Recuerdo que Timo Tolkki, el otrora líder de los power metálicos Stratovarius, dijo en una ocasión algo así como que “nosotros comemos cadenas y cagamos metal”. Bueno, pues he de afirmar que en nuestro país hay gente con el mismo gusto que el bueno de Timo y siguen una dieta estricta de heavy metal, y es que “Ultimate sin” es puro heavy de toda la vida y los gaditanos SnakeyeS una bestia con un apetito voraz.

Luis de Juan

De las cenizas de los desaparecidos Sphinx resurge como ave fénix SnakeyeS con su líder, el bajista José Pineda, como cabeza visible del proyecto pues él mismo, amén de su labor estrictamente musical, se ha ocupado de la grabación, mezcla y producción del plástico, lo que nos dice a las claras la fe que hay puesta en el disco. Acompañando a José nos encontramos a sus antiguos compañeros de Sphinx, Justi Bala a la guitarra y a Carlos Delgado a la batería. El toque exótico llega desde los Cárpatos y es que de las voces se ocupa Cosmin Aionita, un voceras de los de antigua usanza una especie de hibrido entre King Diamond, Tim “Ripper” Owens y Rob Halford. Casi ná lo del ojo, como dicen por mi tierra.

El trabajo es técnicamente irreprochable, han sabido sacar un sonido que encaja a la perfección con lo que la banda propone, heavy metal clásico producido en el año 2.015, algo así como un sonido “viejoven”, creo que me entendéis. El aspecto visual está muy trabajado igualmente con una portada muy agresiva en tonos ocres en la que unas serpientes, con muy malas intenciones, reptan sobre una cruz de metal situada en una especie montículo. Bien chula le ha quedado a su autor Felipe Machado.

El disco arranca como un manual de instrucciones de heavy metal con “Demon in your mind” con Cosmin tirando de repertorio con unos agudos tipo Halford y unos graves made in Diamond, guitarras afiladas, una base rítmica rápida como una estampida de caballos y un estribillo pegadizo y coreable aderezado con un solo de guitarra técnico, rápido, complejo y elegante. Solo falta que salgan los cuernos del reproductor. Pisamos un poco el freno con “Denied” un tema a medio tiempo, algo oscuro, donde la preponderancia del bajo es brutal, suena como un cañón, muy chulo el estribillo de la canción.

Con honradas excepciones, el disco suena muy sólido y compacto, prueba de ello son temas como “Shadow Warriors”, “Black and White” o “Blood of the Damned” donde pisamos a fondo el acelerador y los riff de guitarra, cortantes como cuchillo de carnicero, vuelven a ser la tónica general. Un Cosmin rajándose la garanta, llegando muy muy alto y unos solos de guitarra y estribillos de excelente facturación.

Rise of the triad” arranca lentamente, engañando al personal, con un arpegio de bajo para pronto ponerse a repartir cera a diestro y siniestro. A nivel vocal es el tema en el que más se prescinde de agudos y con un estribillo muy épico y espectacular. Con “Time of dismay” y “Ultimate sin” retomamos (para el caso de que en alguna vez se haya abandonado) la vertiente más clásica de SnakeyeS, heavy metal old school, rápido, muy pegadizo, con pegada y contundencia y registros vocales muy agudos. Muy buena la canción que da nombre al disco, es metal en estado puro, sin aderezo de ningún tipo.

Con “Down with the devil” abandonamos esa fiereza visceral para adentrarnos en un tema mucho más alegre y pegadizo, muy marchoso, que debe de funcionar de lujo en directo. Algo parecido nos ocurre con “Snake pit” que tiene un cierto regusto oscuro y teatral y un estribillo espectacular, y es que se lo han currado un montón en este aspecto, pues no puedo decir que haya un solo estribillo en el disco que no sea bueno. Para cerrar este maravilloso viaje al pasado tenemos “The cross is a lie”. Tema largo y complejo de inicio tranquilo que da paso a unos ritmos pesados y contundentes a medio tiempo con el doble bombo marcando el ritmo y Cosmin haciendo las delicias de oyente. Es uno de los temas más tranquilos del cd pero, desde luego, un más que digno punto y final a este espectacular “Ultimate sin”. Muy recomendable la segunda parte del tema pisando progresivamente el acelerador para luego volver a relajarte con ese medio tiempo oscuro y denso.

True, Old School, clásico, auténtico, verdadero… llámalo cómo te dé la gana lo que está claro es que “Ultimate sin” es puro heavy metal y SnakeyeS una máquina que te pasará por encima sin contemplaciones desde el mismo momento en el que pulses el play. El disco es brutal; poco más puedo decir. Si Judas o Primal Fear son tus bandas de cabecera, no lo dudes, píllalo.

Luis de Juan// @SentenciadeJuan 

Temas: 

Demon in your mind
Denied
Shadow Warriors
Black and White
Blood of the Damned
Rise of the triad
Time of dismay
Ultimate sin
Down with the devil
Snake pit
The cross is a lie

www.snakeyes-metal.com/es/