Segunda presentación en muy poco tiempo del nuevo trabajo de Black Country Communion. Seria complicado atribuirle el titulo de Rey de la Corte a uno de ellos ya que nos encontramos ante una formación “galáctica” como ya en su día lo hiciera David Coverdale con sus Whitesnake.

Por un lado nos encontramos a Glenn Hughes con el bajo y la voz haciendo creíble lo increíble, procedente de bandas como Deep Purple, Black Sabbath, Trapeze y mil experimentos mas en los que todos y cada uno de ellos ha salido mas que airoso. Jason Bonham, batería del que poco se puede comentar aparte de su carrera en solitario allá por los 80’s e hijo de una de las figuras mas míticas de la historia del Rock.

Derek Sherinian haciéndose cargo de los teclados, creador de atmósferas como si de un dios del Olimpo se tratara y haciendo a su antojo que en cada canción llueva, truene o un viento huracanado nos lleve hasta donde el decide que estemos. Conocido por ser parte de Dream Theater o teclista de sesión en giras de Kiss. Por ultimo tenemos a Joe Bonamassa y no por ello menos importante, otra de las piezas claves de este cubo de Rubik que tornea y moldea a su antojo esas melodías de las que hablábamos.

Esta nueva entrega viene dirigida por Kevin Shirley, quien ya trabajo con gente del empaque de Led Zeppelin, Aerosmith o Black Crowes entre otros y que repite hazaña en este nuevo trabajo.

Tras el éxito obtenido con el primer trabajo y puesto el listón a una altura mas que considerable, recordemos que su primer álbum consiguió llegar a las mas de 6000 copias vendidas tan solo en la primera semana, ahora le llega el turno a este nuevo álbum que han denominado simple y llanamente “2”.

En “2” nos encontramos con un cúmulo de influencias de cada uno de ellos, influencias de sus anteriores bandas o de músicos que una vez mas les han marcado a estos. La forma de azotar los parches de la batería que tiene Jason va por el camino que llevaba su difunto padre. Glenn Hughes aparca por un momento su peculiar estilo de tocar y componer mezclando el Funk y el Rock para transportarnos unas décadas más atrás y revivir aunque sea muy de lado su etapa en Purple. Derek con su despliegue de medios técnicos nos recuerda en algunos pasajes a la forma de tocar de Jon Lord, quizás por ese sonido tan característico de este ultimo y que sin duda creo escuela también. Joe Bonamassa es simplemente….Joe Bonamassa, una forma de tocar brillante, una forma de expresarse sin rayar en el virtuosismo ni querer demostrar nada.

Volviendo al álbum, quizás resulte mas experimental que el primero y es que muchas veces en la vida, hay bandas que ponen el listón del que hablábamos antes tan alto que luego es muy difícil de superar. Fue el caso de Backyard Babies con su “Total 13” u otras bandas que irrumpen musicalmente con una fuerza descomunal y luego cuesta seguir esa estela.

“The outsider” abre el telón de este nuevo álbum arrasando a su paso con un sonido muy “Purpleiano” en donde las influencias que hemos mencionado antes de Sherinian están a flor de piel, incluso las guitarras nos llevan a ese loco maravilloso que desconocemos que día fue el que perdió el norte por completo, Mr. Ritchie Blackmore. Arranque impresionante de este álbum también para Glenn Hughes en el que esta brillante, aun sigo sin comprender cual es el don divino que tiene este hombre para la música.

“Man in the middle” nos abre de paso de nuevo a un ejercicio de complejidad musical simplemente brillante, donde una vez mas todos y cada uno de ellos han puesto sus cartas sobre la mesa para aportar algo brillante. Un peso por la base rítmica que da miedo y un Bonamassa pletórico acompañando nota por nota a esa base rítmica y que junto a Derek manteniendo un registro de sonido de una sección de cuerdas, una vez más le da “magia” al tema.

«The battle for Hadrian’s Wall» es uno de los momentos en los que BCC suenan mas a Led Zeppelin como ya ocurrió en su anterior trabajo y como ocurrirá mas veces a lo largo de esta nueva entrega. Corte casi en tono de balada y con unas guitarras acústicas muy al estilo de Page, mandolinas también muy al estilo Page y unas percusiones muy a lo Bonzo son la firma de esta Batalla por Hadrian’s Wall en los que Bonamassa toma el relevo en la voz solista.

