cynic14 Cynic regresan tres años después de su último lanzamiento, el EP Carbon-based anatomy, con su tercer disco de larga duración, Kindly bent to free us, un álbum en el que continúan explorando con el género que practicaron en aquel, pero de una forma ciertamente descafeinada. Aquí encontraremos buenas dosis de rock progresivo, poco queda del death metal o del fusión de sus dos primeros discos.
Paris González
Nota: 7/10  

Muy probablemente, el nuevo disco de Cynic era uno de los más esperados del mundo metálico de los últimos años. Y para muchos terminará siendo una auténtica decepción. El que avisa no es traidor, ojo.

Hace ya veintiún años que lanzaron su álbum debut, Focus, una obra maestra que mezclaba el death metal progresivo con el fusión, con una mayor carga de lo primero que de lo segundo. Las tornas se cambiaron en su segundo larga duración, Traced in Air (2008), uno de los discos fundamentales de la historia del metal, y en el que el death metal dejaba su sitio al género fusión, sin perder un ápice de empaque y cierta brutalidad (sin olvidarnos del vocoder, que, por cierto, se echa en falta en algunas partes de este nuevo disco).

Las cosas cambiaron completamente cuando, en 2010, Paul Masvidal y Sean Reinert decidieron sacar un EP, titulado Re-traced, con algunos de los temas de su segundo LP dándoles una visión cercana al rock alternativo, en el que lo único que quedaba de Cynic era el nombre en la carátula. Aún más grande fue el paso que dieron con su impresionante EP de 2011, Carbon-Based anatomy. Apenas 23 geniales minutos de una mezcla de rock progresivo y fusión con muchísimos toques ambientales que apartaban cualquier atisbo de sonidos metálicos.

Y por esa misma estela continúa este Kindly bent to free us, aún más cargada de progresividad, pero completamente descafeinada y habiendo perdido cualquier atisbo de metal. La banda también “tontea” en este LP, aunque en dosis mínimas, con elementos psicodélicos y de rock alternativo, más cercanos al estilo que practica Masvidal en Æon Spoke.

No se puede decir que este sea un mal disco, ni mucho menos. Son Cynic, y tanto Masvidal, en las voces y en las guitarras, como Reinert en la batería (aunque mucho más tapado que en anteriores ocasiones), y el otro Sean, Malone, en el bajo, hacen un trabajo extraordinario, especialmente este último, que se convierte en el alma mater de buena parte de los temas del disco, gracias a sus inconfundibles líneas de bajo, como demuestra en la inicial “True hallucination speak”, un tema totalmente progresivo.

Algunos hablan de un disco complejo, el más complicado de la discografía “cynica”, pero parece que este es el álbum más sencillo de los que ha llevado a la práctica el trío de Florida, con muchos esquemas y patrones sencillos donde la estela de Cynic parece más que olvidada.

El segundo tema del disco, “The lion’s roar”, es una mezcla de un grupo de indie rock novato y algo de progresividad, como denotan su inicio y el coreable estribillo sencillón, es evidente que Cynic puede hacer mucho más que eso. La canción que da título al disco nos devuelve a 1993, un corte que podría haber encajado a la perfección en Focus, con ese ritmo cortado, gracias al genial aporte de Reinert con las baquetas y las cuerdas de Malone. En “Infinite shapes” cabe destacar la delicadeza de la guitarra de Masvidal, pero la banda nos muestra poco más que eso, en un tema que termina resultando insípido.

Mención especial para “Gitanjali”, en el que la complejidad sí que hace acto de presencia en la estructura, en lo que supone uno de los mejores cortes del álbum. La canción que mejor retrotrae al excelso Focus es, sin duda alguna, “Holy fallout” con ese “Dear world, I can’t offer an explanation” en el estribillo, otro tema a tener en cuenta. Para el final queda “Endlessly bountiful”, corte en el que la banda explora terrenos cercanos al post-rock de Explosions in the Sky, aunque sin la gracia de estos y que deja un muy mal regusto al oyente para cerrar el disco.

En conclusión, si este álbum lo hubiera lanzado una banda novel habría sido un descubrimiento, pero a Cynic debemos exigirle más, mucho más que esto. Nos han demostrado en apenas 20 canciones a lo largo de su carrera previa que son capaces de dejarnos atónitos, sin tener que acudir a estructuras simples o coros facilones. Aún así, el propio hándicap se convierte en un elemento positivo del disco. Son Cynic y tienen calidad y talento a raudales, calidad y talento que han conseguido exponer en un disco que no pasará a los anales de la historia, pero que tiene un algo, y ese algo se llama Cynic.

Tracklist:

  1. Truce hallucination speak

  2. The lion’s roar

  3. Kindly bent to free us

  4. Infinite shapes

  5. Moon heart sun head

  6. Gitanjali

  7. Holy fallout

  8. Endlessly bountiful

Web: http://cyniconline.com/