Los suecos Soen se consolidan con este "Lykaia" como uno de los grandes del rock progresivo contemporáneo. Con una elegancia insultante, dejan ligeramente atrás las evidentes influencias de Tool que siempre les han caracterizado para acercarse a zonas más obviamente progresivas de inspiración escandinava. La marcha del gran Steve DiGiorgio tras su primer trabajo ha hecho que el bajo tenga (algo) menos de protagonismo que antes, y con "Lykaia" estamos quizás ante su disco más guitarrero y, para mi gusto, ante el mejor trabajo de la banda por el momento.

Albert Vila

Joder, menudo año que llevo. Los discos que me ha tocado reseñar de momento han resultado ser maravilla tras maravilla. El último trabajo de Sepultura me desarmó por completo, desplegando una riqueza compositiva totalmente inesperada, mientras que el de Kreator me parece, tal cual, una puñetera obra maestra. Cambiando radicalmente de registro, me enfrento a este nuevo trabajo de los suecos Soen agarrándome fuertemente la mandíbula para que no me llegue al suelo mientras escribo. Se trata de un disco precioso, elegante, dulce, pausado y fluido que va directo al corazón sin necesidad de pasar por ningun otro sitio. Alguien pensará que soy un facilón (y un poco quizás sí, lo confieso), pero es que de momento todo lo que ha llegado a mis manos durante este 2017 me parecen discos bestiales. Y que dure.

Soen se formaron en 2010 de la unión de dos mastodontes del ritmo como son Martin Lopez (ex bateria de Amon Amarth y, más popularmente, de la época más celebrada de Opeth – su último disco con la banda fué Ghost Reveries (2005)) y Steve DeGiorgio (virtuoso bajista de, entre otros, Sadus, Death y Testament). Para completar un line up de lujo reclutaron al elegantísimo vocalista de Willowtree, Joel Ekelöf, y al guitarrista Joakim Platbarzdis. DiGiorgio abandonó la banda después de su notable début, Cognitive (2011), aunque esta baja no pareció afectar musicalmente a Tellurian (2014), otro discazo bastante en la línea de su primera entrega. Los cambios de verdad llegan ahora. Joakim ha dejado su sitio a las seis cuerdas a Marcus Jidell, y teniendo en cuenta que el bueno de Platbarzdis era también el productor y uno de los principales compositores de la banda, esta sustitución ha tenido un impacto significativo en el sonido y la dirección musical que ha tomado Soen en este disco que nos ocupa. Por un lado, han dejado un poco atrás las similitudes con Tool tan evidentes sobre todo en su primer trabajo, en el que bebían mucho del metal alternativo, con un protagonismo masivo del bajo, para encarar su camino un poco más hacia un prog escandinavo moderno y mucho más guitarrero del que igualmente siempre habían tenido algo. Quizas Martin Lopez se ha quedado más sólo a los mandos de la banda, y ya sabemos que la cabra tira al monte. (el monte de Opeth, en este caso).

La verdad es que Soen, si han sufrido alguna crítica en contraste a los masivos e inevitables elogios hacia la calidad y la elegancia de su música, siempre ha sido su parecido, a veces demasiado explícito, a los americanos Tool. En este Lykaia creo que por fin se han sacudido un poquito esta influencia (sin dejarla del todo atrás). Incluso me parece que se acercan más a A Perfect Circle (la otra banda de Maynard James Keenan, mucho más melódicos y ligeros) que a los propios Tool. No hay duda que tanto vocal como incluso físicamente Joel tiene una cierta retirada a Maynard, si bien el carismático cantante americano es mucho más visceral e histérico de lo que nunca llega a ser Joel, que mantiene siempre una elegante e impertérrita compostura vocal y visual. Es indiscutible que su voz es preciosa, y tiene una serenidad emotiva que, por sí sola, sabe transmitir multitud de sentimientos sin tener que recurrir a demasiadas estridencias. En este sentido recuerda inequívocamente a Jonas Renkse, vocalista de Katatonia, que con un tono relativamente uniforme es capaz de llegarte a lo más hondo y tocarte todo tipo de botones. Desde sus inicios, Soen han tenido la habilidad de crear melodías vocales magníficas, elegantes, dulces e infecciosas, y en este Lykaia es donde alcanzan sus mayores éxitos en este sentido.

Para acabar con la lista de cambios, y después de haber publicado hasta ahora en una discográfica bastante afín a su estilo como es la finlandesa Spinefarm Records, éste es el primer disco de la banda con UDR Music, un sello que trabaja con bandas de corte mucho más clásico (Alice Cooper, Annihilator, Bonfire, Europe, Girlschool, Motörhead, Skid Row, Saxon,…) en el que la presencia de una banda com Soen se antoja un poco discordante en comparación con su catálogo habitual. Supongo que es una manera de introducirse en un subgénero progresivo bastante en boga hoy en día, y lo cierto es que la banda les ha correspondido con un disco excelente que puede dar mucho que hablar, donde las canciones transcurren sin ninguna prisa, fluyendo lentamente de un pasaje a otro, sin cambios demasiado bruscos, con ligereza y aplastante naturalidad.

