Que Phil Anselmo no puede estar quieto es una evidencia y, junto con Stephen Taylor (Superjoint, Woven Hand, 16 Horse Power), Kevin Bond (Superjoint, Christ Inversion), Jimmy Bower (Eyehategod, Down, Superjoint), Calvin y Joiner Dover (The Dover Brothers), y Steve Bernal (Temple Symphony Orchestra), han cristalizado un proyecto alejado de los estándares metálicos que plagan la discografia del otrora lider de Pantera. Con esta plantilla no puede salir mal la jugada.

Como él mismo (Phil) decía en una entrevista: “Es algo muy oscuro, pero no es heavy metal”. El proyecto viene desde incluso antes de Pantera pero nunca surgía la oportunidad de lanzar este amasijo de temas pantanosos, oscuros, lentos, macerados como el wiskey de barrica, plagado de lamentos tan propios del día de muertos. Stone the Crow (Down –NOLA, 1995) y Planet Caravan (cover de Black Sabbath, Pantera -Far Beyond Driven, 1994) son la yesca y pedernal que arrancan la chispa de este disco.

Como decíamos, adentrarse en este When the Cold Truth Has Worn Its Miserable Welcome Out es mancharse las manos con brea, penetrar en los lúgubres pantanos del alma sin más luz que un viejo farolillo de queroseno; es sacar de una vieja y polvorienta biblioteca un tomo de negras tapas, corroído por el moho, preñado de telarañas y, dentro, siniestras palabras de desaliento.

Los temas que conforman este álbum empezaron a pergeñarse cuando Phil contaba con 9 años, en su Nueva Orleans natal; otros de cuando ya adolescente y de la banda Body & Blood. No es de extrañar entonces que suene como suena y tampoco resulta extraño que hasta que no se juntara con Taylor allá por 2012, estos temas no resurgieran como espectros encadenados en la mente de Anselmo. El gusto por el folk y el toque gótico de las bandas de Taylor hicieron el resto del trabajo.

Las torsiones vocales de Phil en este álbum se asemejan más a Nick Cave o Mark Lanegan que a los alaridos de demonio colgado por anfetas y agua loca a los que estamos acostumbrados. Los instrumentos también cambian el formato. La distorsión y agresividad metálica dejan paso a slide guitars y mandolinas, a percusiones tenebrosas e incluso violines. La mezcla y el resultado final es un conjunto de difícil digestión a las primeras de cambio, pero un oído paciente encontrará, a bien seguro, el tempo para paladear este disco en su justa medida. Tiempo, quietud y penumbra son elementos básicos para escuchar como se merece En Minor.

Hablando de los 11 temas que componen el plástico: Black Mass, es un temazo que arrancando de Planet Caravan despliega sus negras alas hasta arroparte por completo mientras que el tema inicial Mausoleums es un crepitar terrible, el perfecto paso a los territorios que exponen la pesadumbre con un fraseo de guitarra, mántrico, fúnebre, de costillas abiertas. Estos son solamente un par de ejemplos del todo, del disco, de la idea que se expone. La parte más vulnerable de la bestia Anselmo, el panzer que arrasa todo a su paso se muestra aquí casi humano, casi fantasmagórico.

Otros de los sabores que destila el álbum tienen nombre y apellidos: Tom Waits. Blue y Dead Can’t Dance podrían ser hijos bastardos de aquél que en su día hizo historia con Rain Dogs (1985).

Love needs love, es una malévola nana que puede incluso recordar al pasaje introductorio del Lullabies to Paralize (Qotsa, 2005): la tristemente bella combinación de Cello, guitarra y acordeón pone los pelos de punta y deja el alma lista para el desguace. Para desasirse de la condena del pesar Warm Sharp Bath Sleep deja entrever alguna esperanza entre guitarras algo más psicodélicas.

This is not your day es la aproximación más dura del álbum sin llegar a las distorsiones Down, este puede ser el corte más reconocible mientras que Hats Off se adentra más en el espacio del western y te reta a un duelo al Sol. El cierre se echa con el corte más experimental del disco: Disposable for you ofrece una cadencia obsesiva con unos arpegios muy logrados.

Como comentamos anteriormente, en una primera escucha When the Cold Truth Has Worn Its Miserable Welcome Out me pareció algo soso, aburrido en algunos tramos, dándole más escuchas ha crecido como las enredaderas y, sin ser un álbum espectacular si se pueden apreciar muchos matices, riesgos, paisajes… Es un cliché, los sé, pero el álbum crece en cada escucha y cuánto más crédito y tiempo se le dé. Tiempo, ese bien tan preciado y tan necesario es aquí una necesidad. La música puede ser urgente o puede retarte pedirte que te sumerjas: este es el caso con En Minor.

El proyecto de Anselmo rezuma vulnerabilidad por los cuatro costados. Es, sin duda, un movimiento arriesgado, pero diría que incluso necesario. Un cambio que seguro airea fantasmas, un acto catártico que llevaba unas décadas fermentando en la mente de Anselmo y que ahora parece ser el momento de publicar. Con una pandemia que atenaza las vidas del planeta, sofocando a los artistas, a la cultura en general y a la música en directo en particular este soplo de aire viciado es una banda sonora muy adecuada para los días en que la luz del Sol es casi un insulto. Es un pantano dónde refugiarte del buenismo cuando un quiere estar consigo mismo alejándose de una sociedad que, en ocasiones, parece haber perdido toda capacidad de autocriticarse.

Marcel Palagós

Temas

1. Mausoleums
2. Blue
3. On the Floor
4. Dead Can’t Dance
5. Love Needs Love
6. Warm Sharp Bath Sleep
7. Melancholia
8. This Is Not Your Day
9. Black Mass
10. Hats Off
11. Disposable for You