La creación de un álbum como “Hautefaye” es un arma de doble filo. Por un lado es una brutal explosión de arte y talento y por otro genera la exigencia para con el siguiente trabajo a realizar por la banda, porque el listón se ha situado muy alto.

Toni Marchante

5 años después de aquel disco, la banda ha sufrido una revolución en sus filas, donde muchos miembros salieron del grupo. En un mar de dificultades, entre los años 2020 y 2021, Juan Giner (voz y sintetizadores), Quique Villalba (guitarra y bajo) y Manuel Harari (guitarra y bajo) se ocuparon de componer este nuevo trabajo.

Ante la falta de recursos han contado con la colaboración de Javi Sanchis y Alex Sanjuan a la batería. Alejandro Juarez (batería) ha pasado a formar parte permanente de la banda junto a Alvaro Montón (bajo).

No obstante, participaron en las ideas iniciales de algunos temas, sus antiguos miembros del grupo, Javier Badía, Daniel Torregrosa, Alex Alonso y Salva Párraga. Han sido también importantes la participación de gente como Sergio Martínez en alguna composición o Carlos Part en los sintetizadores.

Noah Histeria viene a demostrar con este nuevo álbum que sus composiciones no son canciones sin más. Son canciones con alma, entes que tienen algo que decir, que transmitir. Y tal y como ocurrió en el disco anterior, lo hacen con clase y poderío.

Porque aquí Noah Histeria aprovecha su punto fuerte, el de contar una interesante historia a través de la música. Si muchos grupos crean bandas sonoras para una película, ellos crean una película para su banda sonora, ocurrió con “Hautefaye” y ahora vuelve a ocurrir con “Ojepse”.

Noah Histeria – Sobre el nuevo disco

Este nuevo “Ojepse”, tiene cosas de su anterior disco, pero no es para nada ni una continuación, ni un más de lo mismo. Ambos discos llegan a un mismo punto, pero por distinto camino, hay matices distintos, evolución. Te puede gustar más un camino que otro, pero el proceso es el mismo.

Escuchando “Ojepse” vemos que muchos de los recursos compositivos permanecen, signo inequívoco de sus señas de identidad más que un ejercicio por recuperar vestigios del pasado. Ahora bien, nos encontramos con un disco difícil.

Noah Histeria no es una banda de primeras escuchas, conforme vas insistiendo, vas cayendo en su hipnotismo hasta llegar un momento en el que su música y su concepto te cautiva y se apodera de ti. La gran cantidad de matices y recovecos musicales y sus letras, te hacen descubrir cosas nuevas en cada escucha. Nos encontramos con un disco más complejo, duro y denso; lo que supone todo un reto tanto para la banda como para el oyente.

Si entramos en “Ojepse” llama la atención lo trabajado que está, con una historia original y consistente y en un contexto musical que nos hace mantener el interés en todo momento, letras bien construidas y una estructura musical cambiante, de alto contenido compositivo.

El protagonista en el disco es su concepto, muy currado como en el disco anterior, basado en percepciones e ideas moldeadas por matices y referencias de historias, libros y películas que tocan la fibra de los autores y que se sintetizan en un resultado original, que nos hace reflexionar.

Narra la historia de una derrota; nos cuenta cómo su protagonista Shinji, cae en un trastorno disociativo de personalidad, no distinguiendo entre lo real y lo onírico. Para plasmarlo se usa como vehículo “El Espejo” (el título del disco es esa palabra al revés OJ??S?). Plantea la cuestión de donde habita su yo, quizás en ambos lados porque lo cierto es que hay tantas realidades como mundos en las mentes pensantes.

La historia se desarrolla canción tras canción, donde Juan Giner con su voz nos va narrando o contando, dentro del personaje de Shinji. Y lo hace a la perfección, dándole a cada momento la intensidad precisa, poniéndose en la piel del personaje y mostrándonos sus grandes cualidades a la voz.

