Comenzaré esta crónica destacando la pena que me dió que un grupazo como Royal Hunt apenas convocara algo más de cien personas. Siendo fiel a la verdad, la sala Ritmo y Compás estaba llena, pero aun así un grupo de esta categoría no se merece esta escasa valoración por parte del público madrileño. Quizás sea hasta cierto punto comprensible teniendo en cuenta que fue un domingo, o que hay muchos conciertos este mes… pero realmente quienes vivimos aquellas horas disfrutamos como locos con el espectáculo.

A pesar de haber caído del cartel para la gira española el grupo telonero Ivanhoe, lo cual fue una lástima, pudimos gozar de una noche completa. El grupo danés, a la voz John West y a los teclados (y como animador) Andre Andersen, como guitarra, Marcus Jidell, y a la batería Kenneth Olsen. Una nueva incorporación ha sido la de Per Schlender, bajista de House of  Shakira, que no defraudó en absoluto y apenas se notó que fuera «el chico nuevo». También contamos con la presencia de Maria McTurk ayudando a los coros.

Podemos decir que fue un concierto bastante completo, comenzando por temas como «Paper blood» (tema que da título a su último disco), «Time», «The mission», «Never give up», «Can’t let go» y «Last goodbye».

En escena destacaba visiblemente el enorme set de teclados de Andre, quién incluso colgó uno al hombro y salió a ejecutar una instrumental entre Per y Marcus. Apenas cabía un alfiler en el escenario, ya que además habían colocado a modo de bandera dos sábanas con la imagen del disco que presentaban, “Paper blood” (imagen francamente horrible, si se me permite decir). Pero la carencia de espacio de movimiento no desmotivó, y Andre fue el encargado de animar al público y exigirle corear sus canciones.

El calor comenzaba a hacerse presente de manera evidente, y no sólo por la excelente acogida a la banda danesa, si no por la cantidad de gente y el reducido espacio.Continuó el concierto con canciones como «Cold city lights», «Martial arts», «Surrender», las aclamadas «Running wild» y «Far away», «Lies», «Wasted time» y «Message to god».
Para finalizar en los bises nos deleitaron con unos virtuosos solos que combinaron en una extensa composición instrumental. Ninguno defraudó e interpretaron «Sk 983» en duelo de guitarra, bajo y teclado, en el que finalmente se declaró vencedor Per. Y es que es conocida su virtud con el bajo, como ya demostró sobradamente con House of Shakira cuando vinieron en diciembre. La velada concluyó con el mítico tema «Epilogue», que arrancó un mar de aplausos del público.

Aproximadamente dos horas de espectáculo, fue un concierto francamente estupendo, lamento decirles a los que se lo perdieron.

Texto : Vanesa Gómez
Fotos : Mariano Crespo – Force Magazine –