeff  Beck (aunque sin duda, es prácticamente imposible ni tan siquiera acercarse a la calidad que tiene el señor Beck, el toque, la clase, en fin, la maestría, pero Vargas se defendió en este tema de manera magistral) con la que cerraron el concierto a falta de los bises o Surrender, de los cuales grabaron videoclip de promoción de disco, como no podía ser de otra manera.

Por último destacar que también presentaron un tema nuevo de su próximo disco. Un riff de guitarra simpaticón pero demasiado repetido durante la canción que hizo que más de uno se mofase de lo simplona que parecía la canción. Habrá que esperar a ver qué nos ofrecen en el siguiente trabajo pero este tema pasó por Madrid sin pena ni gloria.

En definitiva, podría destacar cada minuto de las más de dos horas de concierto, que por cierto, fue retransmitido vía streaming en todo Latinoamérica, (gran detalle para la gente del otro lado del charco), además de resaltar la actitud y las ganas que tuvieron tanto Appice como Shortino (y Vargas aunque no ha sido nunca de sonreír en exceso). Como quejas a la noche podrían ser, el acabar un concierto entre semana más tarde las 12 ya que la gente puede tener obligaciones laborales al día siguiente (y que luego muchos conciertos en fin de semana acaban a las 11 o antes, estos horarios no hay quien los entienda, pero, en fin, esto es Madrid…) y el alargar en exceso por momentos algunos temas con solos de Javier Vargas que poco sentido tenían.

Texto: Belch
Fotos: Manu Cabaleiro

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Set-list de Vargas/Shortino/Appice – 26 de Octubre’11 – Sala Caracol @Madrid

It’s a long way to the top
Soul of love
Black night
This must be love
Surrender
Heaven and hell/Politician
Spoonful
Parisienne walkways
Living alone
Drum solo
Fever
Hanging on/
Whole lotta love
Lady
Do you think I’m sexy
—-
Right on
One way out