Para empezar, "Sectarian" ya es una maravilla. El riff principal, muy dinámico y con muchisimo groove y gancho, es de inspiración innegablemente opethiana, pero hay mucho más que eso. Las melodías de voz y las guitarras se entrelazan perfectamente para crear un temazo en el que es imposible mantener la cabeza y los hombros quietos. Hay momentos explícitamente pesados, sin ser nunca opresivos, siempre dejando mucho espacio para respirar y para que la música llene todo el espectro sonoro. Con "Orison" tenemos una vertiente algo más delicada y evocadoramente ondulante, en lo que es no solo uno de los mejores cortes del disco, sino también de su carrera. Musicalmente tiene toques a Katatonia, la voz sigue cercana a Maynard James Keenan, y en general es un temazo totalmente incontestable, con pasajes emotivos y evocadores y preciosas melodías de inspiración oriental, algo nada extraño en la música de la banda desde sus inicios. A partir del minuto dos entra de nuevo un excelente riff machacón y progresivo muy (pero que muy) opethiano, en lo que parece que va a ser la tónica del disco, pero la parte final vuelve a ser dulce, melódica y atmosférica.

"Lucidity" es el primer single y video extraído de Lykaia, y la elección sorprende un poco, ya que es un tema muy tranquilo y jazzero, con muchos coros y un rollo marcadamente setentero y psicodélico. Es quizás el tema más calmado del álbum (con permiso de la final "Paragon"), con lo que se distancia bastante del resto de cortes de este disco, que poseen una energía que aquí se presenta taimada y dulcificada. Así a bote pronto también podemos oler cierta inspiración floydiana, y a mi personalmente me recuerda a una especie de mezcla entre los británicos Antimatter y los americanos Karate. No hay duda de que se trata de un tema muy bonito, evocador y atmosférico, pero quizás le falta algo de punch en algun momento para conseguir mantener mi atención durante los casi 7 minutos que dura. Tal y como pasa durante todo el disco, Soen no tienen niguna prisa para acabar sus canciones ni para llegar a ningun sitio en concreto, dejando transcurrir los temas con fluidez y dando plentiud y protagonismo a cada momento y pasaje.

"Opal" es otro de los temas estrella del disco, con un estribillo épico y emocionante (quizás el mejor del disco, me recuerda un poco a los últimos Amorphis) y unas guitarras potentes y energéticas que me motivan sin demasiado esfuerzo. Lleno de contrastes, presenta algunos de los momentos más duros y energéticos del álbum codo con codo de pasajes dulces, jazzeros y muy evocadores. "Jinn", por su parte, empieza suave y envolvente, con una línea vocal preciosa. Cuando entra la distorsión lo hace con un aire dramático y casi doomero, pero el tema se estabiliza finalmente con un riff muy oriental que recuerda otra vez a los últimos Opeth. La voz es de nuevo magnífica, siendo capaz de trasladarte de un lado para otro con muchísima naturalidad. "Sister" empieza con otro riffaco opethiano de los que solíamos escuchar a principios de los dosmiles. El sonido y la producción no son ni mucho menos tan duros como eran en aquellos, pero la inspiración es evidente, y la potencia que imprimen estas guitarras es irresistible. Cuando nos calmamos, vuelven los tambores y vuelven los pasajes katatónicos y los toques orientales, e incluso en el estribillo y en los momentos más épicos y emotivos la voz de Joel parece transmutarse en la de Mikael Akerfeldt.

"Stray" es otro de los grandes momentos del disco, con un estribillo épico y envolvente, momentos intimistas y dulces mezclados con guitarras agresivas y baterías machaconas. Llegados a este punto, habréis notado que la descripción de los temas no varía en exceso de uno a otro. Y así es, aunque no sabría si calificar esto como algo positivo o negativo. Por un lado, es cierto que Soen se mantienen en una cierta zona de confort a lo largo del disco. Todos los temas siguen patrones parecidos (con la excepción de "Lucidity" y "Paragon", que son mucho más lentos y jazzeros), y un análisis frío podría concluir que hay una cierta sensación de ser un disco plano y repetitivo. Pero por otro lado, todos los temas son perfectamente reconocibles por si mismos, con riffs y melodías vocales identificables y pegadizas, sin repetirse realmente de un corte a otro. El disco concluye con "Paragon", que como decimos es otro tema precioso y sensible, lento, jazzero y mayormente atmosférico en la onda que se nos presentaba con "Lucidity", aunque se acaba descantillando en su último tramo para cerrar el disco de forma pesada y apoteósica.

Vamos a ver, es cierto que la música que nos ofrece Soen no es terriblemente original. Cogen mucho de Opeth, de Katatonia, de A Perfect Cicle, de Tool, algo de Pink Floyd y de otros. Y la mezcla recuerda indudablemente a todas y cada una de estas bandas sin llegar a alcanzar un sonido totalmente propio. Pero bueno, qué más dá? Las canciones rebosan calidad y la música me llega al alma sin que tenga la necesidad de que exploren terrenos demasiado desconocidos, y al final el sabor de boca que me queda ante este álbum es sencillamente excelente. Soen han ido evolucionando ligeramente en cada disco, y estoy seguro que lo seguirán haciendo y que, aunque Lykaia es para mí su mejor trabajo hasta el momento, aun estan bastante lejos de su zénit. Si os gusta el rock progresivo moderno y elegante, no dejéis de dar una oportunidad a este disco, ya que Soen puede ser vuestro grupo, y sin duda Lykaia puede ser vuestro álbum.

Albert Vila

Temas:

1. Sectarian (5:53)
2. Orison (7:06)
3. Lucidity (6:35)
4. Opal (6:44)
5. Jinn (5:39)
6. Sister (5:29)
7. Stray (5:37)
8. Paragon (6:23)