Algunas vicisitudes con la contratación han provocado que el concierto se haya anunciado con menos de un mes de antelación y tratándose además de un jueves, el evento es una apuesta arriesgada por parte de los promotores. Todos los temores se disiparán cuando, al caer el telón, doscientas personas hayan pagado la entrada. Pero volvamos  al principio…Al entrar a la sala Be Cool encontramos a John, el frontman de Baroness, en el puesto de merchandising. Además de cantar y tocar la guitarra es también ilustrador y autor de toda la imaginería del grupo. Está firmando unas fantásticas serigrafías que vende al lado de los discos y las camisetas. Aprovechamos para saludarle y felicitarle por su arte. Un amigo mío le manifiesta que su estilo le recuerda a “Alphonse Mucha con calaveras”. John sonríe. Cuando acabe la velada, no quedará ni una sola pieza por vender.

Abren el concierto los locales Kids Pantera, a quienes no conozco ni de oídas, situación que va a terminar rápidamente. Practican un hardcore/punk melódico y muy cañero, aunque un poco ruidoso para mi gusto.  El desbordante entusiasmo del cantante y uno de los guitarras compensa la absoluta falta de movimiento del resto del grupo. El sonido es bastante malo, pero la sala tampoco acompaña. La actuación me deja bastante indiferente aunque claro, tampoco es mi estilo predilecto.

Baroness aparecen a escena un rato después, luciendo un aspecto de lo más casual. Lo que parecen unas pruebas de sonido previas a la actuación se transforman sutilmente en unos acordes que reconozco. “The Birthing” es la escogida para arrancar el set, una elección de lo más acertada. La cara de John está completamente desencajada y sus ojos se salen de las órbitas, no sabemos si a causa de la emoción o de “una ralla de aquí a Illinois” como dice otro buen amigo. Sea como fuere, consiguen que el público vitoree y aplauda a rabiar desde la primera canción.

Seguimos con “Isak”, y es evidente que el repertorio va a estar centrado en su obra maestra, “Red Album”. Una música colorida, compleja y vigorosa inunda nuestros oídos. La calidad técnica y compositiva del grupo es asombrosa, aunque queda un poco deslucida por la acústica del local. No obstante, el entusiasmo de los músicos y en especial los berridos de John evidencian un potentísimo directo. Su nuevo guitarrista Peter demuestra ser un digno sucesor de Adam.

El final de “Isak” se mezcla  con el principio de “Rays on Pinion”, la canción que abre el  disco, y caigo en la cuenta de que entrelazar los temas sin presentarlos empieza ser un cliché de la escena post. Las improvisaciones entre canciones le dan continuidad a la actuación, impidiendo que decaiga el ánimo. De repente, un problema técnico silencia la guitarra de John, que mantiene la compostura hasta recuperar el sonido varios minutos después. La banda logra salir airosa del trance, aunque tengo la sensación de que en parte se ha roto el hechizo que estaban conjurando los de Savannah.

Pero estaba equivocado. La actuación remonta el vuelo rápidamente gracias al buen hacer de Baroness.  Disfruto como un enano mientras desgranan gran parte del “Red Album” en directo, con contadas concesiones a sus primeros trabajos “First” y “Second”. Para mi sorpresa, no van a  presentar ninguno de los temas nuevos, ni van a tocar ninguna de las dos canciones de su destacable split con Unpersons. Pero no me quejo. Los músicos lo están dando todo, y es que si algo saben hacer estos tipos es sudar la camiseta  sobre el escenario. Se nota que lo están pasando en grande y saben transmitirlo sin artificios.

Cuando empieza a sonar la encomiable “Grad”, que cierra el disco, me huelo una  pronta despedida, aunque apenas cuento cuarenta minutos de actuación. Durante el desarrollo de la canción, el batería Allen rocía sus platos con cerveza, provocando un vistoso efecto cuando ejecuta el redoble final. John se despide muy agradecido y el concierto termina de manera bastante abrupta. Los pipas empiezan a desmontar el equipo, confirmando que no habrá bises. La corta duración del concierto, los incidentes técnicos, el mal sonido de la sala y el tiempo perdido tratando de sacar alguna foto decente hacen que la velada me sepa más bien a poco. Con todo, un buen concierto de un magnífico grupo que tiene todavía mucho que decir.

Mientras la satisfecha muchedumbre arrasa con el puesto de merchandising, aprovecho para saludar a los músicos que, en vez de encerrarse en el backstage, bajan a la sala a relajarse fumando, bebiendo, y agradeciendo la  presencia a los asistentes. Mientras firma álbumes y serigrafías, John nos cuenta que sus actuaciones son tan breves porque se cansan mucho en el escenario y además la pasada noche tuvieron que conducir doce horas desde Francia. Y mañana viajan a Polonia. Se muestra muy amable cuando le reprendemos porque la última vez que visitaron nuestro país no visitaron Barcelona. Nos dice que no volverá a pasar.

Texto y fotos: Rider G Omega
Crónica en colaboración con Empire Magazine

Setlist de Baroness – Abril’09 – Sala Be Cool @Barcelona:

The Birthing
Isak
Rays on Pinion
Red Sky
O’Appalachia
Wanderlust
Tower Falls
Grad