Corría el año 1991. Sepultura ya no eran una banda de absolutos desconocidos. Se habían labrado un nombre entre la comunidad más undergroud del thrash mundial, y su tercer disco, «Beneath the Remains» (1989) ya les había colocado la etiqueta de auténticas promesas del género. El cuarto disco de la banda decidiría, muy probablemente, el devenir de su carrera. El 25 de Marzo de ese mismo año «Arise» vio la luz del día y, como se suele decir, el resto ya es historia.

«Arise» era un disco con un sonido arrollador y muy bien medido y producido por Scott Burns (Death, Cannibal Corpse, Deicide, Cancer…), y las canciones eran auténticos himnos thrash que rápidamente cuajaron entre los seguidores más aguerridos del estilo. Sepultura ya no eran una promesa, eran una realidad, y la gira de presentación de «Arise», junto a las bandas Sacred Reich y Heathen, sería uno de los acontecimientos metálicos del año.

Como tal, Sepultura unieron fuerzas con Stephen Payne (director) y Stephen Malit (productor) para grabar uno de los conciertos de la gira que pudiera transmitir la ingente cantidad de energía flotaba en el ambiente de un show de Sepultura. La fecha elegida acabría siendo el viernes 31 de Mayo de 1991, la sala, Zeleste, la ciudad, Barcelona. La idea era filmar el show con calidad profesional e intercalar pequeñas entrevistas con la banda hablando de varios temas biográficos, filosóficos o ideológicos. La buena noticia es que la banda agotó los tickets para el viernes en un solo día, así que añadieron una segunda fecha al día siguiente, lo que proporcionaba al equipo una nueva oportunidad de conseguir más material para el documental en caso de que fuera necesario.

Esa noche la sala estaba llena hasta los topes para presenciar la descarga de los nuevos abanderados del thrash y que me aspen si la eléctrica atmósfera que se respiraba en la famosa sala barcelonesa, hoy en día conocida como Razzmatazz, no inunda tu salón a través de la pantalla cuando le das al play. El escenario estaba flanqueado por unos backdrops con motivos tribales que podían dar una pista de por donde irían los tiros para la banda en los años siguientes, y la enorme batería de Igor Cavalera presidía toda la estampa.

Con el título de «Under Siege» (bajo asedio) el concierto da inicio con una «Intro» ya mítiquísima que te pone en situación: el público absolutamente entregado desde el minuto uno, contundencia sin freno alguno y una banda en su mejor momento. Igor (en aquellos años escrito solo con una ‘g’) demostraba por qué era uno de los mejores baterías de metal de su generación, su hermano Max dominaba el cotarro con su BC Rich con solo cuatro cuerdas (¿para qué seis, si no voy a usar dos de ellas?), Paulo Jr. con una camiseta de Hendrix y un bajo Fender escondido bajo su tupida melena y Andreas Kisser descargando sus solos adrenalínicos al lado del escenario. Es uno de esos conciertos donde todo encaja.

Al tratarse de la gira de «Arise», es lógico que la mayor parte del setlist se basara en ese disco, y es que el triple asalto inicial con «Arise», «Desperate Cry» y «Dead Embryonic Cells» te deja sin habla. Una banda engrasadísima con un público perdiendo los papeles. La realización del vídeo es enérgica, combinando primeros planos detallistas con planos generales que transmiten muy bien el ambiente de esa noche. Invasiones de escenario, moshing constante, peña cayendo del piso de arriba (¿?), el tipo de primera fila haciendo headbanging como si le fuera la vida en ello, los cámaras arriesgando su vida para conseguir planos inolvidables…

«Under Siege» probablemente sea uno de los documentos definitivos sobre lo que eran los shows de metal extremo en una época donde el género ya estaba aposentado y empezaba a dar muestras de que podía pasar al siguiente nivel, y se agradece que se grabara con tamaña calidad y, por qué no decirlo, permitiéndose ciertas licencias artísticas en el tratamiento de la imagen de ciertos planos que añaden al conjunto una pátina de peligro cuasi apocalíptico.

Por supuesto, el repertorio del vídeo incluye temas de sus trabajos anteriores como «Mass Hypnosis», «Inner Self», «Beneath the Remains», «Troops of Doom» o, por supuesto, la mejor versión de Mötorhead que yo haya escuchado en mi vida, un «Orgasmatron» apoteósico con el público entregando a la banda su último aliento para corear el tema de cabo a rabo.

El vídeo se acabó publicando el 14 de Enero de 1992, justo hace 30 años, y se convirtió por derecho propio en uno de los mejores conciertos jamás editados en este formato. Y si no me creéis volved a poneros el breakdown de «Dead Embryonic Cells» y decidme que no se os eriza el vello del cogote.

Las cosas han cambiado mucho en estos 30 años. Los hermanos Cavalera abandonaron el barco y además con mal rollo de por medio. Pero en este 2022, Sepultura vuelven con Sacred Reich a Razzmatazz (qué demonios, a Zeleste) la sala que el mundo siempre relacionará con ellos, acompañados no por Heathen pero sí por Crowbar, otra banda de veteranos que encaja perfectamente en el triple cartel. Y allí estaremos para intentar recrear la magia de una noche que siempre perdurará en el recuerdo musical de la ciudad condal.

Edko Fuzz