Tres años después del decepcionante “Heaven’s venom”, Kataklysm regresa a la escena con “Waiting for the end to come”, un álbum en el que continúan con su estilo death melódico, aunque con grandes influencias de sus primeros álbumes, con una rama más brutal/death y algún que otro destello deathgrind, con resultado notable, más aún teniendo en cuenta los últimos precedentes de los canadienses.
Paris González

Nota: 7,5/10  

 

Kataklysm llevaban varios años sumidos en el abismo, y es que después de varios discos notables defraudaron al público y a la crítica con varios discos que quedaban bien lejos de clásicos del death metal de “Sorcery” o “The prophecy”, si bien es cierto que la marcha de su primer vocalista, Sylvain Houde, y la toma de las riendas por parte de su ahora voz y frontman, Maurizio Iacono, allá por 1998, supuso un cambio importante en el estilo de la banda.

De un death metal agresivo, cercano al brutal death, se relajaron los tempos y pasaron a un death melódico bastante “bruto” para lo que mandan los cánones del estilo. Después de varios discos rayando a un buen nivel, los canadienses fueron decayendo hasta terminar en dos álbumes muy por debajo de lo que habían demostrado, como fueron “Prevail”, pero, sobre todo “Heaven’s venom” (2010).

En este álbum, Kataklysm sigue contando con su inconfundible frontman, Maurizio Iacono, a las voces, acompañado de Jean François Dagenais a las guitarras y Stéphane Barbe a las cuatro cuerdas. La única novedad queda en la batería, donde hace su aparición Olivier Beaudoin, excomponente de la banda de death técnico, también canadiense, Neuraxis. Y la verdad es que el trabajo del nuevo miembro no desmerece su labor en su anterior grupo.

“Waiting for the end to come” nos vuelve a mostrar una faceta de Kataklysm que teníamos ya casi olvidada, la parte más brutal, con un elemento melódico igual de presente que en sus últimos discos, pero conjugando una buena mezcolanza.

Es un death melódico que no se fija hasta la extenuación en los cánones que patentaron la buena hornada de grupos salidos de Suecia a mediados de la década de los 90’ y que generaron el “sonido de Gotemburgo” (Dark Tranquility, In Flames, Hypocrisy), con excesiva melodía en estribillos y voces, sino que tiende más a la vía que han seguido otros grupos como Carcass en su sonadísimo regreso con “Surgical steel”. Un melodeath en el que pese a encontrar partes melódicas, las más “brutales” no quedan eclipsadas por las primeras.

En el álbum encontramos auténticos cañonazos que rememoran la primera etapa de la banda, como la inicial “Fire” o la subsiguiente “If I was God…I’d burn it all”, otros temas se acercan más al deathgrind de bandas como Misery Index o Napalm Death, como nos muestran en “Like animals”, canción en la que coquetean con el hardcore, y también hay melodeath a raudales, como ejemplifican buenos cortes como “Kill the elite”, “The promise” o “Dead & buried”.

En conclusión, un disco que vuelve a sacar lo mejor de Kataklysm, quienes, sin llegar al nivel de sus “clásicos”, continúan por la senda que debían haber continuado estos canadienses desde mediados de la década pasada. A destacar la unión que han sabido realizar entre el brutal death de sus primeros álbumes con el melodeath de los últimos discos, sin dejar de sonar duros y agresivos.

Paris González

Temas:

Fire
If I was God…I’d burn it all
Like animals
Kill the elite
Under lawless skies
Dead & buried
The darkest days of slumber
Real blood, real scars
The promise
Empire of dirt

Web: https://www.facebook.com/kataklysm

https://www.youtube.com/watch?v=ayVOskyUYyk