Tenemos que para la segunda mitad de los años setenta, el género musical conocido como rock progresivo que tanto auge llegó a obtener tanto en América como en Europa desde comienzo de la década, había comenzado a perder interés por parte de las compañías discográficas así como del público consumidor, quienes enfocaron sus gustos en estilos emergentes como el punk o el disco; obligando a muchas agrupaciones a modificar su estilo, mientras que otras optaron por desaparecer.

A pesar de ello, existieron bandas que se negaron a sucumbir a tales cambios y consiguieron seguir publicando discos que por su carácter atemporal, todavía son considerados como clásicos del género. Tal fue el caso de Jethro Tull, quienes en 1977 optaron por explorar elementos de la música folk, trayendo como resultado una excelente obra titulada «Songs From The Wood», la cual comenzó a gestarse en la mente de su líder Ian Anderson, quien tomó como inspiración un libro que su mánager le había regalado, el cual llevaba por título «Folklore, Myths and Legends of Britain», y cuyo contenido incluía ensayos y cuentos sobre antiguas supersticiones, lugares y personajes relacionados con el ambiente rural o campestre de Inglaterra.

Con el propósito de poner en práctica su nuevo enfoque, Anderson convocó al grupo en los «Morgan Studios» de Londres desde septiembre de 1976, para comenzar a registrar los temas que formarían parte del álbum «Songs From The Wood»; siendo acompañado por Martin Barre en las guitarras, John Evans en los teclados, Barriemore Barlow en la batería, John Glascock al bajo e integrándose a la banda como miembro oficial a David Palmer en los teclados, quien ya había trabajado junto a Jethro Tull en los arreglos orquestales desde su primer álbum («This Was») y también participó como tecladista adicional en su anterior gira. La producción del disco y la autoría de los temas serían acreditadas a Ian Anderson, señalando las notas del disco que tanto Martin Barre como David Palmer participaron en la composición del «material adicional». Los arreglos fueron realizados por Jethro Tull.

El primer tema del álbum es el que le da su título, comenzando «Songs From The Wood» con la voz de Ian Anderson cantando a capela junto a John Glascock en los coros, quienes nos invitan a disfrutar de las «canciones del bosque» para hacernos sentir bien. Con una instrumentación que incluye guitarra acústica y flauta por parte de Ian Anderson, mientras que Glascock mantiene el ritmo con el bajo junto a la guitarra eléctrica de Martin Barre; en donde también podemos apreciar los teclados y clavicordio de Palmer junto al piano de Evans, así como la gran labor de Barlow con su batería y platillos. La parte coral que sirve de interludio en distintos segmentos de la canción, fue el resultado de los arreglos efectuados por David Palmer. Constituyendo «Songs From The Wood» uno de los mejores temas del grupo, siendo interpretado en vivo de manera constante hasta 1982, y agregado posteriormente en sus presentaciones de manera esporádica.

El disco continua con «Jack-In-The-Green», el cual viene a ser un tema solista de Ian Anderson, ya que fue él quien se encargó de todas las voces e instrumentos.

La canción se refiere a un personaje mítico que Anderson descubrió mientras se encontraba leyendo el ya mencionado libro «Folklore, Myths and Legends of Britain», el cual señala a «un hombre verde» quien está encargado de cuidar a los seres salvajes durante los fríos inviernos en el bosque, para así asegurar su renacimiento en la primavera. Se trata de un tema en donde Anderson demuestra su destreza con la guitarra acústica y la flauta, agregando también el bajo con ciertos instrumentos de percusión. «Jack-In-The-Green» formó parte del repertorio en vivo de la banda, durante la gira de promoción del disco.

Luego escuchamos «Cup Of Wonder», un tema de estilo barroco que guarda cierta relación con el personaje del tema anterior y con claras referencias religiosas, mezclando en las letras elementos paganos junto con los cristianos, comenzando con el clavicordio de Palmer, el cual va sonando al unísono con la flauta de Anderson, quienes van llevando un movido ritmo al que luego se incorporan Glascock, Barre y Barlow, cada uno con su respectivo instrumento, destacándose también Evans con el órgano sonando por el canal derecho; siguiendo todo el grupo la melodía vocal de Anderson a lo largo del tema. Sobresaliendo Martin Barre con un llamativo de solo de guitarra, junto a unos excelentes acordes del bajo por parte de John Glascock. A pesar de ser un buen tema, «Cup Of Wonder» no llegó a ser interpretado en vivo por la banda.

Después comienza otra gran canción titulada «Hunting Girl», cuya introducción fue compuesta por David Palmer, quien utilizó un teclado portátil personalizado en las sesiones, siendo acompañado por los sintetizadores de Evans y la flauta de Anderson, interviniendo después la sección rítmica conformada por Barlow y Glascock, liderados por la guitarra de Barre, quien da la señal para que Anderson cante unas letras referentes a una chica que pertenece a un grupo de cazadores quien se separa de ellos para tener un romance con el narrador. Los teclados que escuchamos en la introducción, sirven como interludio en diversas partes de la canción y encontramos una excelente interacción entre el bajo y la guitarra, cuyos solos fueron compuestos por Barre utilizando un efecto wah-wah. «Hunting Girl» formó parte de la gira en promoción de «Songs From The Wood», apareciendo constantemente en sus futuras presentaciones.

El primer lado del disco termina con «Ring Out, Solstice Bells», que fue la primera canción grabada cuando comenzaron las sesiones de «Songs From The Wood» y cuya temática está relacionada con una festividad pagana llamada «solsticio de invierno», originaria de Escandinavia y que se celebra en algunas comunidades de la región entre el 21 y 22 de diciembre; y se dice que las comunidades cristianas adaptaron dichas festividades a lo que ahora conocemos como «Navidad». «Ring Out, Solstice Bells» sería posteriormente incluido en recopilaciones relacionadas con las fiestas navideñas.

