Tras el lanzamiento del que fuera el segundo largo de Orchid en 2013 “The Mouths of Madness”, Nuclear Blast no pierde la oportunidad de exprimir el tirón de los de San Francisco, reeditando sus dos primeros trabajos antes de cerrar el año. “The Zodiac Sessions” unifica el primer LP “Capricorn” editado en 2011 y “Through the Devil’s Doorway “ un EP anterior de 2009 y cuatro temas, ambos editados en su día por el sello alemán The Church Whithin Records.
Susana González
Nota:7/10  

 

Que Orchid pueden ser los herederos ilegítimos del legado de Black Sabbath en su primera (y mejor a mi parecer) etapa, es algo que todos los que hayan escuchado a la banda no dudarán en afirmar, otro asunto es si agrada o no tanta similitud. Precisamente este clonaje sabbathico es lo que les ha reportado un éxito prematuro desde que editaran su primer EP y les ha convertido en objeto de no menos críticas por ello. Y es que, empezando por el nombre de la banda y pasando por la realización de algún videoclip que imita al de Paranoid, la forma en que Theo Mindell se mueve, recordando ese cabeceo singular sin soltar el micro al cantar de Ozzy a bastantes riffs prácticamente calcados construyendo los temas, todo rezuma la esencia y espíritu de los padres del heavy y, todos sabemos que ése es un árbol demasiado grande para hacerle sombra.

Aún así, Orchid es una banda con suficientes bondades por sí misma para obviarla, y mucho menos dejar que caiga en saco roto su excelente aportación a la oleada de bandas revival que rescatan el espíritu del rock pesado de los 70. Imitan, pero con tal maestría que sus temas parecen gozar de una herencia genética privilegiada.

Sabbathian-rock con mayúsculas es lo que vamos a encontrar en The Zodiac Session. El timbre de voz de Mindell, goza del carisma de alguno de esos grandes frontman de la época, empasta muy bien con la instrumentación. Desde el primer tema que abre el disco Eyes behind the wall o Capricorn, si no has escuchado a Orquid antes, tendrás la sensación de que estos chicos vienen del pasado, melodías pegadizas bien empapadas en un sonido rancio, muy familiar… Mark Thomas Baker posee una guitarra envenenada de riffs pesados y florituras Iommicas. Reinventa?, temas cómo Black Funeral traen a la memoria estructuras y partes de Hand of Doom o Electric Funeral, Albatross recuerda en exceso a Planet Caravan, todas del álbum “Paranoid”, Down into the Earth prácticamente calca el riff de Into the void del “Master of Reality”. El caso es que esos riffs y solos reinventados hacen que te relamas. El mismo Baker se encarga también del manejo de un sintetizador Moog consiguiendo en cortes cómo Electric Father o la citada Albatross que la ambientación te transporte y flotes en una deliciosa bruma. Imposible no percatarse del enorme trabajo de Keith Nickel al bajo, construye líneas asesinas para sostener los temas, pero va más allá, consigue que sean absolutamente excitantes en algunas pistas en las que pasa a primer plano cómo He Who Walks Alone o Cosmonaut Of Three, por citar algunas.

En definitiva, es un álbum tremendamente disfrutable y adictivo. Grandes temas con ese aire retro-rock muy logrado, tanto en sonido como a nivel compositivo, que traerán inevitable y constantemente a tu mente la gloriosa etapa que abarca del Paranoid al Sabbath Bloody Sabbath. Una buena oportunidad para hacerse con los dos primeros trabajos de la banda y dejarse seducir por ellos sin reparos.

Susana González

Temas:

Eyes Behind The Wall
Capricorn
Black Funeral
Master Of It All
Down Into The Earth
He Who Walks Alone
Cosmonaut of Three
Electric Father
Albatross
Into The Sun
Eastern Woman
Son Of Misery
No One Makes A Sound

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