Eran las 21:00 y el estallido se hizo notar con el arribo de los músicos encabezados por el guitarrista Ritchie Sambora. ‘Lost Highway’ se encargó de encender el repertorio con un Bon Jovi de guitarra acústica en mano, enfundado en chaqueta marinera y pantalones negros. Esta noche era una apuesta segura por los temas que los hicieron grandes a fines de los ochentas y principios de los noventas. Y "Born To Be My Baby" fue el primer tema enlazado con otro número uno ‘You Give Love a Bad Name’ para cerrar este trío de ases con ‘Raise your Hands’ . Un knock out con lo mejor de su artillería de herencia
hard rock.

Luego llegaría ‘I’ll Sleep When I’m Dead’ con extractos de ‘Rockin’ all over the world’, de John Fogerty. La intro en teclados de David Bryan anunciaba la llegada de ‘Runaway’, aquel primer single con el que la banda debutaría profesionalmente en la industria musical. Cerrarían esta primera parte para dejar paso a ‘Blaze of Glory’ de su carrera en solitario. Seis pantallas centrales más dos laterales no dejaban de mostrar los diferentes ángulos de lo que sucedía fuera y dentro del escenario. La quietud siguió con ‘In These Arms’, una versión acústica de ‘I Can’t Help Falling in Love’, inmortalizada por el Rey del Rock, Elvis, fue la intro para la balada ‘Bed of Roses’. Con ella, el romanticismo, la histeria, los flashes y los móviles salieron al aire. Pasada la hora de concierto la euforia llegó con el himno de las nuevas generaciones de fans, ‘It’s My Life’, de su álbum "Crush" (2000).

El momento de comunión llego con ‘Keep The Faith’.  Bon Jovi ejerció de maestro de ceremonia con marimbas en mano y la fuerte intro del bajista Hugo Mc Donald (que reemplazó a Alec Jon Duch allá por 1994) acompañado por los golpes del veterano Tico Torres tras la batería, considerado hoy en día uno de los 10 mejores baterías del mundo del rock. Bon Jovi se alejó del escenario para entregarle el rol de vocalista a su brazo derecho, compositor y primera guitarra Richie Sambora con ‘I’ll Be There For You’ sorteando el desafio con estilo y talento de sobra, ya que no tiene nada que envidiarle en la parte vocal a su compañero de banda.

‘Hey God’ marca el retorno al imponente escenario de Bon Jovi de rodillas implorando al cielo ¿por más inspiración?, ¿quizás? El lado más pop llega con la optimista y comercial ‘Have a Nice Day’, delegando a ‘Who says you can’t go home’  el momento más relajado de la velada, solo de violín incluido con una hermosa chica tras el pequeño instrumento. ‘Livin’ On A Prayer’  del multiplatino "Slippery When Wet" (1986), comenzó con una inspirada sección acapella que luego se electrificó e hizo saltar a todo el mundo presentes en el estadio. Otro número uno ataca la fibra sensible, ‘Always’, la cual fue coreada al unísono, marcó la calma, mientras un mar de luces de móviles y mecheros iluminaban cada rincón del recinto Olímpico de Montjuic.

Más tarde, Bon Jovi y Sambora salen a escena para interpretar ‘Wanted Dead Or Alive’, en un dúo de guitarras acústicas que nos transporta
imaginariamente al viejo oeste. Tras unos minutos de gritos y aplausos la banda, vuelve para los bises finales en este descanso dominical ‘Someday I’ll Be Saturday Night’, una especie de resurrección en los noventas. La dosis final seria con ‘Bad Medicine’ de "New Jersey"(1988)  finalizada en clave gospel convirtiéndola en una catedral musical, hilo conductor de tres generaciones musicales. Más de dos horas duró la comunión de masas con uno de los iconos de la música rock, donde la mayor parte del repertorio musical se basó en sus grandes éxitos de su época mas hard rock mezclada con la más pop country que practican actualmente. Al final de la noche,  me quede en la retina lo que vi: una bandera hecha por algún club de fans de España que desvela las influencias de Bon Jovi a la hora de convertirse en músico de fama mundial.

"Bruce, The Boss….Elvis, The King….Bon Jovi ,The Gods Of Rock."

Texto y fotos: Markcerock González