Cuarto disco de larga duración de estos señores franceses, tras cuatro años de parón en el estudio de grabación. Los componentes siguen siendo los mismos: los hermanos Duplantier, Joe y Mario, a la guitarra (y voces) y a la batería, respectivamente; Christian Andreu en la segunda guitarra y Jean Michel Labadie, en las cuatro cuerdas.
Paris González
Nota:7/10  

Si alguien me pregunta cuál es mi grupo favorito, digo, sin lugar a dudas, Led Zeppelin. Pero siempre matizo. Siempre tengo que decir que Gojira son mi banda predilecta, que siga aún en activo. ¿Existe algo que relacione a ambas formaciones? Pues sí, una de esas cuestiones es que, durante su trayectoria, siempre han mantenido la misma formación. Cuando Bonham murió, el resto del grupo consideró que sin uno de sus miembros, la música del cuarteto no tendría ya sentido. Esperemos que los galos no tengan que pasar por el mal trago de perder a ninguno de sus integrantes.

También podemos atisbar una similitud con los discos. Cuando Led Zeppelin lanzaron su IV, Led Zeppelin IV, o, simplemente, sin título, el que creo que puede ser considerado uno de los mejores álbumes de todos los tiempos y, sin ninguna duda, mi disco favorito. Música, letras, actitud. Todo ello se da la mano para dejarnos boquiabiertos. Gojira, con The Way of All Flesh (su cuarto disco)…hicieron ¾ de lo mismo.

Pero los británicos sacaron después de IV, otro tremendo CD, como fue Houses of the Holy. Con verdaderos himnos como “The Ocean”, “The Song Remains the Same” o la preciosísima “No Quarter”. Gojira, sin embargo, quiso romper ese dicho de “no hay quinto malo” y ha creado un álbum que no está ni de lejos en su top3.

Puede que un servidor sea excesivamente crítico con un grupo al que sigue desde hace casi seis años (de los primeros grupos de verdadero metal que escuché); puede que no lo haya escuchado con atención; puede que esté en una fase de mi vida musical en la que prefiero otro tipo de música, pero lo que sí tengo claro es que esto no es lo que yo esperaba de Gojira.

Igual que había sucedido con cada uno de los álbumes anteriores, en los que todos ellos superaron (y con creces) a su predecesor, en esta ocasión, no. No quiero decir que el disco sea malo, ni mucho menos. El disco está cargado de técnica, los riffs son pegadizos pero parecen no terminar de cuajar, las letras están trabajadas, pero no es de la calidad que uno esperaba. Puede que sea, simplemente, que yo esperaba demasiado de estos cuatro galos.

Otro aspecto que me ha desagradado es la longitud de los temas. Solo la inicial “Explosia” supera los 6 minutos y es que es exactamente en las canciones largas donde Gojira me hacía vibrar. Como ejemplo de ello, “Flying Whales”, “Global Warming” o la majestuosa “The Art of Dying”. Tampoco quiero decir que no haya donde “escarbar” en este LP. Hay muchos, muchísimos, aportes que no se escuchan ni a la primera, ni a la tercera ni a la décima escucha, pero hay algo que me no termina de gustarme.

Claro está que la producción es uno de los puntos fuertes del compacto y gracias a ello, el álbum suena a lo que la banda quiere que suene. De las guitarras poco menos se puede decir y, como siempre en el cuarteto francés, la sección rítmica es de lo mejor que nos podemos encontrar en la escena metálica. Quizá, un punto flojo, en este sentido, estriba en que, pese a que su trabajo es de 10, no hay ningún momento estelar de Mario Duplantier. El menor de los hermanos está entre los 5 mejores baterías, pero no tiene un momento en el que su arte y capacidad se muestren de manera más palpable.

El LP da inicio con “Explosia”, Su inicio bestial, que continúa, tras una buena muestra de redobles por parte de Mario Duplantier, con un riff mareante; pero en torno al 2:30, el corte disminuye en revoluciones para darnos un pasaje más relajado, que poco o nada nos dice. El siguiente bloque, que da inicio en el minuto 4:00, nos invade con un riff progresivo que sí está a la altura de los Gojira de siempre, pese al tempo lento que marca estos segundos.

La canción que da título al disco, “L’enfant Sauvage” nos muestra la nueva faceta de los galos. Riffs que intentan ser lo de siempre, quedándose en poco más que eso, “intentos”, pese a que muchos quieran ver en este tema algo parecido a la canción del año…”The Axe” llega con fuerza, con rabia, con dolor…con el hacha.

“Liquid Fire” prosigue con el disco, dándonos un corte algo más experimental, con una voz robotizada de parte del señor Duplantier, que recuerda, ¿Cómo no?, a “A Sight to Behold”, de su aclamadísimo anterior disco. “The Wild Healer” sirve de interludio, con un sonido que puede recordar a algún grupo de sludge o doom, pero que se termina en poco menos de dos minutos.

Blast beat al más puro estilo death metal el que da inicio a “Planned Obsolescence”, que después se relaja para volver de nuevo a la caña inicial. “Mouth of Kala”, otro tema que comienza cañero, pero se va relajando quedando en un sencillo tema más de relleno.

“The Gift of Guilt” nos muestra el buen hacer de los guitarristas en el plano de los tappings y Mario Duplantier nos enseña un ritmo muy similar al de su célebre “Vacuity”. Los continuos parones nos dan una de las mejores canciones del disco, en la que podemos vislumbrar, por poco tiempo, lo que yo esperaba de Gojira. El CD continúa con “Pain is a Master”, unas guitarras suaves, casi ambientales, abren, junto a una voz de mujer, el tema. Apenas transcurrido un minuto, la caña hace acto de aparición para dejar atónito al oyente con un blast beat y un riff que nos vuelve a rememorar quienes son estos cuatro franceses. El recuerdo y “lo que pudo haber sido” dura estos dos cortes.

De nuevo tranquilidad en los inicios de “Born in Winter”. Joe Duplantier nos muestra su voz en un estado en el que pocos le conocemos. Nada de gritos…hasta el minuto 2, cuando despliega lo mejor de sí mismo, mientras el tapping suena de fondo. Con “The Fall” se cierra este L’enfant Sauvage. De nuevo el inicio con ritmo lento, nos depara otro riff marca de la casa, que se muestra ciertamente extraño y sigue convencer al que escribe estas líneas.

Este disco, de pequeño salvaje tiene lo justo. Podría haber sido una verdadera monstruosidad pero Gojira han decidido seguir por este camino. Vuelvo a repetir que el disco no es malo, ni técnicamente, ni en calidad, ni en nada. Únicamente que no llega al nivel que se debe esperar de una banda que nos había dado todo con los anteriores cuatro discos. Un paso atrás del cuadro de Bayona. Esperemos que reaccionen a tiempo.

Paris González

Temas:

  1. Explosia

  2. L’enfant Sauvage

  3. The Axe

  4. Liquid Fire

  5. The Wild Healer

  6. Planned Obsolescence

  7. Mouth of Kala

  8. The Gift of Guilt

  9. Pain is a Master

  10. Born in Winter

  11. The Fall

Web: https://www.gojira-music.com/

[youtube] https://www.youtube.com/watch?v=BGHlZwMYO9g&feature=branded [/youtube]