De la mano de Madness Live!, una de las promotoras que más alegrías nos está procurando al apostar por artistas que rompen la tónica y que difícilmente pasarían por el país, se presentaba la oportunidad única de ver en gira a cuatro de las bandas integrantes de la llamada Church of Ra, procesionando por distintas ciudades, precisamente en Semana de Pasión.
Susana González

Los esfuerzos que realiza Madness Live! últimamente se están viendo chafados por la mala suerte, son varias las citas en las que sus artistas en gira se han visto afectadas por problemas de logística. Pasó con Anihilator, Nami, y esta vez le tocó el turno a Church of Ra, gira que esperábamos ansiosamente. Sucedió que nos quedamos compuestos en la puerta, y de piedra, tras hacer 300km, llegar al lugar citado y enterarnos que no tocarían más que Oathbreaker y AmenRa, por lo que el show y la apertura de puertas se retrasaría considerablemente.

Pasada una hora y media, volvimos al lugar para encontrar nuevas y peores noticias, tampoco tocarían Oathbreaker. El ánimo de la gente que esperaba con su entrada en la mano a las puertas de la Shoko era, lógicamente, de fuerte indignación. De cuatro bandas anunciadas sólo tocaría una, AmenRa y una actuación improvisada a cargo de uno de los guitarristas de la banda, Mathieu Vandekerckhove, en acústico, bajo el nombre de Syndrome. Más de uno se planteó largarse y pedir cuentas antes de marcharse, y de hecho, la mayoría de medios apostados allí desaparecieron en minutos. Quedamos tres medios para esa cita, en nuestro caso, por el largo viaje que habíamos realizado para la ocasión, y por las enormes ganas de ver a AmenRa por primera vez.

Entrados a la sala el tema de conversación era único, podéis imaginar… Lo cierto es que la furgoneta que trasladaba a las bandas teloneras y parte del equipo de los cabezas de cartel, sufrió una avería en su trayecto desde Oporto, donde habían actuado la noche anterior. Para salvar al menos la actuación del grupo principal, la promotora además se encargó de alquilar material extra por su cuenta. En estas quedó la gira a su paso por la capital; caras de decepción y enfado, críticas y ausencias. El resultado; un show falto, cojo y sin la ambientación (olor, luz, humo, imágenes…) que completa la actuación de AmenRa para convertir la experiencia en algo que trasciende lo meramente musical y lo eleva a cotas multisensoriales.

La actuación de Syndrome consistió en una interpretación de Mathieu Vandekerckhove, sentado en una silla, en una esquina de un escenario completamente a oscuras, tan sólo iluminado por unas proyecciones con imágenes del mar, bosques e inquietantes edificios abandonados, estancias vacías… Imágenes oscurantistas y melancólicas, como la ambientación musical sobre la que el artista interpretaba acordes arrastrados junto a una voz susurrante. Bonita quietud, fría y desolada, pero no era lo que el público esperaba, y la mayoría de la gente se distrajo en otros menesteres; beber, fumar a las puertas o sentarse cómodamente en los sillones al final de la sala, fueron las opciones. Sólo unos cuantos arroparon a Syndrome en primera fila.

Tras una corta actuación, Syndrome, desapareció de la sala dejando tras de sí un rastro de escuetos aplausos. Turno para los esperados AmenRa que cumplieron escrupulosamente el tiempo de actuación, pese a lo ocurrido esa tarde. Sesenta minutos clavados, y cómo comentábamos antes, carente de la ambientación de la que suelen acompañarse en sus shows.

La banda, sobre el escenario, – que continuaba completamente a oscuras, tan sólo iluminado con la luz del cañón de video proyectando imágenes frías y oscuras sobre el fondo blanco de la sala (Lamentamos no acompañar la crónica con fotos de la ocasión, pero nos resultó imposible sacar algo medianamente decente que ilustrara la fatídica tarde)-, no se estiró ni un solo tema más de lo estipulado en compensación, a lo cara que en proporción había costado la entrada para ver una sola banda de las anunciadas. Lo sucedido aquella tarde les valió insultos cuando asomaron al escenario de la Shoko, increpándoles el coste del show.

. El ritual comenzó con “The Pain. It is Shapeless. We Are Your Shapeless Pain.”, y enseguida se pudo comprobar por qué son unas de las bandas más respetadas de su estilo. Son un muro sónico impenetrable de tal densidad que se hace difícil respirar. Transmiten toda la opresión, no debe existir más. Ni tampoco más dolor que el que la desesperada voz de Colin expresa, no es posible más desgarro en la interpretación. De espaldas durante toda la actuación, arrodillado ante la batería en muchas ocasiones o doblado sobre sí mismo como si le quemaran las entrañas, abraza por completo la experiencia del sufrimiento, y la exhibe ante una audiencia catárquica. Temas como “Razoreater” hicieron que todo lo pasado aquella tarde quedara en el olvido en ese instante. Los mismos que les increpaban al inicio, ahora se destrozaban el cuello…

De intensa, su corta actuación le dio la vuelta al ánimo de los asistentes. Se llama efecto fascinación y lo consiguen elementos como el fuego o bandas como AmenRa. Quedaron ganas de más ponzoña en vena, de vivir el sufrimiento hasta el final, de no quedarse uno moribundo sino de que te rematen, de hurgarse más en la herida, de abrazar demonios interiores, de seguir mirando al abismo más tiempo… Pero ya lo dijo Nietzsche,  “Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti." , mejor ser prudentes.

Susana González

Set List
1. The Pain. It Is Shapeless. We Are Your Shapeless Pain. 
2. Razoreater .
3. À Mon Âme .
4. Boden .
5. Terziele .
6. Nowena | 9.10 
7. Am Kreuz .
8. Silver Needle. Golden Nail .