El tema presenta el sonido de sintetizadores, flautas y aplausos junto con las voces de Anderson y Glascock por todo el tema, con la intervención de Barlow en las campanas que resuenan hacia el final, cuyos arreglos corrieron por parte de Palmer. Por otro lado, Martin Barre comentó que utilizó en la grabación una guitarra doble, tocando las escalas en el cuello correspondiente al de las seis cuerdas mientras dejaba encendido el de las doce cuerdas, para así obtener un sonido de reverberación. La canción «Ring Out, Solstice Bells» fue publicada como EP el 26 de noviembre de 1976 y luego fue interpretada por el grupo en el programa «Top Of The Pops» el 09 de diciembre de ese mismo año.

El segundo lado del disco se inicia con otro tema de corte barroco de nombre «Velvet Green», con una introducción efectuada con arreglos de David Palmer, en donde podemos escuchar a John Evans en el clavicordio mientras que el propio Palmer interpreta su órgano portátil personalizado, con la intervención de Martin Barre ejecutando un antiguo instrumento de cuerdas denominado «laúd», seguido por el bajo de Glascock y encontrándonos con Barlow sacando una melodía por medio de un «glockenspiel» (similar a un vibráfono), incorporándose después la flauta de Anderson, quien después de unos movimientos de percusión efectuados por Barlow con unos «nakareh», nos relata sobre una chica que trata de encontrarse con su amante de manera furtiva.

Durante la parte intermedia, Anderson se apoya en su guitarra acústica mientras canta junto Glascock, con Barre acompañándolos en su guitarra eléctrica. Después de un conteo, los tecladistas marcan una melodía más dinámica pero sin perder el ritmo inicial, siendo seguidos por los demás con Anderson tocando la mandolina; luego de volver a la parte intermedia, el cantante vuelve a repetir la estrofa inicial, terminando el tema con Barlow tocando un tamboril. «Velvet Green» sería interpretado en vivo durante la gira siguiente.

La canción que sigue, «The Whistler», comienza con el sonido de las guitarras acústicas, con John Glascock marcando unas notas con el bajo, entrando luego Barriemore Barlow marcando el ritmo con el «glockenspiel» y la marimba, en donde John Evans interpreta un sintetizador que le da paso a los teclados de David Palmer, interviniendo a voz sobregrabada de Ian Anderson quien se identifica como un músico ambulante que se enamora de una chica, demostrando su habilidad con la flauta irlandesa, cuyo sonido sobresale a lo largo de la canción. «The Whistler» fue publicado como sencillo y luego sería interpretado esporádicamente por la banda a través de los años.

El penúltimo tema del disco lo conforma «Pibroch (Cap In Hand)», con una sombría historia de infidelidad y resignación por la pérdida del ser amado. La canción empieza con el sonido de las guitarras de Martin Barre, sobregrabadas unas por encimas de otras, mientras que otra guitarra está grabada en reversa para imitar el sonido de una gaita escocesa; cuando la canción va alcanzando el primer minuto, se introduce la flauta de Anderson, seguidos por la sección rítmica de Barlow y Glascock, dándonos la impresión de estar escuchando un tema de hard rock, reduciéndose un poco el ritmo al entrar la voz de Anderson junto a los teclados de Evans y Palmer, regresándose a la atmósfera inicial después del primer verso.

Posteriormente nos encontramos con un interludio que nos lleva la canción a los terrenos de la música barroca, conformado por la guitarra acústica de Anderson, acompañado por el teclado portátil de Palmer, la marimba de Barrow y el piano de Evans, hasta que la batería de Barlow nos regresa a la instrumentación inicial del tema, incluyendo luego un solo de flauta muy característico en Ian Anderson, quien también interpreta una flauta irlandesa junto a una mandolina, a las que se le integran unos aplausos para acrecentar el ritmo, deteniéndose éstos al incorporarse los dos tecladistas quienes sirven de preludio para que Anderson cante el último verso, concluyendo la canción con Barre interpretando el solo inicial hasta desvanecerse en fade-out.

El disco termina con «Fire At Midnight», cuya entrada conformada por una coral y un sublime órgano de iglesia, sirven de introducción para que la delicada voz de Ian Anderson, acompañado por una guitarra acústica y el bajo de John Glascock, nos cante acerca de una confortable cabaña en donde el protagonista disfruta de la compañía de su chica. Con Barriemore Barlow siguiendo la melodía con su batería, mientras es acompañado por el piano de John Evans y el teclado portátil de David Palmer. En la parte intermedia, podemos escuchar a Martin Barre interpretando el «laúd» junto a la flauta de Anderson, para después tomar su guitarra eléctrica y tomar protagonismo con su solo. Luego la banda toca de nuevo la melodía inicial para así darle punto final a la canción.

La grabación de «Songs From The Wood» contó de los servicios de Robin Black como ingeniero de sonido, quien se trasladó con Anderson al estudio móvil de Maison Rouge, ubicado en Buckinghamshire, para efectuar la mezcla final. El disco sería recordado como el primero en una trilogía de discos grabados por Jethro Tull orientados en gran medida al folk rock, siendo complementado por «Heavy Horses», publicado en abril de 1978 y después por «Stormwatch», en septiembre de 1979.


Para efectuar esta reseña, consulté las notas incluidas en la edición del 40 aniversario de «Songs From The Wood», publicado en mayo de 2017.
Rafael Coutinho.