La aproximación a un nuevo trabajo de Opeth es toda una aventura. El cambio de rumbo estilístico que adoptaron hace ya casi diez años sigue siendo tema de conversación. Para algunos supuso una pérdida de interés repentina en la banda, otros abrazaron la evolución. Adiós al death, a los sonidos más pesados, un adiós para abrirse a otras posibilidades, a recomponer una carrera que va donde ellos quieren y no donde algunos creen que deben ir. Obviamente algunos fans abrazarán el cambio, otros los abandonarán, otros más se unirán. Absolutamente respetable cada postura, absolutamente necesario que el artista controle su carrera. Ya lo hemos comentado en otras ocasiones y así lo creemos. La libertad compositiva es crucial, las bandas deben seguir su camino y no solamente dar lo que los fans esperan o exigen, porqué, es ahí donde las cosas chirrían, donde se repiten patrones de manera forzada y se pierde la frescura, la energía. Ejemplos de ello hay a montones.

Se esté en el lugar en el que se esté es indiscutible que los suecos poseen tanta calidad y creatividad que cada nuevo lanzamiento supone un acontecimiento en toda regla. Después de casi diez años del nacimiento de los nuevos Opeth este In Cauda Venenum marca un nuevo hito.

El título del álbum es una expresión procedente del latino que significa el veneno está en la cola, que lo peor viene al final, quizás refiriéndose a la muerte como puerto final. Y es que la melancolía siempre fluye por las venas de la banda… El paso del tiempo, la degradación de los cuerpos, culpa y redención, la soledad. Todos estos conceptos flotan en las marismas compositivas, azotadas por una atmosfera oscura. Desde la maravillosa e hipnotizante portada, obra del artista Travis Smith (que ya trabajara con Opeth en varios álbumes) hasta la sublime composición, el álbum entero funciona como un todo, cuasi como un álbum conceptual.

Cabe destacar que se presente en dos idiomas: sueco e inglés. Parece que los dos álbumes sean calcos y, prácticamente lo son, pero no al 100%. Y es que cantar en uno u otro idioma no es lo mismo, como no lo es concebir pensando en un idioma u otro. Véase como ejemplo la maravillosa Trilogía de Nueva York de Paul Auster, sobretodo el episodio que trata del lenguaje, lo que significan las palabras y qué significan como concepto: cómo define el mundo propio y ajeno. No nos pondremos más metafísicos, aunque sea inevitable cuando se habla de bandas como Opeth que ofrecen más que música en cada entrega. Son intrigantes los títulos de las canciones pues no coinciden los significados en los dos idiomas y, esto, es otro indicio de lo que decíamos: Siendo la misma obra, es distinta en cada idioma. Hay que hacer el esfuerzo de escuchar ambas y así captar, o intentar captar, lo que nos proponen Åkerfeld y los suyos.

La introducción a este mundo introspectivo se inicia con Garden of Earthly Delights – Livets Trädgård. Es una perfecta puerta de entrada, opresiva, oscura con un sintetizador que me ha recordado muy mucho a la banda sonora de una serie llamada The Knick (una gozada de serie, oscura y siniestra, necesaria). El leit motiv del álbum parece ser los samplers de diálogos (en sueco, otra vez los idiomas), de gente riendo, aplaudiendo o llorando, motivos de continuación que funcionan perfectamente y unen cada tema con finas pero precisas puntadas. Curiosamente los dos primeros temas: Svekets Prins / Dignity y Hjärtat Vet Vad Handen Gör / Heart In Hand fueron los seleccionados como singles para promocionar el álbum. Decimos “curiosamente” porque probablemente sean los que menos se ajustan al ritmo del disco, los menos representativos, aunque si los más potentes. La razón sea probablemente del management puesto que la banda no suele llevar estos temas. La primera de ellas, Dignity (Svekets Prins, El príncipe de la traición), es una orgia sónica, un temón como la copa de un pino. Sólida, con unos progresivos majestuosos y unos cambios absolutamente maravillosos., dónde encontramos guiños folk y hardorckeros. La segunda, Heart in Hand (Hjärtat Vet Vad Handen Gör, El corazón sabe lo que hace la mano) fue el primer single adelanto y es totalmente reconocible, absolutamente Opeth. Son estos dos temas apuestas seguras como adelantos, pero quizás lo más interesante está detrás de lo evidente.

Hablemos, por ejemplo, de The Garroter. Es un tema esencial en el álbum, donde se despliegan las inquietudes de la banda: cuenta con arreglos jazzísticos, junto con guitarras acústicas que acarician el alma dejando un hilo de sangre como recuerdo. Oscura y malévola, pero una absoluta maravilla musical. Aquí no hay metal ni prog ni etiquetas: aquí simplemente hay música, creatividad, arte. Atención al piano que fluctúa entre los instrumentos…

Charlatan es otra piedra preciosa del álbum, rock progresivo en mayúsculas, compleja y adictiva. Todo el potencial técnico se despliega en este tema donde guitarras y pianos se entremezclan con cambiantes compases de batería.No menos interesante es el tramo final de álbum: Continuum (Kontinuerlig Drift, Operación Continua) presenta unos riffs pesados, oscuros y densos que enganchan con la parte inicial del álbum. Un estribillo complejo nos marca el camino hasta lo que es el veneno final del álbum.

Y es que All Things Will Pass (Allting Tar Slut, Todos los extremos) es una canción monumental, que se extiende por las venas como un poderoso y letal opiáceo. Groove y riffs descomunales, épicos, dolorosos. Lo más interesante es que con toda la capacidad compositiva que muestran estos chicos, esta brutalidad, que por ende se esconde al final del álbum no se echa de menos en el resto del álbum. Si nos despojamos de prejuicios y nos abrimos a disfrutar este disco sin la pesada carga de álbumes como Watershed o Blackwater Park descubriremos un disco que ofrece mucho, de una calidad extrema, cuidado hasta el mínimo detalle.Entremedias hay más, mucho más: déjate enamorar por la cadencia de la preciosista Lovelorn Crime (Minets Yta, Superficie de la mina) o incluso por la majestuosa Next Kin (De närmast sörjande, Son de luto).

La frase con la que termina la introducción del disco nos marca el sendero por donde discurre la filosofía de Opeth: Cuando alguien deja de pensar, ese alguien se convierte en muerto (“Om man slutar tänka, då blir man död”).

Hay que lanzarse desnudo al abismo que nos propone Opeth, la densidad de la oscuridad, el baño melódico que es su propuesta musical vale la pena. Mucho. Disfrútenlo.

Marcel Palagós

Temas:

1. Livet’s Trädgård / Garden Of Earthly Delights (Intro)
2. Svekets Prins / Dignity
3. Hjärtat Vet Vad Handen Gör / Heart In Hand
4. De Närmast Sörjande / Next Of Kin
5. Minnets Yta / Lovelorn Crime
6. Charlatan
7. Ingen Sanning Är Allas / Universal Truth
8. Banemannen / The Garroter
9. Kontinuerlig Drift / Continuum
10. Allting Tar Slut / All Things Will Pass