Ansiosos andábamos algunos por ver de qué era capaz el maestro Wolf Hoffmann después de la espantada que ha tenido que sufrir en el seno de la banda haciendo que hoy en día sea el único miembro original de ACCEPT que queda en la formación. Por fin nos llega este nuevo disco de estudio que sucede a aquel “The Rise Of Chaos”(2017). “Too mean to die” es el décimo sexto disco de los alemanes y el quinto con el ya veterano vocalista Mark Tornillo (EX TT QUICK).

La historia de ACCEPT es más que dilatada. Con sus más y sus menos, con sus parones, con sus idas y venidas, lo cierto es que desde el año 1976, año en el que se gestó de la mano de Udo Dirkschneider y Wolf Hoffmann, hasta la actualidad, han pasado la friolera de 45 años y eso ya, per se, es un auténtico mérito.

Que la época dorada de ACCEPT fue durante la primera mitad de los ochenta es algo que tampoco se le escapa a nadie. Tras aquel tímido debut titulado “Accept”(1979), llegaron los fabulosos “I’m a Rebel” (1980), “Breaker”(1981), “Restless and Wild”(1982), “Balls To The Wall”(1983), “Metal Heart”(1985) y “Russian Roulette”(1986). Después ACCEPT hizo su primer parón y Udo decidió abandonar la formación para iniciar su ya longeva carrera en solitario. Hoffmann y los suyos lo volvieron a intentar con el fallido “Eat the Eat”(1989) pero con el retorno de Udo a la banda volverían a levantar un poco el vuelo con el notable “Objection Overruled”(1993). Desafortunadamente, los siguientes “Death Row”(1994) y “Predator”(1996) adolecieron de una notable falta de creatividad y pasaron bastante desapercibidos. De hecho, tras ese disco, Udo volvió a abandonar la formación para retomar su carrera en solitario y así fue como llegó otro parón en ACCEPT. Tuvieron que pasar 14 años hasta que los miembros de la formación clásica Wolf Hoffmann y Peter Baltes junto al guitarrista Herman Frank (que ya estuvo con ellos para los discos “Restless and Wild” y “Balls to the Wall”), el batería Stefan Schwarzmann (EX RUNNIG WILD y EX U.D.O) y el vocalista americano Mark Tornillo lanzaran uno de sus mejores discos en años. Así fue como aquel “Blood of The Nations”(2010) llegó a alcanzar el cuarto puesto en las listas alemanas, el séptimo en Suecia y Hungría y el noveno en Finlandia. Incluso consiguió colarse en el puesto 187 del Billboard 200 americano. Tanto es así que incluso el tema “Teutonic Terror” fue galardonado como mejor himno de metal por la revista Metal Hammer en el año 2011. Repitiendo formación, publicaron el siguiente “Stalingrad”(2012), con el que todavía cosecharon mayores éxitos llegando a conseguir la posición 81 del Billboard 200 estadounidense y aún mejoraron posiciones con el siguiente “Blind Rage”(2014) conquistando el número 1 en los Media Control Charts de Alemania y subiendo a la posición 35 en EEUU.

Siguiendo con su reciente trayectoria cabe señalar que con “The Rise of Chaos”(2017) ya vino el primer pinchazo de ACCEPT. En ese disco Herman Frank y Stefan Schwarzmann dejaron de formar parte de la formación siendo reemplazados por el baterista Christopher Williams y el guitarrista Uwe Lulis (EX GRAVE DIGGER, EX REBELLION). Ese penúltimo trabajo de estudio, pese a no obtener malos resultados, no superó a su predecesor. A título personal, valoro este cuarto trabajo de la era Tornillo como el más flojo.

El siguiente mazazo para estos nuevos ACCEPT fue el abandono de otro de sus estandartes. Así fue como en el año 2018, el mítico bajista Peter Baltes abandonaba la formación poco tiempo después de verse publicado su directo “Symphonic Terror – Live in Wacken 2017” (2018). Y por si eso fuera poco, un año más tarde, su mánager, diseñadora y letrista desde 1981, Gaby Hoffmann (esposa de Wolf), también decidió retirarse de los quehaceres de la banda.

Total, que todo esto nos lleva al presente. Con un Wolf Hoffmann más solo que la una, empeñado en mantener con vida a ACCEPT y con un nuevo disco entre las manos cuyo título creo que no deja lugar a dudas acerca de sus intenciones y rematado con una explícita portada en la que una agresiva ciber anaconda se muestra claramente desafiante.

