Ni el título ni la portada dejan lugar a dudas: nos encontramos ante el sentido homenaje de Gotthard al hace diez años fallecido primer cantante de la banda. Once clásicos de los suizos en acústico, dos versiones en el mismo formato y una segunda versión de una de estas a toda potencia. En total, poco menos de una emotiva hora de hard rock desenchufado.

Sara J. Trigueros

¿Cómo no emocionarse ante la voz de Steve Lee aunque llevemos escuchando el mismo repertorio más de una década? Si llegas a este disco, igual que si llegas a esta reseña, lo más normal es que sea porque llevas desde, al menos, finales de los años 90 escuchando a Gotthard y sentiste que algo se quebraba en el mundo de la música cuando Steve Lee murió en 2010. Con esta premisa, es imposible no caer rendido desde que empezamos a escuchar los arpegios de «One Life One Soul». E igualmente imposible no sentir, que es para lo que está pensado este disco.

La mayoría de temas tienen su aquel, pese a que quizá cueste un poco entrar después de dejar el listón tan alto con un comienzo tan emotivo. O tal vez sencillamente para mí «One Life One Soul» es una debilidad, pero, en cualquier caso, hay una gran cantidad de clásicos que es una maravilla volver a escuchar con un pequeño twist: «Heaven», «Let It Be», «In the Name» y, desde luego, «Need to Believe» serían los que para mí convierten el homenaje en un viaje en el tiempo más que especial.

Peor parados salen aquellos cortes que, en origen, eran más cañeros, aunque hay casos y casos. Si bien es cierto que con «Lift U Up» (por ejemplo) es difícil no moverse, los arreglos de percusión dan la impresión de no llegar, y para cuando nos damos de bruces con el estribillo se han quedado atrás. Algo parecido sucede con «Hush» o con «Tarot Woman» (aviso a navegantes: no es una versión del homónimo de Rainbow). Probablemente, siendo justos, el problema está en quien escucha y firma, que se siente desubicada ante algunos arreglos. No lo sé. Desde luego, no seré yo quien ponga en tela de juicio la capacidad de una banda de la que me resulta imposible —por la admiración y el cariño— hablar sin ser abierta y descaradamente subjetiva.

Por otro lado, se encuentran bastante bien representados la mayoría de álbumes de la etapa con Steve Lee: más peso en G., y algo de casi todos los demás. Un par de temas sacados de Homerun, un par de Lipservice. Vamos, un poco de aquí y un poco de allá. Echo en falta algún tema del Domino Effect, pero el disco es lo que es, no se trata tampoco de un recopilatorio o un acústico al uso.

Es posible que merezca la pena reseñar el caso «Eye of the Tiger». Es el único tema que encontramos dos veces, al parecer uno de los favoritos de Steve Lee —parte del título del disco se lo debemos a este hecho— y uno de los pocos que puede decirse en puridad que eran inéditos (aunque esto pasa también con «Tarot Woman»). También es la única ocasión en la que nos encontraremos con una versión enchufada —y bastante fiel en espíritu a la de Survivor, por cierto. Lo que pienso de la versión acústica en este caso se aleja un poco de lo que decía más arriba. Aquí las guitarras tienen garra suficiente como para compensar que estemos ante una versión acústica de una canción que requiere fuerza, ganas. Ahora sí.

De todos modos, lo que sin lugar a dudas merece mención aparte es el hecho de que nos encontremos al actual cantante, Nick Maeder, haciéndole los coros a Steve Lee. Y cierro casi como he empezado: pero ¿cómo no te vas a emocionar, joder, si todo el disco está construido desde un cariño y un respeto brutales? Para mí, este punto es crucial en todo homenaje, y creo que lo cumplen a lo largo de los 54 minutos que nos han regalado con este álbum.

Sara J. Trigueros

Temas

One Life One Soul
Let It Be
In the Name
Lonely People
Heaven
Need to Believe
Lift U Up
Hush
First Time in a Long Time
Tarot Woman
And then Goodbye
The Train
Eye of the Tiger (versión acústica)
Eye of the Tiger (versión eléctrica)