De las cenizas de lo que quedo de Seattle en su época dorada, resurge un soplo de aire fresco y nos da tregua ante lo que fue el cíclico cambio de tendencias que ocurren cada x años. Atrás quedo el grunge, atrás quedo la sentencia de muerte para una época en la que el Hard Rock, el mal llamado Glam y la música en la que pretendía dar una forma de vida alegre, sin tapujos, libertina y con proclamas al sexo, las drogas y el rock and roll, dieron paso a cantos deprimidos y camisas de leñador.

Algunas de estas bandas tenían su “gracia”, otras se convirtieron en leyendas y fueron mitificadas por sucesos que ya todos a estas alturas sabemos. Podríamos decir que después de todo esto, Seattle parece que amanece con un día claro y soleado, sin lloros ni llorones, ni mensajes que me hagan reflexionar si es mejor tirarme por un barranco o arrojarme desde la torre más alta de la ciudad.

Pero no, el día no amanece claro ni soleado. El día amanece frio, lluvioso, con una gran tormenta y cuasi apocalíptico. Los encargados de este tormentoso amanecer se hacen llamar Witchburn, una de las últimas bandas desatadas y ofreciendo un Rock denso, con tintes sureños y unas reminiscencias bastante oscuras, como si unos actualizados maestros del horror que hicieron las delicias de muchos en los 70’ hubieran creado una pequeña escuela. Porque lo importante no es sonar como, que no lo es en este caso, lo suyo es destripar ese monstruo, comprenderlo y luego montarlo con tus piezas creando tu propia personalidad.

Witchburn lo han hecho inteligentemente creando su propio sonido, un sonido como comentábamos denso, con afinaciones muy bajas y que por ende le dan ese peso y esa densidad tan característica, un sonido añejo pero al mismo tiempo adaptado a la actualidad.

“This is how we slay our demons…” es la secuela de su carta de presentación, un EP grabado en el año 2007 bajo la producción de Tony Reed. Esta vez, el maestro de ceremonias de este primer larga duración es Jack Endino, hilador de entramados anteriores de gente como Nirvana o Soundgarden.

Algún que otro premio guardan ya en sus estanterías y alguna mención honorifica por su buen hacer también queda en su legado, concretamente el premio a Jamie Nova como mejor cantante femenina durante dos años consecutivos.

Empieza el cielo a oscurecerse con “Bleed the stone”, tema pesado y arreglos al más puro estilo doom. El tema aunque posea una pesadez bastante usual en este género, cabalga con mucha soltura y sobretodo nos da una idea de la producción de Endino. Muy saturado todo de graves, que eso sumado a los efectos de la guitarra hace que tu equipo de música sature sobremanera. Pero no temáis, no habéis reventado los altavoces, simplemente es una muestra del poderío sonoro de este artefacto.

Su particular llamada a las armas se desarrolla por los mismos derroteros pero haciendo que esa soltura cada vez se vaya oscureciendo más, mientras que Jamie hace su llamada a las armas casi en forma de oración. “The hunted” parte de la misma base dándole un toque más setentero y la base haciendo que prácticamente tengas que sujetar bien los altavoces para que no acaben el suelo.

“Stand up and be counted” nos cambia de registro totalmente embarcándonos en un tema más de corte Hard Rockero, con unos coros sentenciantes. Este “Stand up…” fluye con mucha mas energía demostrando que la banda puede tirar fuerte sin necesidad de rebajar los bits de la canción, como si de un animal moribundo estuviese dando sus últimos coletazos de vida en la pantalla de un hospital. “Heaven’s wake” nos lleva de la mano otra vez a la parte más oscura de la banda, con una Jamie quizás sacando una vena mas “soul”. Tema denso también pero que sale de más adentro.

“Be purified” arranca de nuevo con fuerza marcando cada una de las notas que componen la canción, al igual que su “Rain come, cleanse me” o “Hallowed ground”.

Otro tema a destacar de este álbum es “Whiskey on my breath”, volcándonos de nuevo en un aspecto de la banda mas melódico y orientado al Rock no tan pesado. Buenos estribillos una vez más y otro tema facturado que no se quita de la cabeza.

“Perseverance” es el tema elegido para cerrar el álbum, algo relajado y con una pieza más sumada a este rompecabezas llamado Witchburn, algo mas folk con ese sonido que acompaña el violín de Jamie.

Buen disco sin más para los amantes del género, si quieres revivir tiempos pasados a golpes de actualidad, los de Seattle puede que satisfagan tus deseos, pero como cruz nos encontramos ante un producto en las que las marcas son muy parecidas, muchos registros similares que hacen que el disco parezca una canción de 73 minutos con sus altibajos.

Sixx

Temas:
1-Bleed the stone
2-Call to arms
3-The hunted
4-Stand up and be counted
5-Heaven’s wake
6-Be purified
7-Whiskey on my breath
8-Rain come, cleanse me
9-Blood soaked banner
10-Army of voices
11-The storm
12-Hallowed ground
13-Perseverance