Con calma, en su línea de sacar un trabajo cada dos o tres años, regresa Apocalyptica con un disco, Shadowmaker, que parece más sucesor de 7th Symphony que del reciente Wagner Reloaded. Quizá para evitar problemas en el directo, cuentan esta vez con un único cantante, Franky Perez (Scars on Broadway), motivo por el que cabe esperar un resultado más homogéneo y compacto.

Sara J. Trigueros

Hace casi veinte años —algunos más si ponemos como punto de inicio la academia Sibelius— desde que Apocalyptica entró en el mundo del metal armando revuelo y «reinventaron el violoncelo», como rezaría el subtítulo de uno de sus recopilatorios. No hace falta que haga muchas más presentaciones; a ellos tampoco les hace falta a estas alturas demostrar nada y pueden permitirse hacer un disco más relajado y que sorprende por su cambio de estilo, no ya respecto a lo anterior, sino con las expectativas que genera ver el sello de la banda en una portada. Por cierto, un gran acierto el sobrio diseño, pues casa a la perfección con el espíritu general del disco.

Shadowmaker tiene un arranque que deja francamente desconcertado al oyente. Tras una aséptica introducción, vienen tres temas que bien podrían haber estado en la banda sonora de Daredevil. Entrando en aspectos técnicos, se echa de menos más arco y, si bien son temas relativamente melódicos (a veces algo pegajosos), lo son gracias a unas líneas vocales que, por lo demás, no están a la altura del nivel musical instrumental que a fuerza de escuchas sale a relucir por encima de la estupefacción inicial. Quizá algo por debajo que en otras entregas, pero aceptable, claro. A fin de cuentas son buenos músicos y eso se nota.

No creo que Apocalyptica sea necesariamente un grupo que se defienda mejor en los temas instrumentales pero, si juntamos que es un aspecto que se le da de maravilla a los finlandeses y que Franky Perez tampoco es el paradigma del virtuosismo, clama al cielo que uno de los mejores cortes de todo el disco sea un bonus track que sólo han incluido en la versión «de lujo». En efecto, con «Reign of Fear» empezamos a sentirnos más cómodos. La densidad musical se consigue en esos casi siete minutos, desde un comienzo lento y oscuro con esos violoncelos que se asemejan a guitarras eléctricas hasta las frases construidas con líneas melódicas amplias y nítidas, es uno de los grandes logros de todo el disco.

Hasta el siguiente corte instrumental, el animado «Riot Lights», el binomio formado por «Hole in My Soul» y «House of Chains» funciona a partir del contraste entre el primero, una balada, y el segundo, que contiene muchos ingredientes del metal industrial. De ahí en adelante, viene una recta final con altibajos. «Come Back Down», sin ser tan bueno como «Reign of Fear», habría encajado bien en la versión estándar del disco sustituyendo a alguno más flojo. A continuación vendría otro de los puntos fuertes, «Sea Song (You Waded Out)», con un regusto a Lovecraft al que se suma una actuación vocal que, por fin, permite hacer elogios. Hasta que se apague el último acorde del disco se mantendrá esta tónica lúgubre, especialmente en «Dead Man’s Eyes», donde Franky Perez también juega un buen papel, aunque algo soso. En cualquier caso, el conjunto, se trata de un cierre más que apropiado al periplo musical que ha ofrecido esta vez Apocalyptica. En esta línea, aunque no puedo negar ni disimular que esperaba otra cosa, sí destaco positivamente la coherencia del disco. Como dije más arriba, desde la portada hasta las letras contribuyen a crear una atmósfera que se mantiene durante todo lo que Shadowmaker dura.

Temas:

I-III-V Seed of Chaos
Cold Blood
Shadowmaker
Slow Burn
Reign of Fear (bonus track)
Hole in My Soul
House of Chains
Riot Lights
Come Back Down (bonus track)
Sea Song (You Waded Out)
Till Death Do Us Part
Dead Man’s Eyes

Web: https://www.apocalyptica.com/en/