Tres años de espera han hecho falta desde aquel 7th Symphony para escuchar nuevo material de Apocalyptica, esta vez con motivo del segundo centenario desde el nacimiento del compositor alemán Richard Wagner. La ocasión fue motivo de un aclamado concierto que en julio del recién terminado año llenó el Leipzig Arena junto a la Orquesta Sinfónica MDR. Wagner Reloaded es el resultado: la grabación de dicho concierto, en un lanzamiento multiplataforma que puede adquirirse en CD, Digital Album o vinilo.
Sara J. Trigueros

Nota: 8/10  

Mientras que en 7th Symphony decidieron acompañarse de artistas pertenecientes a un ámbito más rockero (Bush, Slayer), en esta ocasión los de Apocalyptica vuelven a sus raíces clásicas y se acompañan de una orquesta con casi un siglo de tradición, la MDR de Leipzig. Pero no sólo. También por la compañía de ballet Jungend Berlin, quienes realizaron una mastodóntica performance montada por el coreógrafo Gregor Sayffert. Cuadro colosal, digno de Bayreuth. La diferencia de duración entre el disco y la actuación no deja de ser impresionante. Dos horas de arte (del mejor arte que yo haya podido ver recientemente, al menos a nivel audiovisual), y más o menos la mitad de música.

Toda la actuación consiste en un diálogo entre la orquesta y los cellos (metonimia injusta, pero no me olvido de Mikko Sirén), con momentos de superposición de planos sonoros, y todo ello como colchón acústico de un espectáculo visual devastador. Es una verdadera lástima tener que separar la parte auditiva de la visual. Y, dentro de la auditiva, la parte orquestal de la parte que a nosotros más nos interesa. Una no se entiende sin la otra, y esa es la mayor pega del disco. La mayor parte de los temas se encuentran distanciados por largos momentos en los que sólo toca la orquesta, y el conjunto está compactado sin fisuras. Al trasladar los temas a un disco de una hora, o bien se pierde el ritmo musical, o bien se incluye alguna parte más orquestal que parece desentonar (lo cual no es cierto, en realidad no está desentonando). Sirva de ejemplo «Path in Life», con un aparente corte entre ambas partes que, sin embargo, no es tal.

Paso a lo esencial. El contraste entre luces y sombras es un protagonista constante en el escenario. El ambiente es tétrico, hasta en los momentos menos dramáticos. La interacción entre los cuatro miembros de la banda y el centro del escenario es escasa, pero con buenos momentos, como un pequeño Wagner acompañado por un Eicca Toppinen y Mikko Sirén momentos antes de transformarse en el Wagner adulto que llenará el escenario durante la hora y media restante. Quizá demasiada oscuridad, que impide ver claramente a los músicos, pero muy acorde con la temática.

Siguiendo con los desajustes entre el montaje real de la actuación y el resultado en CD, se puede mencionar el orden de los temas, que deja una sensación de pérdida de equilibrio y de desubicación. Sirva de ejemplo el comienzo. Tras quince minutos de una densa introducción de orquesta y coros, ausente en el CD, éste se inicia con «Signal», que condensa el final de dicha presentación y da paso a «Genesis», donde por fin los cellos hacen aparición al unísono, funcionando realmente como una introducción a la obra. Siguiendo el orden real del concierto, debería venir ahora «Lullaby», pero deciden ubicarla posteriormente y situar entre las primeras piezas del álbum «Fight Against Monsters», tan tétrica como «Genesis», pero fuera de escena. La misma impresión se producirá cuando escuchemos «Creation of Notes» después de «Path in Life», en lugar de «Stormy Wagner». Ignoro la decisión de reordenar los temas, pero deja con una sensación similar a la misma que tenemos si escuchamos un disco conceptual cambiando el orden de las canciones, o cuando escuchamos éstas fuera de su contexto. También ignoro si el mismo efecto de desorientación se producirá en aquellos que no hayan visto la actuación (que se repetirá en junio de este año y recomiendo encarecidamente ver), es posible que no hasta ese nivel.

Lo que, al menos, tienen en común los primeros temas, hasta «Fight Against Monster», es el aire atmosférico de gravedad, y la presencia de la percusión. No obstante, entre «Genesis» y «Fight Against Monsters» se produce un fuerte contraste al pasar de una aglomeración de disonancias a una melodía que va creciendo, hasta estallar en un momento musical bastante potente junto a los metales y el trabajo de la batería. «Stormy Wagner», a su vez, es un contraste con respecto a la anterior, pues vuelve a un tempo más relajado, con contrastes internos. Probablemente sea de los temas más alejados de la estética wagneriana, sin que llegue a sonar intrusivo. Con «Flying Dutchman» oímos por fin a la orquesta en todo su esplendor, sobre la que no tarda en destacar Apocalyptica con uno de los temas en los que, al menos en su parte central, el metal sinfónico al que estamos acostumbrados más presencia tiene de todo el disco. Esta modernización del Wagner más clásico la volverán a repetir, poco después, en «Path in Life», también sobre una archiconocida composición.

«Lullaby» es el tema más controvertido del disco. La presencia del sonido de un bebé a intervalos resulta desconcertante. Narrativamente no tiene sentido, después de lo que acabamos de escuchar, algo que no hubiera sucedido de haber respetado el orden original (entendemos al niño como a un Wagner pequeño – lo que realmente está sucediendo en escena – y todo arreglado), pero no vemos lo que pasa, y no sabemos por qué está pasando casi en la mitad del disco, iniciando una serie de temas que encajan mucho mejor en escenas de la infancia, que hubieran encajado mejor al comienzo.

Es bastante habitual que los temas inicien con un breve episodio atmosférico, como «Creation of Notes», que contrasta con el tema principal de la canción, más movido y plagado de juegos musicales. «Running Love» y «Birth Pain» representan los momentos más tranquilos de la actuación y del disco: el primero, bonito pero poco original, pese a su intento de generar algo más de tensión hacia el final; el segundo, un sencillo lamento con tono elegíaco.

Con «Ludwig Wonderland» y «Ludwig Requiem». «Ludwig Wonderland» tiene, como «Stormy Wagner», todos los elementos musicales de un single, pese a ser el tema más largo de todo el disco. Ello, no en vano, le permite hacer un repaso por todos los estilos que hemos podido ir escuchando hasta ahora: disonancias, velocidad, momentos más calmados, diálogos con la orquesta, precipitación final. «Ludwig Requiem» funciona como interludio hacia «Destruction», que presenta un juego con tres notas al piano que sirve como constante para rellenar armónicamente con el cello, que se apagará progresivamente: el periplo vital ha llegado a su fin.

Sara J. Trigueros

Temas:

Signal
Genesis
Fight Against Monsters
Stormy Wagner
Flying Dutchman
Lullaby
Bubbles
Path in Life
Creation of Notes
Runing Love
Birth Pain
Ludwig – Wonderland
Ludwig – Requiem
Destruction

Web: https://www.apocalyptica.com/en/https://www.wagner-show.de/