Cuando en Octubre de 2005, el joven genio finlandés Tuomas Holopainen y los suyos decidieron entregar una carta de despedida tras el último concierto de la gira europea a la que por aquel entonces era su cantante, Tarja Turunen, los fans del grupo se dividieron en 2 bandos: los incondicionales de la diva finlandesa, fieles a ella y a su futura carrera en solitario, y los que decidieron creer en Tuomas y esperar a ver qué pasaba con el grupo. Se inició entonces una larga “carrera” en busca de una nueva cantante, se empezaron a barajar decenas de nombres (algunos de ellos tan conocidos como Liv Kristine, Vibeke Stene…), se buscaba un perfil con carisma (dado el alto listón que dejó Tarja)… pero nadie sabía qué tipo de voz buscaban Nightwish para su “nueva era”.

Pasaron casi 2 años, y entonces se desveló el misterio: la cantante de AOR de nacionalidad sueca, Anette Olzon, había sido “la elegida”, la fuerte apuesta de un grupo que ha vendido millones de copias en todo el mundo, una de las joyas de la corona de la poderosa Nuclear Blast. Y los fans volvieron a dividir opiniones: los que tras escuchar a Anette entonando la nueva música del genial Tuomas se lo han tomado como unos nuevos Nightwish, más agresivos, más potentes, más metaleros, y los que se aferran al recuerdo de una operística Tarja, a esos tonos de soprano que, aunque Anette tiene una preciosa voz, no podrá alcanzar, dado que sus voces son completamente distintas.

Al escuchar el cd por primera vez, ya se nota la diferencia. No son los mismos Nightwish de aquél “Everdream”, “Slaying the dreamer” o “Wishmaster”. Pero aún así, tras escuchar el disco con más detenimiento un par de veces, se aprecia que Dark Passion Play es una evolución natural (con permiso del respetable, dada la circunstancia del cambio de voz) de su anterior trabajo, Once. Algunos de los cortes recuerdan por su estructura a temas ya muy conocidos de la talla de “Nemo” o “Wish I had an angel”.

No cabe duda que Tuomas ha decidido arriesgar con este nuevo disco, y mucho. La primera canción es la magnífica “The poet and the pendulum”, un corte de 14 minutos, en la línea de los ya clásicos “Beauty of the beast” y “Ghost love score”. Lo lógico en un disco del estilo del que tratamos en esta crítica sería poner este tema al final del cd, pero dado que la temática del corte trata sobre una nueva época en la vida del teclista ( como en cierto momento nombra la canción ), es la forma perfecta para empezar este Dark Passion Play: Tuomas quiere dejar claro que ha roto con el pasado, se ha liberado de toda esa rabia acumulada y toda la mierda que vivieron en su día y ha empezado esta su nueva era.

Tras los 14 delirantes minutos de la sinfónica “The poet and the pendulum”, nos encontramos con una clara dedicatoria a Tarja: “Bye bye beautiful”. Una canción agresiva, con el estribillo a cargo de Marco, y, en palabras del propio Tuomas en la entrevista que nos concedió hace unas semanas en Madrid, “una forma bonita de decirle adios, sin rencores… una buena despedida”.

Tiempo ahora para el segundo single de presentación del cd. “Amaranth” recuerda estructuralmente al ya coreadísimo “Nemo”. Es pegadiza, Anette está sublime en el estribillo, y el video (que ya se puede ver por internet) les ha quedado bien. Sin duda una buena elección para un single. Tras este tema nos encontramos con “Cadente of her last breath”, que siendo un buen tema, quizá es de los cortes más flojos que podemos encontrar en el redondo.

Una sorpresa que podremos encontrar al seguir escuchando es la potentísima y posiblemente la canción más heavy que Nightwish hayan hecho jamás “Master passion greed”, en la que por primera vez nos encontramos que el bajista Marco Hietala canta solo. Tuomas dice de ella que en principio iba a ser a dúo, como la mayoría de temas del grupo, pero que la banda tenía tanta rabia acumulada que Marco pensó que era mejor que la cantara él sólo y dejar a Anette fuera de esta “lucha interna” que batallaba la parte masculina del quinteto.

A finales de Mayo salió un single, una balada, a modo de presentación de la por aquel todavía desconocida nueva cantante, y este single fue “Eva”, con el que el grupo decidió recaudar fondos a través de su venta por internet para una fundación benéfica. La que le sigue es “Sahara”, una de las canciones más llamativas de todo el redondo, pegadiza, bien estructurada, muy trabajada, con los coros de fondo acompañando a Anette y con el resto de instrumentos a la altura de un gran tema como este.

“Whoever brings the night” es otro tema agresivo, potente, con unos solos de guitarra a cargo de Emppu Vuorinen al buen nivel de lo que ya nos venía acostumbrando desde anteriores discos. Y tras la tempestad siempre llega la calma, esta vez de mano de la preciosa, y hacia el final apoteósica, “For the heart I once had”, una de esas canciones que sin duda no faltarán en los conciertos (cuyo paso por España será probablemente hacia Marzo de 2008): la voz de la sueca suena más elegante en este ocasión que en todo el redondo.

La recta final se inicia con la canción “The islander” cuyos toques celtas abren una nueva dimensión a los sonidos con los que Nightwish se atreven a experimentar; una demostración de que miran al futuro con optimismo y con ganas de probar cosas nuevas. Incluso la siguiente, la instrumental “Last of the wilds”, nos ofrece nuevos horizontes en esta búsqueda de sonidos.

De los samples que se pueden encontrar en la página oficial del grupo desde Junio, uno de los que podíamos encontrar es “7 days to the wolves”, una canción de 7 minutos, compleja en algunos momentos, potente, cañera y pegadiza. Y qué mejor forma de acabar un disco de regreso tras años de tormento que con una canción de esperanza. “Meadows of heaven” es una balada, muy tranquila al principio, pero que va subiendo de tono hasta llegar al punto álgido al final, con el coro de gospel de fondo, apoyando la dulce voz de Anette, de nuevo sublime en este corte.

No nos cabe ninguna duda de que Nightwish han vuelto, y de qué manera. Han demostrado que Anette Olzon es, sin duda alguna, una muy buena elección para sustituir a Tarja (sobre todo porque sus registros son completamente distintos, cosa que ayuda a evitar las siempre tan odiosas comparaciones).

Y su Dark Passion Play no sólo es el disco más caro en la historia de Finlandia, sino que estamos seguros de que con este álbum van a conseguir tanto retomar a sus antiguos fans (si es que deciden concederles el beneficio de al menos dedicar un par de escuchas al cd, porque lo merece) como ganarse nuevos adeptos en diversos ámbitos del metal. Sin embargo aún tenemos que esperar hasta finales de Septiembre para poder disfrutar del disco en los altavoces de casa a pleno rendimiento. Esperaremos impacientes.

Leticia Ballester

Temas:
1 – The poet and the pendulum
2 – Bye bye beautiful
3 – Amaranth
4 – Cadence of her last breath
5 – Master passion greed
6 – Eva
7 – Sahara
8 – Whoever brings the night
9 – For the heart I once had
10 – The islander
11 – Last of the wilds
12 – 7 days to the wolves
13 – Meadows of heaven