Con motivo de la presentación del último trabajo de Stravaganzza, "Sentimientos",
la sala Caracol de Madrid se vio llena a rebosar aquella noche de domingo. Segundo
álbum en la historia de esta joven y exitosa banda liderada por el cantante
de Saratoga, Leo, quién compagina su trabajo en ambas formaciones, las cuales
por otro lado no tienen mucho en común, más que la obviedad de encajar en la
definición de heavy metal.

La noche venía aderezada con el aliciente de la presentación de las dos recientes
incorporaciones a la banda (el 50% de los miembros, realmente). Se tratan del
bajista Patricio Basabasa y el batería Carlos Expósito. He de decir que ambos
demostraron estar a la altura de las expectativas. Verdaderamente el grupo madrileño
han hecho una buena elección a la hora de elegir a los candidatos para reemplazar
a Dani y a Edu. Pese a tratarse de una banda de cuatro componentes, el escenario
rebosaba de talento, tanto en calidad como en cantidad. Los coros más líricos
venían a cargo de Aroa Martín, la placidez del violín fue armonizada por Rodrigo
y de la ambientación musical se encargó Fernando. La caña más metalera la trajo
consigo Pepe Herrera y por supuesto el conjunto de registros vocales, la camaleónica
voz y la presencia escénica las aportó Mónica Naranjo… quiero decir , Leo.

A parte, la teatralidad que emana la banda, la elegancia y su crisol temático
se demostraron con la actuación peregrina de coros de bailarinas flamencas (Merche,
Soraya y Noelia, integrantes de la compañía Triana) y del cantante de Infernoise,
Rafa, quién aportó el toque más potente de la noche.

Una de las ventajas de tratarse de un grupo joven es que la elección de su
setlist no suele dejar insatisfecho a nadie, puesto que pocos temas se quedan
en el tintero. Así, temas como "Miedo", "Oveja negra", "Calmar tu dolor", "Esperanza",
"Pasión", "Tempestad" o "Impotencia" hicieron vibrar el auditorio, adornando
la temática oscura con ambientes cálidos y melodiosos, flamencos y elegantes,
trágicos y salvajes, el mestizaje, la fusión del norte y del sur. Realmente
es de esas bandas que no dejan a nadie indiferente. Como dato anecdótico, el
terrible calor que no hizo muy buenas migas con el maquillaje que ambientaba
el espectáculo, y es que me recordó a aquel Metalmanía donde vimos las desfiguradas
caras de Immortal que goteaban pintura…

Los que vivimos la década de los 80 con los inocentes ojos de un niño tenemos
grabados en la mente aquellas canciones de Mecano, y una de las más hermosas,
"Hijo de la luna", fue interpretada por el grupo bajo la roja atmósfera de humo
y luz que fue protagonista durante toda la actuación.

Canciones que siguieron fueron "Diosa del infierno", 
"Miedo en el alma", "Lágrimas de sangre", "Odio", "Dios" y "Dolor". Fin del
concierto y con el clamor de la gente las palmas fueron abatidas durante largo
rato con fuerza, las cuales hablaban y decían "volved". Pocos se fueron a casa
defraudados, una auténtica noche de "Sentimientos".

Texto y Fotos: Vanesa Gómez
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