Ocho discos a sus espaldas y casi veinticinco años surfeando la ola del power metal italiano. Pese a no haber alcanzado la popularidad de otros, Secret Sphere se han mantenido a lo largo de estos años en un cómodo equilibrio entre sus orígenes y la tendencia a abrirse a otros géneros. En esta entrega se inclinan algo más hacia el lado metalero de la balanza, con melodías pegadizas, velocidad a raudales y un espíritu claramente optimista con el que celebran involuntariamente por partida doble: primero, su cuarto de siglo desde que saltaron a la palestra y, segundo, el regreso de Roberto Messina, vocalista y miembro fundador.

Sara J. Trigueros

Sin levantar el pie del acelerador, los italianos han lanzado un trabajo con varios elementos que lo diferencian de anteriores entregas. Si a The Nature of Time se le podía echar en cara que no tenía término medio, aquí han sabido equilibrar algo mejor los extremos y quedarse en un aristotélico centro que, sin embargo, a veces se queda algo insulso.

Lifeblood es un disco con un carácter más alegre que los anteriores. Su sonido, deliberadamente más clásico, pretende ser un retorno a los comienzos de la banda con las, suponemos, virtudes del paso del tiempo. Es decir, pretenden un trabajo fresco, pero compacto. Y el resultado nos ofrece, junto a esto, uno más atmosférico y menos técnico, con las luces y sombras que esto puede suponer y, en efecto, supone.

Tema que le da título al disco

La tríada inicial ya es conocida. A los adelantos que hemos escuchado estas semanas (la poderosa «Lifeblood» y la más serena y menos trepidante «The End of an Ego») solo les precede una introducción épica prolija en coros y teclados orquestales. Hasta aquí nada nuevo. Y poca novedad a partir de aquí, todo sea dicho.

El punto fuerte de este álbum es un viejo conocido: ese power metal de carácter mediterráneo del que casi cualquier tema del disco puede resultar paradigmático. Por ejemplo, en «Life Survivors» lo encontramos en forma de una introducción de teclado a cargo de Gabriele Ciaccia que crea el ambiente adecuado para que irrumpa Marco Lazzarini a la batería; pero en «Alive» lo veremos a través de esa velocidad endiablada de la batería y la potencia vocal de Roberto Messina, que se vuelve especialmente pegadizo y melódico en el estribillo.

Hay una voluntad de construir temas menos directos y sin un gran despliegue de virtuosismo, donde dominen las melodías y los detalles sirvan para hacer funcionar al conjunto más que para brillar individualmente. El carácter progresivo de discos como Portrait of a Dying Heart aquí prácticamente ha desaparecido. Aunque es posible toparse con alguna reminiscencia en «Thank You» y, desde luego, se agradece notablemente en «The Lie We Love» (corte que sirve de cierre magistral), predomina el mood festivo de «Against All the Odds» apuntalado por el doble bombo directo y constante de canciones como «Solitary Fight».

Secret Sphere, maestros del power metal italiano 

Quizá el punto culminante de las peripecias melódicas lo encontremos en «The Violent Ones», también uno de los más accesibles y de los que más destacan de la segunda mitad del álbum. Y, por último, como nota que aporta algo de variedad a un disco bastante monocromo (aunque no por ello monótono) es la balada «Skywards», donde vemos a Roberto arrancar en un registro más grave para crecer en un falsete conmovedor pero sin excesiva personalidad.

No obstante, sí hay algo que proporciona carácter al disco: es, en analogía con el regreso del vocalista original, una suerte de regreso a casa. No solo los guiños a los primeros discos de remiten al pasado de la banda, sino que el espíritu de este Lifeblood, con su energía juvenil y sus raíces al descubierto, nos lleva directamente al arquetipo del power metal europeo que se viene haciendo a este lado del mediterráneo desde hace más de dos décadas, de los que Secret Sphere son un ejemplo más que representativo.

Sara J. Trigueros
Temas

Shaping Reality
Lifeblood
The End of an Ego
Life Survivor
Alive
Against All the Odds
Thank You
The Violent Ones
Solitary Fight
Skywards
The Lie We Love