Era cuestión de tiempo para que Blues Pills estrenara nuevo material después de varios años de silencio. Su anterior placa titulada Lady in Gold en el lanzada en el año 2016 no logro generar el impacto de su álbum debut, en consecuencia la expectación por este tercer trabajo ha sido mucho mayor.

En estos años la banda ha sufrido la salida del guitarrista Dorian Sorriaux, después de 6 años junto a la banda finalmente precioso su carrera en solitario con un proyecto folk acústico. La banda después de la partida de Dorian se concentró en terminar su propio estudio de grabación en su tierra natal de Örebro y en sacar adelante a Holy Moly!, que por problemas del coronavirus tuvo que retrasar su salida hasta el 21 de Agosto bajo el sello de Nuclear Blast.

El disco se inicia con “Proud Woman”, el primer single lanzado por la banda los primeros días de Marzo. Desde el inicio del tema notamos a una energética Erin Larsson tomar el protagonismo de la situación, junto a su característica voz que nos lleva deleitándonos disco tras disco en este proyecto. Es un tema ganador, que se ha llevado la aprobación de los fanáticos del primer disco que gracias a su intensa letra logra envolverte con facilidad y las pegajosas melodías se nos cuelan en lo más profundo dejándola prácticamente como el himno de este disco. Seguida llega “Low Road”, otro de los temas a destacar de la placa. Aquí la voz la furiosa voz de Erin se entrelaza entre las rapidez de la guitarra proporcionadas por Zack Anderson, que casi no nos deja respirar de lo rápido que golpea en gran parte de la canción. Una composición muy llamativa que se nos queda dando vueltas en la cabeza pidiendo volver a reproducir una y otra vez.

En la misma línea de sus antecesoras toca “Dreaming My Life Away”, menos impactante que los dos temas anteriores pero conservando la intensidad de las letras reflejadas totalmente en la voz. A nivel de melodías se extraña mucho la consistencia y originalidad compositiva, enfocándose demasiado en la voz de la cantante que sí que se nota una mejoría y madurez increíble, pero se nota el desequilibrio entre todo lo demás. Un momento más personal a lo grande vivimos con “California”, con la mejor interpretación de Larsson de todo el álbum. La pieza derrocha pasión y nos sumerge en suaves pasajes deslumbrantes al igual que “Wish I’d Known”, son temas nostálgicos que te teletrasportan al pasado.

Con “Rhythm In The Blood” caemos en lo misma dinámica que las anteriores canciones más rápidas, Otra de las observaciones que se pueden hacer para el álbum en generar es que se extraña la chicha que aporta el bajo, poniéndolo en segundo plano menos protagónico como nos tenían acostumbrados quedando como uno de los grandes olvidados de este nuevo trabajo. Ese vacío no lo logra equilibrar Anderson, mientras que el batería André Kvarnström sí que nos da momentos memorables, pero igualmente se le ve más flojo de lo habitual. Una parte sensual y especial nos muestran con “Dust”, que tampoco pasa desapercibida entre texturas suaves bien logradas que le dan bastante rollo al asunto.

Los otros cortes se construyen de lo mismo como “Kiss My Past Goodbye”, “Bye Bye Birdy” y “Song From A Mourning Dove”, temas lentos con poca explosión que vendrían a ser parte de esta nueva transición de la banda mostrando una cara más madura y tratando de unir las nuevas piezas con las nuevas vivencias personales de los integrantes de la banda a través de la música que contiene esta obra.

Ya para cerrar toca “Longest Lasting Friend”, un tema prácticamente acústico buscando crear esta relación más íntima con el oyente y sacar todo el sentimientos que ofrece la letra de la mano de Larsson.

De los 11 temas que nos presentan los Blues Pills donde quizás tengamos un puñado para el descarte o escucharlos solo por deporte solo para completar el álbum. Un par de sensillos memorables quizás sean solamente 2 con la vibra antigua y 2 de su nueva era. Se nota mucho que no han mejorado los errores que cometieron en su anterior disco y que la salida de su anterior guitarra tampoco los ha ayudado mucho. Una cosa a destacar es el poder compositivo de Erin Larsson y la proyección imparable de su voz, mostrándonos más vulnerabilidad y control interpretativo pulido que seguramente es lo que sostiene a la banda hasta ahora.

Esperemos que esto sea otro nuevo comienzo para Blues Pills y podamos tener un nuevo material a su altura prontamente, porque la calidad musical la tienen solamente les hace falta encontrar su camino.

Karina Báez O.

Temas:
Proud Woman
Low Road
Dreaming My Life Away
California
Rhythm In The Blood
Dust
Kiss My Past Goodbye
Wish I’d Known
Bye Bye Birdy
Song From A Mourning Dove
Longest Lasting Friend