Elder + Cobra. 7 de noviembre, Razzmatazz 3, Barcelona.

En los intensos meses de octubre y noviembre estamos disfrutando de una gran cantidad de buenos conciertos de talla internacional en Barcelona, Amenra, Yob, Celeste, Capenter Brut… y el 7 de noviembre llegaba el turno de Elder, que vinieron a Razzmatazz 3 acompañados por los vascos Cobra.

Texto y fotos: Quim Torres

A las ocho de un simple miércoles, se empezó a formar una cola de gente bastante diferente, no eran los que somos siempre en los conciertos de Stoner y Doom, y es que Elder abarcan mucho más que esos dos estilos, sobre todo después de su impresionante último disco, Reflections of a Floating World, con el que consiguieron enganchar también a seguidores del Progresivo y el Post-rock. Así, con la sala a medio llenar empezó a sonar el groove de Cobra, grupo que era totalmente desconocido por mí, y del que fue una grata sorpresa ver que el bajista era nada más y nada menos que David González de Berri Txarrak – con lo cual se entiende porqué, a partir del Payola, hay una buena influencia del Stoner en el mítico grupo de Euskal-Herria.

  

Cobra es un grupo con una gran personalidad, a veces suenan más a Down, otras más a Black Sabbath, pero, sobre todo, a ellos mismos. Su contundente y atronadora sección rítmica, una potente voz, completamente metalera, y su puesta en escena y carisma te mantienen atento. Aunque tienen algunas pocas canciones que, para mí, pasaron sin pena ni gloria, había temazos que me encantaron y no pararon de hacernos mover la cabeza, como “Randolph Aviator”, “The New Rebels” o “Rosebud”.

Con la sala casi completamente llena, los americanos Elder enchufaron sus instrumentos y, como si estuvieran probando el sonido, arrancaron con una jam de unos cuantos minutos que nos puso a todos en su órbita de psicodelia, para enlazar muy bien con la que sería la primera canción, “Dead Roots Stirring”.

Para mi gusto empezaron bastante suaves, pero todo se animó cuando empezó a sonar “The Failing Veil”, de su último disco, del que creo que todos teníamos ganas de escuchar algo, porque es francamente magistral. No obstante, aquí pudimos notar como el sonido de la sala no les estaba haciendo demasiada justicia, Elder es uno de esos grupos que se deben escuchar bien para apreciar todos sus juegos harmónicos, dinámicas y matices, y en algunas ocasiones esto fue tapado por una bola de graves y distorsión que no dejaba acabar de disfrutar del todo el concierto.No obstante, iban sonando los temazos, el siguiente fue “Staving Off Truth” y, luego, “Compendium”, una de sus canciones más conocidas y con la que disfrutamos enormemente; además, el sonido de la sala acompañó más a este tema, por su carácter directo y de melodías más simples y cañeras.

  

La actitud desenfadada del guitarra y cantante Nick DiSalvo y el bajista Jack Donovan, creaban un ambiente familiar y cercano y, aunque su puesta en escena era algo estática, sobre todo por parte del nuevo integrante Michael Risberg, a la segunda guitarra y teclado, la reacción del público lo compensaba.Continuaron con “III”, de su segundo LP, Dead Roots Stirring, con la que volvieron a añadir un poco de psicodelia al asunto, con el tipo de pasajes atmosféricos que encontraríamos también en la siguiente, “Thousand Hands”.

En ese momento se despidieron, pero todos sabíamos que se habían dejado una canción obligatoria (y los amplis encendidos), así que, tras los gritos del público, no tardaron demasiado en volver al escenario para tocar “Sanctuary”, quizás mi canción preferida de esta banda, acabando el concierto en alto.A pesar del sonido, todos los músicos fueron impecables y la voz de DiSalvo en directo está cargada de emotividad, y eso compensó gran parte del problema. Sin embargo, ahora me quedo con más ganas de volverlos a ver, eso sí, en una sala más a su altura, porque su música realmente se lo merece.

  

Texto y fotos: Quim Torres