Han pasado cuarenta años desde que Rush publicaran uno de los discos más importantes, influyentes y redondos de su diversa y vasta discografía: “Permanent Waves”. Para conmemorar dicha efeméride se presenta en una nueva reedición en varios formatos, entre ellos una caja en edición de lujo para coleccionistas con el mismo tratamiento que sus tres anteriores trabajos cuando celebraron también sus cuarenta años.

La génesis de este trabajo tiene lugar tras acabar exhaustos con la grabación de “Hemispheres”, donde llevaron al límite el despliegue de sus excelsas habilidades e intrincados pasajes de extensa duración, por lo que Lee, Lifeson y Peart decidieron condensar su maestría en piezas más cortas pero no menos sustanciosas. Habría una penúltima concesión a temas largos estructurados en diferentes partes de la mano de “Natural science”, si bien dicho corte sería una excepción y la canción que ejemplifica el nuevo rumbo en el que se aunan en perfecto equilibrio la complejidad instrumental con la condensación del minutaje es “Freewill”.

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La ejecución del trío durante el solo de Lifeson es para dejarte perplejo sin importar las veces que escuches el tema (y qué decir si se trata de disfrutarlos en video). Casi huelga decir que si hablamos de una canción que por primera vez tenía madera de radiable y comercial era la apropiadamente titulada “The spirit of radio”. La brillante letra de Peart reivindica la figura de la radio cuando los locutores tenían libertad y se hablaba de las canciones y los músicos, ayudando a su difusión antes que las radio fórmulas pasaran a dominar las ondas. Desde entonces, en los conciertos la parte con toque reggae en la que se parafrasea a Simon & Garfunkel serviría para que el público se hermanara y gritara eufórico al unísono imitando el efecto añadido en el estudio.

Podríamos seguir hablando de los otros tres temas que componen el disco, pero seamos sinceros, ya ha sido objeto de todo tipo de análisis y estudios por parte de crítica y fans y a estas alturas poco más puede decirse sin terminar siendo redundante, con lo que creo que no está de más aprovechar para hacer un par de apuntes sobre el contenido musical extra de esta nueva reedición y razón principal para que los fans volvamos a pasar por caja, el disco en directo que la acompaña y que ha sido mezclado por el que podríamos denominar cuarto miembro de Rush en aquella época, su productor Terry Brown.

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Una auténtica golosina para todos los seguidores ya que por primera vez se edita una grabación oficial de “Cygnus X-1 Book II”. Su duración difiere en unos tres minutos de la original al abreviar el grupo partes de “Apollo” y “Dionysus”, lo que no quita para poder disfrutar del corte tratado con cariño por Brown en su mezcla. Un auténtico tour de force y una delicia escuchar al grupo en uno sus momentos más álgidos y en un constante estado de gracia. La mayor parte de los temas de este cd son de grabaciones distintas registradas en Londres y Manchester con la excepción de esa joya que no volverían a rescatar hasta su última gira, la magnética y mística “Jacob’s ladder” grabada en Missouri, lo que puede hacer que al no estar todos los temas unidos pierda algo de intensidad, pero una vez empieza el siguiente te vuelven a atrapar con su magia.

Ahora queda esperar al próximo año y ver qué material extra añadirán al cuarenta aniversario de “Moving pictures”. Mientras tanto, disfrutemos por enésima vez de “Permanent Waves” en esta nueva reedición y del directo que la acompaña.

Alberto H.S