Debemos destacar también la portada del disco y logo realizada por Mónica Cuadrado. La grabación y producción de este disco se realizó en el estudio de Genis Ibáñez. La mezcla y masterización la han realizado Raúl Nácher en Soniart Producciones.

Unas capas de teclados que conforman “EVA” configuran la intro que nos introduce en el disco para desembocar en “Ville Neuve”. Es ahí donde se nos sumergimos en la trama, contextualizándolo con contundentes riffs, ante una imponente base rítmica, unos teclados muy resultones y la voz de Juan que le da esa personalidad Noah.

La música de Noah Histeria es compleja, se da prioridad a la historia que cuenta, musical y letrísticamente. Los estribillos, si los hay, pasan desapercibidos, la prioridad está en el reto de jugar con las armonías y bucear sin límites, en los patrones rítmicos.

Así se desarrolla todo el disco, con un escenario sonoro para cada canción, donde en “Origami” percibimos la colaboración del Coro de la Universitat Politécnica de Valencia (también presentes en el tema “Oro y Miel” y su anterior “Hautefaye”); así como numerosos detalles cercanos al jazz, con cierto énfasis en el bajo. También percibimos por momentos la tensión y la dureza con partes de voces oscuras.

Y llegamos a “El Hombre Duplicado”, segundo tema previo al lanzamiento en darse a conocer y uno de los buques insignias de este disco. Una amalgama de recursos y de ideas que van mutando mientas se desarrolla, síncopas por doquier, pura experimentación. Por cierto, con guiño a Hautefaye.

En “Oro y miel” es donde se percibe con más intensidad la rudeza y el caos ordenado que ha llegado a conseguir Noah Histeria. Alcanzando composiciones sonoras similares a por ejemplo algunos trabajos de Devin Townsend, donde contar y transmitir musicalmente una historia, prevalece ante todo.

La instrumental “Vallée Vieille” nos muestra un aspecto innovador, en una primera parte pausada de sintetizadores transmite la tensión y confusión para desembocar en una parte programada al estilo de los franceses M83, mostrándonos un contexto muy “Blade Runner”.

Noah Histeria – La Pirámide

“La Pirámide” fue el avance de este disco y posiblemente sea el corte que más similitud pudiera tener con su anterior disco, en un gesto de mostrar la transición de un álbum a otro. Hablamos de uno de los grandes temas del disco, lleno de detalles donde el tratamiento de los riffs destacan.

“La Pirámide” es a “Ojepse” lo que “Coloso” a “Hautefaye”, la estructura de las guitarras sigue las sendas marcadas por su disco anterior, pero hay muchas cosas que las diferencian. Por un lado la marcha de Javier Badía ha reducido el impacto de las capas de teclado, prevaleciendo más los riffs sobre la melodía.

Para finalizar “Rien” otro gran tema que finaliza con el avance que nos ofrecieron el pasado mes de junio y que ya apuntaba bien. De nuevo jugar con el jazz, hacer malabares en el pentagrama con los compases forma parte de otro de las grandes canciones de este trabajo.

“Ojepse” es un disco continuista a su anterior pero presenta aspectos diferentes, no se trata de replicar un trabajo excelso y hacer más de lo mismo. Es continuista porque ambos tienen la virtud cuando le coges el punto, de querer escucharlo en bucle cuando termina. La magia de este disco radica en la misma que su trabajo anterior, en su capacidad emocional, en esa montaña rusa de subidas y bajadas que provocan que el vello se te erice.

Nos encontramos con un de los mejores álbumes de rock progresivo nacional de este año, pero insistimos en que es un disco que hay que trabajar e insistir en él, como nos gusta a los progresivos. Con ”Ojepse” es importante no hacer valoraciones precipitadas en una primera escucha, se corre el riesgo de desechar un gran disco.

Toni Marchante
Temas:

1. EVA 02:35
2. Ville Neuve 06:26
3. Origami 13:15
4. El Hombre Duplicado 09:58
5. Oro y Miel 07:08
6. Vallée Vieille 05:16
7. La Pirámide 08:20
8. Ríen 06:43