Se alinearon los astros de manera propicia y nos trajeron a Vixen a nuestro país, en sus tres únicas fechas por Europa este año. Tras una carrera de ascenso meteórico a finales de los ochenta y principios de los noventa como el conjunto hard rock femenino de más éxito sin discusión, a la obligada separación por diferencias musicales, la carrera de esta banda siguió por los derroteros habituales. Nuevas formaciones con abogados de por medio, proyectos paralelos y, finalmente, la triste desaparición del alma de la banda, guitarrista y fundadora Jan Kuehnemund llevaron a las tres miembros supervivientes – Share Ross, Roxy Petrucci y Janet Gardner – a unirse para honrar la memoria de la compañera caída y girar tocando todos esos temas de una época mejor.
Texto y Fotos: Edko Fuzz

La sala Razzmatazz 2 presentaba una entrada muy decente, aunque lejos se quedaba del todo vendido. Las cuatro rockeras tomaron el escenario al ritmo de “Rev it Up” con una energía encomiable. El sonido, fantástico. La actitud, más que correcta. La aptitud, intachable. Vixen han vuelto para llevárselo todo y suenan de maravilla. A la guitarra, una vieja conocida, Gina Stile, sustituye a Jan y se come el escenario a cada momento. Cuando la banda sigue con un hitazo del calibre de “How Much Love”, el público no puede hacer más que perder los papeles y sumarse a la fiesta.

Lo que más impacta de esta encarnación de Vixen es que, en 2014, siguen teniendo ese vibe ochentero puro. Te da la sensación de estar viendo una banda de mujeres veteranas, sí, pero en la época dorada. Es aquel intangible que sólo pueden proporcionarnos bandas americanas formadas por auténticos profesionales. Con “Cruisin’” y “Bad Reputation” la sala se viene arriba, con una Janet espectacular a las voces.

A pesar de haber bajado las canciones un par de semitonos para que todo suene mejor, la voz de Janet funciona a la perfección (ejem, Mr. Coverdale… ejem, Mr. Elliott) y musicalmente, la banda no se queda atrás. Gracias al apoyo de un teclista en la sombra, “Cryin’” suena fantástica y arranca las primeras lágrimas de emoción en la sala. Estamos presenciando un bolo fabuloso.

Con “I Want You to Rock Me”, el público corea el estribillo a toda potencia y Janet interactúa con el público con clase, con elegancia, con simpatía. Muchas tablas, señores. Iniciamos un juego de adivinar estribillos famosos de himnos del hard rock de toda la vida y el público aprueba con nota. La banda se gusta, y alarga un poco los temas para esos pasajes que, si bien es cierto que funcionan, quizá sean un poco excesivos.

Todas se lucen: Roxy tiene su momento de drum solo, Gina es una fiera a las seis cuerdas que riffea y solea sin parar ni un segundo, Share cumple al bajo y brilla a los coros. De hecho, Janet le cede el micro para que se puede lucir cantando “Rockin’ in the Free World”, el viejo himno de Neil Young que suena muy contundente, demasiado incluso. Una pequeña curiosidad para que Janet pueda descansar y prepararse para el siguiente tema, “Love is a Killer”, un auténtico favorito del público. Dedicado a Jan con emoción, el tema suena intenso, perfecto, maravilloso. Un momento mágico, sin duda.

Sin embargo, del punto álgido pasamos a los momentos más difíciles del concierto. Al técnico se le va la mano con el fader de la voz de Janet, que inunda la sala y prácticamente eclipsa al resto de instrumentos. Es una lástima, pues siguen sonando hits de la época como “Hell Raisers” o “Love Made Me”, pero se hace difícil disfrutarlos cuando Janet canta, pues su potente chorro a volumen atroz es capaz de arruinar cualquier esfuerzo de la banda por lograr un sonido conjuntado. A ratos parecía que el técnico de sonido volvía a estar en sus cabales y lo corregía, pero no. El problema persistió hasta los temas finales, “Wrecking Ball” (otro tema alargado con solos de Gina y juegos de coros con el público) y, por supuesto, un bis con el megahit de la banda, “Edge of a Broken Heart” que, sorprendentemente, se ventilan sin ninguna concesión de cara a la galería.

En general, muy buena nota a un concierto fantástico, empañado por, más que problemas de sonido, unas decisiones un tanto extrañas del técnico de mesa. Fue genial poder escuchar a un nivel tan alto temazos como “Cryin’”, “How Much Love” o “Streets in Paradise” en un ambiente fabuloso.

Toda una ceremonia de la laca y el spandex, orquestada por cuatro mujeres profesionales con clase, carisma y talento, capaz de arrancar sonrisas a cualquier persona con sangre en las venas. Es una lástima que Jan no pudiera llegar a la tan esperada reunión de las cuatro Vixen clásicas, pero de lo que no hay duda, es de que esta encarnación de la banda no solo respeta la memoria de aquélla de una manera digna, sino que lo hace de manera intachable.

Texto y Fotos: Edko Fuzz
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SETLIST

Rev it Up
How Much Love
Cruisin’
Bad Reputation
Cryin’
I Want you To Rock Me
Not a Minute Too Soon
Streets in Paradise
Rockin’ in the Free World
Love is a Killer
Never Say Never
Hell Raisers
Love Made Me
Wrecking Ball

Edge of a Broken Heart