Los amantes del power metal sinfónico orquestado alrededor de héroes caídos, dragones y otros animales surgidos de la profundidad de los océanos, las brujas de verruga en la nariz y los viajes a través de mundos fantásticos están de enhorabuena, pues el disco debut de WonderOnce, “Freedom Odyssey” les dejará plenamente satisfechos.

Luis de Juan

Bajo el nombre de Wonderonce encontramos el genial trabajo de Andrea Montalbetti que desde la ciudad de Málaga se ha currado una obra de una magnificencia fuera de toda duda. No solo es el disco debut de la banda, además es íntegramente autoeditado y, si no fuera suficiente, el plástico cuenta con una orquestación espectacular gestionada en su integridad por el bueno de Andrea.

Toda la música, letras y los arreglos que encontrarás en “Freedom Odyssey” han sido llevados a cabo por el susodicho Andrea Montalbetti lo que nos da una idea del personaje en cuestión. Pues ahí no queda la cosa, el hacha se ha encargado de la mezcla y producción del disco así como de la grabación en su propio estudio de la mayoría de los instrumentos incluyendo la orquestación.

Dentro de lo que podríamos denominar como el grupo en sí, Andrea se ocupa de la batería y las voces acompañándole en la andadura por el valle del dragón Liss Eventide y Drakon Nahr a las deliciosas voces, Germán de Sotomayor a las guitarras y Nel Löse al bajo. Existen, a la par, multitud de colaboraciones en el disco mayormente en la realización de los excelentes coros y voces.

Muy chulo es el art work que se ha currado Pablo Mendoza Peces. Destaca una portada en la que aparecen un montón de dragones volando alrededor de una montaña en la que descansa el protagonista sin nombre de la obra pero es que, además, cada una de las letras de las canciones va acompañado de una ilustración sobre el fondo del asunto. Un lujo que demuestra que el trabajo está cuidado al detalle.

El disco arranca con la épica introducción “Freedom Odyssey” en la que se nos sumerge en el viaje en el que se embarca el joven protagonista de la historia (que no tiene nombre, imagino que será para acentuar su condición de esclavo) a través de los inexplorados valles del oeste. Empieza bien la cosa.

En “Dragon Valley I: The journey” nuestro protagonista decide iniciar su imprudente viaje, dejarlo todo atrás y partir en pos de su propio destino. Tan filosófica meta debe instrumentalizarse de manera épica y grandilocuente y así es como se inicia esta aventura. Tras un inicio con la batería a doble bombo, los arreglos orquestales toman el mando hasta que la deliciosa voz de Nerea Cebrián acompañada de unos fenomenales coros operísticos nos relatan el inicio del fantástico viaje. Para no hacer spoiler del argumento, intentaré omitir las peripecias del pequeño aventurero, más que nada para que podáis escuchar el disco leyendo el libreto (que está fenomenal, reitero, e incluso me atrevería a decir es escaso, pues hay partes que se no se recogen en el mismo, por motivos de espacio supongo, y que te complican el conocimiento de la historia en su integridad) e ir conociendo las mismas poco a poco y poder degustarlo como lo estoy haciendo yo porque merece la pena.

Nuestra siguiente parada es la inquietante “Morrigu”, donde los violonchelos y demás instrumentos de cuerda, así como los fenomenales coros, crean un ambiente místico y algo tétrico a modo de himno para la batalla. Entran en escena por primera vez las voces guturales, siendo una canción en la onda de grupos como los alemanes Haggard o los flipantes Therion (a partir del Theli, claro). Continuamos el viaje del prota sin nombre con “Dragon Valley II: Frozen fire” que es un tema mayormente metálico pero sin descuidar el apartado orquestal, pilar central del trabajo. Es una canción rápida, directa a la yugular, de largo metraje y con una estructura compleja y algo densa pero muy brutal.

Aftermath of the Frozen Flame” sirve de tétrica introducción para la preciosa “The Hero”. Un tema a medio tiempo con ciertos tintes celtas en el que destaca, y de qué manera, el apartado vocal. Un tema tristón en el buen sentido del adjetivo que, hacia el final del mismo, da un inesperado giro creándonos una sensación de esperanza en el futuro del paladín. Siguiendo con los elementos celtas aparece la instrumental “Dawn”. Una canción vivaracha que está plagada de instrumentos tradicionales y ritmos alegres al son de una base rítmica metalizada.

Final Aurora” es una baladita medieval, muy pegadiza, que sirve de lucimiento personal para los intérpretes que les viene como anillo al dedo. “Wolfmoon” podría ser un tema que engloba todo lo que WonderOnce ofrece, pues en él se aglutinan los elementos más característicos de la banda: grandilocuencia y una trabajada labor con la orquestación, momentos de pausada elegancia interpretados por las voces en limpio y, por primera vez todos juntos, con el contrapunto de la brutales guturales dando cera en los momentos requeridos. Un tema muy completo que me ha gustado mucho.

Baba Yaga” es una canción perturbadora, con un rollo muy soundtrack de película. Un inicio lento y oscuro va dando paso progresivamente a un ritmo acelerado, más tétrico e inquietante aún, para finalizar con una cadencia contundente y pesada aderezada con unos arreglos orquestales que me han dejado fuera de lugar, sinceramente, y con un final a cuchillo. Fenomenal tema, sí señor, ¡acojona! “Slay the Kraken” retoma el aspecto más brutal de la banda. Un temazo de metal ultra acelerado mezclado con unos coros de escándalo, con tintes operísticos, y unos arreglos orquestales elaboradísimos. El ying y el yang, pasajes bestiales interpretados por la voz gutural, compiten con la candidez de las voces limpias, todo ello en una atmósfera genial creada por la compenetración entre el metal más rápido y oscuro y los arreglos orquestales más clásicos y elegantes dan como resultado un tema de diez. De lo mejor del cd.

La aventura finaliza, por desgracia, con “Dragon Valley III: Mt. Freedom”. Un tema épico y elegante, muy tranquilo, en el que se nos detalla el fin del viaje de nuestro protagonista. La canción finaliza, como no puede ser de otra manera, de manera rimbombante, más acelerada y con unos coros que dan empaque a la canción. Un auténtico placer para los oídos.

Cuesta pensar en un disco debut más redondo. Desde luego que sus hacedores deben de estar orgullosos de él, pues es una gozada. Un disco para disfrutarlo en su globalidad, ya que destaca tanto en el aspecto visual, en el instrumental y en el literario. Mi enhorabuena y mi agradecimiento porque he disfrutado mucho con cada escucha.

Luis de Juan// @SentenciadeJuan

Temas:

Freedom Odyssey
Dragon valley I – The journey
Morrigu
Dragon valley II – Frozen Fire
Aftermath of the frozen flames
The hero
Dawn
Final aurora
Wolfmoon
Baba yaga
Slay the kraken
Dragon valley III – Mt. freedom

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