musico

Me gustaría comenzar esta crítica parafraseando al autor, que en el primer capítulo, “¿Qué es ser músico?”, escribe lo siguiente….

“Según el diccionario de la RAE en su versión web, músico es un adjetivo que se utiliza con lo que pertenece o se relaciona con la música y también (cito textualmente): <La persona que conoce el arte de la música o lo ejerce, especialmente como instrumentista o compositor>.

Escribo esta definición y no otra por un motivo que creo que es importante y es el siguiente: aglutina en músico tanto a quién “conoce” como quien “ejerce” lo que en nuestra sociedad se considera un arte: la Música”

Posteriormente desarrolla esa misma idea en unas pocas. pero importantes, frases:

“(…) Entonces. desde el punto de vista de un ciudadano cualquiera, ¿qué significa ser músico en nuestra sociedad?. Seguramente muchas cosas diferentes: el que trabaja con la música, el que vive de y para la música, el que toca un instrumento en plan amateur (…) pero también podría serlo quien siente la música y la utiliza como medio de expresión de su Yo interior, el que hace bolos sin importarle lo que toca para poder sacarse un sueldo o el que toca en la esquina al lado de una tienda de ropa, cuando no en los vagones de un tren…”

En base a esto, el libro se desarrolla desde una perspectiva más profesional, pero sin duda todo aquel que VIVA la música podrá sacar conclusiones y enseñanzas más que válidas. Ya sea de una manera mas o menos amateur, todo el mundo que se ha colgado un instrumento alguna vez se verá reflejado en estas páginas, pero no solo eso, también el melómano empedernido o el simple aficionado encontrarán partes de si mismos aquí. Porque VIVIR la música es algo que requiere tiempo, dinero y no siempre es fácil compatibilizarlo con nuestro entorno o nuestra familia.

Joan Maria Martí Mendoza, profesor de Educación Musical, licenciado en Musicología y diplomado en canto barroco en el conservatorio E. F. Dall’Abaco de Verona nos lleva a través de su experiencia docente, y como cantante e intérprete en diferentes agrupaciones y estilos musicales, a tratar diferentes problemáticas que se encuentra el músico (con la definición que encontramos al principio de este texto) a lo largo de su vida. ¿Como piensa un músico? ¿Cuál debe ser su actitud ante los obstáculos y barreras que en encuentra en el camino? ¿Que tipo de dificultades van a encontrar aquellas personas que se inician en los estudios musicales? ¿Cómo conciliar la música y la vida familiar? Todo ello relacionado con la música, claro, que es a lo que estamos aquí y lo que nos interesa en este momento, pero siempre fácilmente extrapolable a otros aspectos de la vida cotidiana de cada uno, músico o no, que hace de este libro aún más interesante.

Tras el inevitable primer capítulo, “¿Que es ser músico?”, del que hemos comenzado hablando someramente, pero que tiene bastante más “chicha” y tampoco es cuestión de destripar el libro de cabo a rabo, pasamos a esa época que más de uno recordará con cierta nostalgia, otros con algo parecido a la frustración y otros muchos seguirán en ella, como deberíamos hacer todos. Estamos hablando de “El músico como alumno”, donde se trata sobre todo de la importancia de encontrar un profesor acorde a nuestras necesidades y del respeto mutuo que debe haber entre ambos para que la enseñanza fluya de forma correcta.

“¡Eh, gente! Él es mi Profesor y Yo soy su Alumno. Algún día lo haré tan bien como él”

Con esta frase el autor describe a la perfección ese sentimiento de orgullo cuando la relación con tu profesor es buena y le ves tocar en directo. A mi me ha ocurrido con Tony Ferrer (Raphael, Raimundo Amador, Barón Rojo, Los Parpel…), aunque omitía la última parte de la frase.

Después entramos en “El músico como profesor” donde se repasa las complicaciones de una lucha de egos entre docentes o esos alumnos “divos” que no permiten que se les corrija. También importante la mención que se hace al desgaste profesional que muchas veces acarrea la docencia sumada a los ensayos, directos o grabaciones.

Los capítulos más interesantes, a mi entender, son lo que vienen a continuación y por ello querría comentarlos solo brevemente, ya que me parece interesante que aquel que se acerque al libro los lea sin ningún tipo de influencia y compare su vida con lo que cuenta el libro y saque sus propias conclusiones. “El músico y sus colegas de profesión”, “El músico y su pareja”, “El músico, su familia y sus amigos” y “La relación del músico consigo mismo” son el quid te la cuestión. Nadie, ni aunque quiera, podrá evitar tener que compaginar, y compaginarlo bien si quiere ser feliz con lo que hace, la música con los aspectos comentados en estos capítulos mencionados.

En definitiva, un libro ameno, interesante y a menudo terapéutico. Muy recomendable.

Alberto López.