Matizar que la expresión “más solo que la una” hace referencia al hecho de que, a día de hoy, poco queda de la formación dorada de ACCEPT pero eso no es sinónimo de falta de calidad en los músicos que le rodean. Así, actualmente los que acompañan a Hoffman son Tornillo (voz), Uwe Lulis (guitarra), Christopher Williams (batería) y las recientes incorporaciones Philip Souse (guitarra) y Martin Motnik (bajo). Aparte de esta formación de tres guitarristas, les vuelve a acompañar el reputado Andy Sneap en sus labores en la producción así que ya se prevé un buen resultado final.

Este “Too Mean To Die” empieza, como suele ser habitual, con un primer tema bien rápido y feroz. Unos primeros riffs que, no sé por qué, me han traído a la cabeza esas primeras notas del “Metal Heart” del ochenta y cinco. Insisto, solo al principio porque luego, tras un buen grito del gruñón Tornillo, se desata la velocidad de “Zombie Apocalypse”, tema con todos los ingredientes clásicos de ACCEPT, un solo absolutamente Hoffmann y un trabajo a las baquetas por parte de Williams digno de mención. Una calidad técnica que vuelve a demostrar junto al resto de formación con la también acelerada “Too mean to die”. Tornillo, que aunque no lo parezca ya calza 66 años, sigue manteniendo su registro intacto y el tiempo ha demostrado que se trata de un digno sucesor de Dirkschneider.

En su conjunto el sonido del disco es impecable. Andy Sneap, sin duda, muestra la habilidad de trabajar con bandas clásicas para dotarlas de un sonido actualizado pero sin que pierdan su esencia (véase el excelente trabajo llevado a cabo con JUDAS PRIEST). Claro ejemplo de ello es el medio tiempo “The Undertaker”, cuyos coros me han transportado a aquel “Balls to the Wall”. Un tema que quizá no entra a la primera pero que después de varias escuchas se convierte en una de las grandes piezas del disco. Otro ejemplo del contenido clásico que podemos hallar en esta nueva entrega de los alemanes es “Overnight Sensation”, un medio tiempo que desde el primer riff te hace viajar a aquel “Up to the limit” del excelente “Metal Heart” de hace 36 años.

Para los amantes de los ritmos más acelerados tan propios de ACCEPT no podemos dejar pasar por alto la efectiva “No Ones Master” que sigue la estela de los discos de la década de los ochenta. Rápido, directo, con solos doblados y un trabajo de baquetas impecable. Hoffmann, como principal compositor, ha sabido retomar las riendas de la banda superando las expectativas que, a priori, cabía esperar tras haber perdido a su eterno compañero Baltes. Del mismo modo “Symphony of Pain” sigue presentando la faceta más agresiva la banda con el Sr. Tornillo dándolo todo a pleno pulmón e incorporando guiños de música clásica en los solos de Hoffmann (la 9ª y 5ª sinfonía de Beethoven), retomando esa costumbre que ya innovaron con “Metal Heart”(1985).

The Best is Yet to Come” es la balada del disco y, de nuevo, vuelven a recuperar cánones de las clásicas baladas del pasado encontrándonos a Tornillo cantando con voz totalmente limpia y con una basa rítmica prácticamente acústica, a excepción del estribillo en el que las partes eléctricas toman el protagonismo. Una estructura compositiva que podríamos comparar con aquel “The King” del “I’m a Rebel”(1980), “Can’t Stand the Night” de aquel “Breaker”(1981) o incluso “Amamos la vida” de su “Objection Overruled”(1993). Si tuviera que utilizar un adjetivo para este tema creo que el más adecuado sería el de “exquisito”.

Sigue la energía con “Not My Problem”, penúltima canción del disco y que, de nuevo, vuelve a presentar a unos ACCEPT realmente duros, rápidos, agresivos y, como no, con esos potentes coros tan característicos y que siempre han sido sello de identidad de la banda.

El final del disco viene de manera realmente solemne de la mano de la instrumental “Samson and Delilah” con Hoffmann recuperando al compositor Dvo?ák y su novena sinfonía conocida como “Del Nuevo Mundo” adaptándola a los cánones del metal más clásico y pesado, dando así rienda suelta a la gran afición que siempre ha tenido Hoffmann a la hora de adaptar este tipo de música (escúchese sus discos en solitario “Classics”(1997) y “Headbangers Symphony”(2016).

En resumen, creo que con este “To Mean To Die” la banda ha vuelto a subir el listón y, en mi opinión, se erige como uno de los mejores trabajos de la época Tornillo detrás de aquel “Blood of the Nations”.

Marcel.lí Dreamevil

Temas:

Zombie Apocalypse
Too mean to die
Overnight Sensation
No ones Master
The Undertaker
Sucks to be You
Symphony of Pain
The Best is Yet to Come
How Do We Sleep
Not My Problem
Samson and Delilah