“Save me” me lleva a esas obras de arte en las que trabajo Glenn Hughes allá por los 90’s, ese proyecto llamado “Phenomena”. Pero solo es una ilusión, ya que de nuevo vuelven las reminiscencias de los anteriormente mencionados Led Zeppelin o Deep Purple mezclados con unos estribillos cargados de melodía. El hibrido perfecto entre un pasado de influencias ya mencionadas y un presente más cercano en el tiempo a los trabajos hechos por Hughes.

“Smokestack woman” es el tema donde quizás Bonamassa se pueda encontrar mas a gusto con una guitarras muy del Hard Rock mezcladas con algo de funk y mas orientadas en su carrera personal. Con una banda en pleno apogeo dando todo y donde se puede intuir vagamente un theremin de fondo, instrumento que popularizo Tesla en su día.

“Faithless” cambia de registro automáticamente para jugar un poco en el patio del medio tiempo aunque por supuesto llevado al terreno que BCC quiere y que incluso en ciertos pasajes nos lleva al “Valley of the Kings” de Blue Murder y que incluso me atrevería a decir que la base es prácticamente la misma incluida la tensión vocal que mantiene Hughes y Sikes respectivamente durante toda la canción.

“An ordinary son” es el segundo tema en el que Bonamassa se atreve a ejercer de anfitrión durante toda la ejecución del tema. También en clave de balada y creando atmósferas muy relajadas y con un pero. La línea vocal es muy similar a la antes ejecutada «The battle for Hadrian’s Wall». Cambios trepidantes de ritmo y cadencias, adagios que de repente y sin que te des cuenta han ido paulatinamente en crescendo y que es una formula muy manida en este álbum.

“I can’t see your spirit” se acelera por momentos y nos ofrece uno de los momentos menos enrevesados del álbum, Hard Rock también de la vieja escuela en 4×4 que no ofrece sorpresas y no por ello baje el listón del álbum. Impresionante de nuevo el juego de voces y agudos de Glenn Hughes, así llamado también y con el permiso del Maestro Ronnie James Dio, “La voz”.

“Little secret” es donde una vez mas Bonamassa se defiendo mejor. La esencia y sensualidad de un buen blues, hecho con muchísimo gusto y que inevitablemente me ha traído el recuerdo del desaparecido Gary Moore y no por similitudes precisamente, sino por su sonido melancólico que tanto te puede recordar a esta figura que encontró su camino haciendo blues. Sin duda, y aunque no vaya por el seguramente es un gran homenaje a Gary Moore.

“Crossfire” es el tema encargado de ir terminando ya este segundo álbum aunque todavía queda la traca final. Otro tema a medio tiempo que no nos ofrece nada nuevo aparte de la confección de un gran disco. Y es que este segundo álbum de BCC aunque sea un gran disco no llega a la altura de su antecesor. Buena colección de temas, escritos con un gusto exquisito y saber hacer que no deja duda alguna sobre lo que estamos hablando, pero es que después de haber pintado el “Guernica”, todo lo que venga detrás pierde algo de fuerza.

Llega el momento del final y como dirían los Barones, “llego el final, ceso el clamor” pero la magia no se desvaneció. “Cold” se encarga de bajar el telón en tono de balada donde Glenn Hugues deja patente su perfecto estado vocal, dejándonos como legado sus registros de agudos y modulaciones de voz simplemente increíbles. La banda al completo en este final esta sublime, se puede sentir el calor y el feeling que había en esa sala de grabación tan solo con unos cascos de 2 euros. Y esto es lo grande de la música, intentar escucharla con los oídos, con el corazón y no con las orejas.

Gracias por hacernos sentir la música.

Sixx

Temas:
01. The Outsider
02. Man In The Middle
03. I Can See Your Spirit
04. The Battle For Hadrian’s Wall
05. Save Me
06. Cold
07. Smokestack Woman
08. Faithless
09. An Ordinary Son
10. Little Secret
11. Crossfire
12. Crawl