La noche empezó con algunos problemas técnicos que retrasaron el concierto de Local9 casi cincuenta minutos por lo que, contra todo pronóstico, los gryales salimos pasadas las doce y media de la noche. El concierto comenzó con el “Preludio” de Camelot, donde la acogida del público fue espectacular. La verdad es que las entradas anticipadas  funcionaron bien y la gente lo dio todo para estar presente esa noche. Más de doscientas personas atravesaron la velada con la banda, no únicamente con Gryal sino también con los otros grupos invitados. Fue emocionante ver cómo los nuestros cantaban las canciones con nosotros sobretodo cuando Ely les tendía el micro en algunos estribillos, la sensación de que, en ocasiones, sobrábamos fue muy especial la verdad.

Tras el Preludio tocamos Magia Negra y Excalibur seguidas y fue un gustazo comprobar que, como esperábamos, no necesitaban presentación. Días de Esperanza tuvo quizá la mejor acogida junto con alguna otra, de esas de siempre por así decirlo. Después de La Tabla Redonda, la que más se coreó, nuestra chica presentó a Pablo Solano (de Dragonfly) que se prestó a cantar en directo Desterrados, el tema que ya grabó en el disco. El Santo Grial también fue bastante bien recibida, posiblemente porque ya la tocábamos en directo mucho antes del disco, y Traición con José Vicente Broseta (de Opera Magna) le siguió a ésta. Lo cierto es que poder llevar las colaboraciones fue un punto muy importante y el público lo agradeció sin ninguna duda, además ambos estuvieron brillantes, como es costumbre en ellos.

Para acabar sobre las tablas elegimos Volveréy La Última Batalla, que con la ayuda de Adrián Romero (de Opera Magna) a la batería sonaron como nunca. Como broche final, para una noche perfecta a nuestro modo de ver, tocamos con una bastante esperada Guerra del primer trabajo de la banda: “Apocalypsis”.Lo más destacado del concierto, sin duda alguna, fue una Ely perfecta que llegó a todo, cantando los temas tal cual están en el disco incluyendo las subidas más agudas y las notas más difíciles, además de empatizar con los gryaleros como nunca; las colaboraciones por supuesto; y las baterías contundentes y precisas de Adrián. Quizá el punto negativo pudo ser el volumen de la guitarra, que al parecer en algún punto de la sala se oía algo bajo, pero no como para oscurecer la actuación.

Por lo demás, queremos decir que Antonio Luna se encargó más que satisfactoriamente del reportaje gráfico, que nos sentimos agradecidos con Innerfate y Local9 por haber participado con nosotros en n evento tan importante para la banda, que la gente lo dio todo y que estamos trabajando a tope en el próximo trabajo de Gryal con las pilas bien cargadas.

Carlos Gryal