Cuando Buckcherry anuncia nuevo disco un leve bufido sale sin permiso. La banda que otrora parecía destinada a dar una patada en el culo al mundo del rock quedó a medias, con un debut grandioso y esperanzador, un segundo álbum tremendamente bueno también y un tercero que no estaba nada mal.

Marcel Palagós

A partir de ahí, bueno… fuero perdiendo fuelle y miembros, cayendo y cayendo hasta que muchos les fuimos perdiendo las ganas.

Con la salida de Keith Nelson la cosa se tambaleaba de mala manera y el último disco hasta la fecha Warpaint (2019) no presagiaba nada bueno para la banda, un disco mediocre que aportaba nada. La banda se ha quedó con Josh Todd como único miembro fundador y macho alpha de la banda.

Qué esperamos de un disco de Buckcherry? Aquí cada uno ponga su respuesta, pero en general ya no esperamos una banda que representa el futuro del rock, ya no son esa banda que iba a abanderar el resurgimiento e iba a salvar el rock, no.

Hellbound es el último disco de Buckcherry

Sabemos que no son esa banda y no buscaremos que se rediman a estas alturas de la película. Escuchar una banda de rock que nos divierta, una banda que es perfecta para la época estival, dejarse ir y birrear un poco mientras tarareas algunos sus temas y pasas por alto otros. ¡Vamos!

La banda ha retomado un camino más certero, siguiendo con su estilo vacilón y nada trascendental (en casi todos sus nuevos temas) y, apoyándose en estructuras musicales muy inspiradas en Aerosmith y AcDc.

Hellbound ha sido producido por Marti Frederiksen (que ya produjo el álbum de 2008 Black Butterfly), y también ha coescribió el álbum junto a Todd y Stevie D. La mezcla de influencias, aportes y producción parece que han dado fruto.

El disco empieza muy bien con el punk bien afilado de 54321: un muy buen rush de adrenalina. Un tema directo que de buenas a primeras cambia la perspectiva de lo que esperábamos encontrar dados los precedentes. Viniendo de tan abajo este tema hace que te tomes el disco con otra mirada y con más entusiasmo.

Buckcherry – So hott

Estos tipos son carne de fiestas en fraternidades universitarias y siempre intentan colar un single que lo pete en las emisoras de las High Schools y en las fiestas que ahí se cuecen. So Hott viene a codearse con Crazy Bitch como su sucesora y ser nuevo himno de estilo acedeciano.

El video que acompaña al single es otro cantar. A mí me da cierta vergüenza ajena. Tanto este como los dos otros videos promocionales adolecen de una falta de ideas bochornosa y se revuelcan en los clichés como cerdo en lodazal. Pero nos interesa la música y esta sí que está al nivel.

El legado de los australianos se mantiene intacto en el título que da nombre al álbum: Hellbound. Con esta descarga la banda ha conseguido un tema realmente potente y muy conseguido, riffs directos salidos de la mano de Angus, vacilón, pegadizo y puro rock, ¡let’s rock, baby! Este si es un tema que recuerda a los Buckcherry más en forma y más bad boys de sus orígenes. Hasta aquí nadie parece echar de menos a Keith.

Y de AcDc a Aerosmith: Gun, nada despreciable el segundo pilar en el que se apoya la parte más cojonuda del álbum. Hard de alto voltaje con armónica incluida.

Buckcherry – Hellbound

Sin duda el mejor corte del disco y de los últimos tiempos. Así si se convence a la parroquia. La estructura bluesera de este tema es pegadizo y vacilón, una temazo en toda regla.

Cuando se llega a la mitad del disco se baja un poco la pistonada y las ideas empiezan a flaquear . No more Lies resulta algo insulsa comparado con los cañonazos anteriores.

Sus sonidos más livianos, con aire a playa tropical y cierto regusto a esos singles que parían sin cesar los Sugar Ray más pedorros aparecen aquí en todo su esplendor. Pero antes del final con olor a refrito y sin ninguna trascendencia aún quedan un par de temas más que disfrutar.

Here I come retoma la senda más agresiva, sin llegar al extremo de la inicial 54321 sí que aporta a la causa de recuperar a los Buckcherry que todos añoramos. Suciedad, guitarrazos y actitud.

Y para terminar con la lista de pros y donde el disco se podría haber quedado para completar un disco más redondo e inspirado nos encontramos con Junk. De nuevo de inspiración aerosmithiana. Otro buen tema que arroja luz, con grandes guitarrazos que te arrancan de la silla quizás no tan conseguida como Gun pero si muy directa y con un estribillo bien coreable.

Buckcherry – Wasting no more time

El sprint final de disco viene cargado con un medio tiempo y una balada ya escuchados muchas veces: Wasting No More Time no es un mal tema, pero su problema es la repetición (y otro video clip que hace sonrojar al más pintado). Y si con esta todavía se podría rescatar algo The Way remata la faena. Una nueva versión de Sorry que ya no es que no aporte si no que resta. Retrocediendo a las épocas más insulsas de la banda.

El cierre lo echa Barricade que sube algo el nivel después del batacazo de los dos temas anteriores. Sin ser una maravilla termina de un modo algo más digo el álbum.

Con todo, buenas noticias. Buckcherry ha recuperado algo el pulso. No estaba del todo muerto y de seguir en esta línea podemos decir que quizás lleguen a un buen nivel, pero tendremos que ver la evolución.

La banda está más asentada y parece que las ideas empiezan a funcionar de nuevo, esperemos que esta línea se asiente y progrese. Hasta el momento, gozad del party-hard rock que ofrecen en casi todo el álbum.

Marcel Palagós
Temas:

01. 54321
02. So Hott
03. Hellbound
04. Gun
05. No More Lies
06. Here I Come
07. Junk
08. Wasting No More Time
09. The Way
10. Barricade